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Los viajes físicos y metafóricos de Franco Chiaravalloti

Insular es el nuevo libro del escritor argentino Franco Chiaravalloti, que, desde 2005, reside en Barcelona, donde estudió Literatura Comparada. Hace más de una década que imparte clases de escritura en el Ateneu barcelonés. Anteriormente, había publicado los libros de relatos Como un cuentagotas que se presiona suave, muy suavemente y Esos de ahí fuera. Bien, hechas ya las presentaciones, se impone ahora hablar de Insular, una colección de relatos en los que las localizaciones cobran protagonismo. De Japón a Irán, de Guinea Ecuatorial a Tuvalu, de Buenos Aires a una remota isla llamada Tristán, a 3.000 kilómetros de suelo firme y sin aeropuerto. Esos son algunos de los escenarios por los que deambulan los personajes de Insular, visitantes en otras tierras, trabajadores eventuales más que turistas, a veces residentes, bastante solitarios, desamparados, en su mayoría, aunque algunos establezcan inesperadas relaciones.

En el primer relato nos encontramos con una joven que estudia japonés en Tokio y que recibirá allí una mala noticia. El segundo cuento nos describe un reencuentro amoroso en la ciudad iraní de Mahnaz; en Mundo seguimos a una madre y su hija huir de la guerra… Uno de mis relatos preferidos es King Tide. Nos cuenta la historia de una periodista que llega a Tuvalu una de las cuatro islas que forman la Polinesia con la intención de escribir un reportaje. Es un lugar idílico, pero es también el lugar del mundo más amenazado por el cambio climático, tanto es así que dicen que en cincuenta años desaparecerá. Los habitantes de Tuvalu están a la espera de una gran marea y Bruna, la protagonista, entabla amistad con una mujer polinesia. En este cuento, Chiaravallloti lanza algunas ideas sobre la narrativa que ha trabajado en este volumen: las investigaciones previas a un viaje pierden valor cuando se llega a destino.  Stella Polaris, el décimo y último relato, es también estupendo. El protagonista es un profesor que llega a la remota Tristán, y que cuando está a punto de abandonar la isla, agobiado, se entregará a una pasión.

El autor le ha dado a cada historia el color del lugar, el tono, la atmósfera necesaria, y esa variedad es uno de los potenciales del libro. Montaigne pensaba que viajar era una forma de escapar, de huir, y eso es lo que hacen muchos personajes de Insular, aunque, finalmente, las cosas no les salgan como cabía esperar o a pesar de que salgan exactamente como cabía esperar por no asumir riesgo alguno.

Insular juega además con la idea de que escribir también es explorar: “Hallar una idea inédita, descubrir una nueva estrella en el cielo, dar con la metáfora perfecta”.

Txani Rodríguez

Las tumbas que visitó Mariana Enríquez

En más de una ocasión he dejado claro mi entusiasmo por los escritos de Mariana Enríquez, representante máxima del gótico andino, esa corriente fantástica que entrelaza géneros anteriores, sí también hereda algo del realismo mágico, y crea una nueva forma anclada mas en el cuento que en la narración larga. Es cierto que Mónica Ojeda parece abanderar el movimiento, pero siempre estará antes Mariana Enríquez que nos ha dado unos magníficos volúmenes de relatos y una novela mejorable. Ahora nos presenta la parte documental de su producción con estas visitas a cementerios que ya habían tenido una edición anterior, pero que ahora se ve incrementada con otros ocho recorridos funerarios correspondientes a los últimos años.

Sabemos que la visita a los cementerios, incluso a aquellos que nos son ajenos, en los que no está enterrado nadie cercano a nosotros, es una costumbre bastante extendida, sobre todo cuando hay famosos de por medio. Así, por ejemplo, todo el mundo habla del cementerio de Pere Lachaise porque allí yacen Oscar Wilde y Jim Morrison por citar dos extremos del famoseo. Mariana Enríquez prefiere otros lugares. No es que no haya ido a Graceland a ver la tumba de Elvis o haya buscado la de Bon Scott en un olvidado cementerio australiano, pero lo suyo son cosas menos mundanas, e, incluso, su propia biografía que aparece aquí entreverada con los paseos, desde el amor arrebatado por un músico en el primero de ellos, hasta las andanzas barcelonesas de una mujer que no sabe si exiliarse o quedarse en Argentina en los tiempos difíciles.

