Pompas de papel

CLAUDIA PIÑEIRO

Betibú (ALFAGUARA)         345 páginas

La escritora argentina Claudia Piñeiro (Buenos Aires, 1960) se ha ganado un hueco entre los mejores narradores de su generación. Ha escrito de todo, novelas, relatos infantiles, obras de teatro y guiones para la televisión. El éxito le llegó en 2005 con la novela Las viudas de los jueves, que vendió cientos de miles de libros y se convirtió en una estupenda película. En Betibú se adentra en la vida de un country, una de esas urbanizaciones de gente adinerada protegida por un ejército  de guardas jurados que proliferan en el entrono de las grandes ciudades argentinas. En ese mundo cerrado y repleto de secretos aparece degollado un empresario, cuya mujer fue asesinada en el mismo lugar unos años antes. El periódico El Tribuno, enfrentado al gobierno, decide enviar a investigar el asunto a una veterana periodista y a un joven inexperto. Recibirán la ayuda del jefe de sucesos que ha sido apartado por un desliz profesional. La Hitchcock argentina.

GIORGIO VASTA

El tiempo material (MONDADORI)       294 páginas

Curtido en el relato breve, el escritor italiano Giorgio Vasta (Palermo, 1970) se dio a conocer hace cuatro años a un público mayoritario y a la crítica con la novela El tiempo material. El libro ha sido acogido además con grandes halagos en todos los países donde se ha publicado. Dicen que es una de las visiones más interesantes que se han dado sobre los años setenta, sobre el papel de la izquierda y la aparición del terrorismo en Europa. La acción nos lleva a Sicilia, al año 1978. Las Brigadas Rojas han secuestrado al primer ministro italiano Aldo Moro, al que asesinarán dos meses después. Admiradores secretos de los brigadistas, tres amigos adolescentes, que siguen de cerca el caso Moro, deciden realizar una serie de actos con los que pretenden flagelar la conciencia de sus conciudadanos italianos a los que acusan de no reaccionar ante las injusticias. “Actos oscuros” de los que tendrán que arrepentirse más adelante. Un sorpresón literario.

THOMAS M. DISCH

Los genocidas (LA FACTORIA DE IDEAS)      216 páginas

El estadounidense Thomas M. Disch (1940-2008) fue uno de los renovadoras del género de la ciencia-ficción durante los sesenta y los setenta. Perteneció a una generación, un movimiento, llamado la Nueva Ola (la New Thing, también), que convirtió el género en gran literatura para adultos y en el que participaron escritores tan ilustres como los británicos Michael Moorcock, Brian W. Aldiss, J. G. Ballard y John Brunner y los estadounidenses Samuel Delany, Philip José Farmer, Roger Zelazny y Robert Silverberg. Disch publicó algunas novelas magníficas como Campo de concentración, 334 y En alas de la canción. Su primera novela fue Los genocidas que ahora se reedita. En ella se da una vuelta de tuerca a las novelas de desastres. La Tierra ha sido prácticamente aniquilada por unas plantas alienígenas. Un grupo de supervivientes guiados por un viejo granjero armado con una pistola y una Biblia, se topa con un hombre sediento de venganza. Sobrecogedor.

FRÉDÉRIC SCHIFFTER

Filosofía sentimental (451 EDITORES)     147 páginas

Frédéric Schiffer (Burkina Faso, 1956) es un ensayista francés que da clases de filosofía en un instituto de Biarritz. En castellano se han publicado varios libros, Contra Debord y Sobre el blablablá de los filósofos. Su última obra, Filosofía sentimental, ha obtenido un gran eco. En ella repasa el pensamiento de algunos de los filósofos que han marcado y todavía marcan el pensamiento contemporáneo, gente como Nietzsche, Schopenhauer, Freud y Ortega y Gasset, pero también las reflexiones de escritores como Pessoa, Proust y libros como El Eclisiastés. Lo curioso es que el autor parte de la premisa de que la verdadera filosofía no parte de las teorías de los grandes filósofos, sino de la experiencia personal de estos en el mundo real. Así habla del trabajo en Nietzsche, del tedio en Pessoa, la tristeza en Proust, el sufrimiento en Schopenhauer, la muerte en Montaigne o el amor en Ortega y Gasset. “El decálogo sentimental de un pesimista feliz”.