Seguramente lo que más buscarán los lectores en este libro serán las citas con mausoleos, estatuas, nombre famosos y peculiaridades de los cementerios visitados. Poco de eso se da en los recorridos por los cementerios de Donostia que visita la autora como con prisa y cierta desgana, con la idea de que no va a encontrar experiencias paranormales, ni nombres sonoros e incluso desperdicia la cita de “Vulnerat omnes, ultima necat” que ve escrita y sobre la que pasa sin mayor aclaración.

Enríquez escribe bien., y el asunto que trata es de su agrado así que, a veces se entusiasma y habla de la historia de los grandes nombres y de los artistas que ornamentaron sus tumbas. Está bien el libro, entretiene, permite la lectura fragmentaria, interesa hasta donde interesen estos asuntos al lector y quizá desate las ansias de viajar por las necrópolis del mundo. En mi no lo ha conseguido, pero es que yo soy muy de servirme de los referentes documentales y de mi imaginación. Y tanto joven y niño muertos cuando aún no habían tenido la oportunidad de vivir lo suficiente, acaba convirtiéndose en algo repetitivo. Espero con ansiedad el nuevo libro de relatos de Mariana. Que llegue cuanto antes. Mientras tanto podemos servirnos de estos libros que están bien, pero a los que les falta algo para la excelencia.

Félix Linares

La primera entrega de novedades de junio de 2021

ALICE MUNRO

Algo que quería contarte     (LUMEN)  298 páginas

Este libro de relatos, publicado originalmente en 1974, puso a la Premio Nobel de Literatura canadiense Alice Munro (Wingham, 1931) en el mapa literario mundial. Su magnífica disección de la vida cotidiana y especialmente de la vida familiar en pequeños pueblos le valió el calificativo de la “Chejov canadiense”. Sus relatos sobre maternidad, relaciones entre madres e hijas y amistades entre mujeres son auténticas obras maestras. Muchas de las historias de Munro están ambientadas en el condado de Huron, Ontario, donde los personajes a menudo se enfrentan a costumbres y tradiciones profundamente arraigadas. La escritora Margaret Atwood ha dicho que la palabra “disección” es la que mejor describe la obra de Munro. “¿Cómo deberíamos llamar si no a la combinación de escrutinio obsesivo, exhumación arqueológica, recuerdo preciso y detallado, y obsesión por el reverso más sórdido, miserable y vengativo que subyace en la condición humana, la confesión de secretos eróticos, la nostalgia por la tristeza desaparecida y el regocijo por la plenitud y la variedad de la vida?”. Treces historias antológicas. Descubrir a una de las grandes.

ROQUE LARRAQUY

La telepatía nacional (FULGENCIO PIMENTEL)  182 páginas

Roque Larraquy (Buenos Aires, 1975) es escritor, guionista y docente. Su primera novela, La comemadre (2010), ha sido la única novela escrita en español seleccionada para participar en el National Book Award for Translated Literature y fue publicada en una veintena de países. En 2014, en colaboración con el ilustrador Diego Ontivero, publicó Informe sobre ectoplasma animal. Su última novela hasta la fecha es La telepatía nacional. La historia. Al proyecto de crear el primer Parque Etnográfico del cono sur, nutrido por «negros, asiáticos, indios y subnormales», le sigue el desembarco de un lote de indígenas en el Buenos Aires de 1933. A través del testimonio de un empleado fiel, descubrimos que los recién llegados participan de un extraño ritual y que este desafía los presupuestos de la ciencia. A partir de ahí, el delirio, y el quiebro de la historia reciente. Polifónica, precisa y atravesada por la sátira, la narración de los protagonistas colapsa en un collage en el que la historia reciente se da cita con la fenomenología paranormal con total naturalidad, mientras el lector sigue procesando el estupor de lo narrado. Descubrir a un autor sorprendente.

NINA BOURAOUI

Rehenes       (SEIX BARRAL)  141 páginas

Nina Bouraoui (Rennes, 1967) es compositora además de escritora. Es autora de quince novelas de extraordinaria acogida entre el público y la crítica franceses. De padre argelino y madre francesa, sus primeros catorce años de vida transcurrieron en Argel, Zurich y Abu Dhabi. En la actualidad vive en París. En 2018 recibió la Orden de las Artes y las Letras de Francia en reconocimiento a su carrera. Rehenes habla de una mujer sometida por el sistema, de una rebelión contra el patriarcado y el capitalismo, y de una llamada a la revuelta. En Rehenes cristaliza el potente monólogo de Sylvie, de cincuenta y tres años, divorciada y con dos hijos, la empleada perfecta y mano derecha de su jefe… Hasta que le pide que clasifique a los trabajadores de la fábrica entre aquellos que deberían salvarse de un proceso de despido colectivo y aquellos que no. De repente su mundo se desmorona y acaba haciendo lo impensable: secuestrar a su jefe durante una noche. Una novela que se lee como un manifiesto, como un grito y una llamada de atención para que nos replanteemos la sumisión a la que nos somete el sistema, y para que reflexionemos sobre la dura realidad a la que se enfrentan las mujeres, para las que a menudo la violencia que ejercen hacia ellas las empresas no tiene nada que envidiar a la de los hombres. Una pensadora.

F.J. CHIVITE

Cada cuervo en su noche      (PAMIELA)  377 páginas

Fernando Chivite (Iruña, 1959) es licenciado en Filosofía y Letras y columnista habitual de prensa. Sus novelas La tapia amarilla e Insomnio ganaron respectivamente el Premio Pio Baroja en 1996 y el Premio Café Gijón en 2006. Ha ganado también los premios de poesía Gerardo Diego con El abismo en la pared (1996) y Ciudad de Irún con Calles poco transitadas (1998). Sus últimos libros hasta la fecha son el poemario Apuntes para un futuro manifiesto (2009) y las novelas El invernadero (2016) y Sebas Yerri [retrato de un suicida] (2018). Su nueva novela, Cada cuervo en su noche, es la comedia romántica de un perdedor, pero también tiene algo de paseo nocturno por los barrios bajos de la conciencia humana. Los incidentes y conflictos morales que aquí se relatan están basados en hechos reales, pero se han dramatizado un poco, alterando algunos nombres por piedad. Se habla de una huida hacia el noroeste, de Madrid a Los Ángeles (pasando por Pamplona, Bayona, Burdeos, París, Brujas o Nueva York) y de los sucesos y azares que acaecen durante ese extraño viaje, pero el tema de fondo es, ¡cómo no!, el amor. Es decir, el amor loco, la búsqueda de la fortuna y la imposibilidad de no morir. Un clásico moderno.

RAÚL QUINTO

La canción de NOF4     (JEKYLL & JILL)  117 páginas

¿Cómo definir un libro indefinible? Quizás dando algunos datos del protagonista real del mismo. Se llamaba Fernando Oreste Nannetti, había nacido en Roma y vivió entre 1927 y 1994. Padecía esquizofrenia y pasó la mitad de su vida recluido en el pabellón penitenciario del manicomio de Volterra, en cuyo muro escribió un libro de más de setenta metros de largo ayudándose con la punta metálica de la hebilla del chaleco de su uniforme. La canción de NOF4 se sumerge en la vida y en los escritos lapidarios de Nannetti, e indaga, con aliento híbrido entre la biografía, el ensayo y el poema en prosa, cuestiones esenciales de la naturaleza humana como el origen y sentido de la escritura, los límites de la locura, la soledad o la creación artística.  Hay otro protagonista, su autor, Raúl Quinto (Cartagena, 1978) que profundiza así en las ideas y formas mestizas que ya desarrollara en libros como Idioteca (El Gaviero, 2010), Yosotros (Caballo de Troya, 2015) o Hijo (La Bella Varsovia, 2017). ¡Pero qué jodidamente raro y hermoso es este libro! Una iluminación.

El comictario. El Labo de Lucas Varela y Hervé Bourhis

Lucas Varela es un talentoso dibujante argentino instalado desde hace años en Francia, país donde ha logrado convertirse en un autor cotizado. Aplaudido por crítica y público, con obras tan destacadas como El último día del futuro, Michigan ó El humano, cada nuevo trabajo de Varela es recibido con expectación y, afortunadamente, su último cómic mantiene el listón de la calidad muy elevado. Bajo el título de El Labo, y sobre un guión de Hervé Bourhis, Lucas Varela convierte en viñetas la aventura de un grupo de pioneros franceses de la informática que estuvieron muy cerca de crear Internet y los primeros ordenadores portátiles. Estamos por tanto ante una ucronía, una historia basada en hechos posibles pero que no ocurrió realmente, y lo cierto es que se trata de un argumento apasionante.

Corre el año 1975 y el joven ingeniero Jean Yves Bertrand, hijo del propietario de una empresa de fotocopiadoras, recibe carta blanca de su padre para crear la fotocopiadora del futuro. Nuestro protagonista se pone a la tarea, pero tras una fiesta en la que come queso de cabra y se fuma un porro tiene visiones sobre teclados, pantallas y redes de comunicación, y hasta se le aparece el rostro de Bill Gates. En ese momento, Jean-Yves Bertrand entiende que el futuro es la informática y que a él le toca construirlo. Para ello, levanta un moderno edificio que bautiza como El labo, que es el diminutivo de laboratorio en francés, contrata varios trabajadores de confianza y emprende un reto mayúsculo: crear el primer ordenador personal, el primer teléfono móvil y una red que permita la comunicación a nivel planetario. A pesar de la impaciencia de su padre, que lo que quiere es una fotocopiadora de última generación, Jean-Yves consigue crear un primer prototipo de ordenador personal con ratón incluido, aunque no le llama ratón, sino musaraña. Una nueva dosis de queso de cabra y marihuana le hace ver un futuro lleno de emoticonos, compras online y gente mirando constantemente sus móviles. El camino al éxito parece despejado, pero una serie de imprevistos dará al traste con el proyecto. Y para colmo, en pleno desmoronamiento, Jean-Yves tendrá una última visión, un mundo lleno de violencia, contaminación, noticias falsas y un individuo que él no conoce, pero que es Donald Trump campando a sus anchas por la red. Tras dos años de trabajo, el sueño informático francés toca a su fin y, poco después, las firmas estadounidenses Apple e IBM sacarán los primeros ordenadores personales.

Buen guión, buen dibujo y un imprescindible toque de humor e ironía. El Labo, de Lucas Varela y Hervé Bourhis, un cómic magnífico, publicado en castellano por Ediciones La Cúpula. No os lo perdáis.

Iñaki Calvo

La última entrega de las novedades de mayo de 2021

LAURA BEATTY

La poda       (IMPEDIMENTA)  313 páginas

Esta novela cuenta la historia de Anne, que a los quince años abandona su casa, se adentra en el bosque que cada día veía desde su ventana y no regresa jamás. Aquel era su refugio soñado: un lugar en el que esconderse y alejarse de su caótica y disfuncional familia, convirtiéndose de modo voluntario en una vagabunda. Poco a poco, aprende a buscar comida y a cazar con sus propias manos; a construir una casa con los materiales que el propio bosque le regala, y a descifrar el hipnotizante coro griego de los árboles. Pero en el bosque escucha otras voces: un hombre armado con una pistola, niños que chapotean en las charcas… y pronto el sonido de unas motosierras lejanas: la ciudad que poco a poco empieza a cercarla. Laura Beatty (Londres, 1963) estudió Filología Inglesa en Oxford y más tarde se especializó en Griego Antiguo. En 1999 publicó su primer libro, una biografía sobre la actriz y sufragista británica Lillie Langtry. Después escribió una novela juvenil sobre la vida de la reina Ana Bolena. La poda (2008) fue su primera novela para adultos y recibió varios premios. Ha publicado otras dos novelas, en 2014 Darkling y en 2019 Lost Property. La poda es un libro desgarrador y hermoso. Una conmovedora metáfora sobre la irresistible llamada de los bosques y la comprensión de una certeza brutal, que el ser humano es una fuerza aniquiladora de la naturaleza. Un descubrimiento.

EDOARDO ALBINATI

Un adulterio        (LUMEN)  103 páginas

Edoardo Albinati es un escritor, periodista, traductor y director italiano nacido en 1956. Reside en Roma y está involucrado en proyectos de ayuda a refugiados. Desde hace veinte años es profesor de los prisioneros de la cárcel de Rebibbia, en la capital italiana. Su cuarta novela, La escuela católica, publicada hace dos años en castellano, recibió el Premio Strega, el galardón literario más importante de Italia. Un adulterio es su última novela. Tras un flechazo virtual, Erri y Clementina huyen de sus respectivas y tediosas vidas de casados para pasar un fin de semana juntos en una isla. Corren un riesgo enorme, pero la pasión que los mueve es incontrolable, y la felicidad que parece estar al alcance de la mano, irrenunciable. Un adulterio nos deja entrever la historia completa de esta aventura fugaz en este extraordinario estudio del deseo. Un relato vibrante, sensual y brutalmente sincero que, construido sobre una mentira, nos interpela a todos: quienes han vivido una relación clandestina, quienes la han rechazado y quienes la han anhelado en lo más íntimo. Iluminador.

LUCÍA PUENZO

Los invisibles      (TUSQUETS)  201 páginas

Lucía Puenzo (Buenos Aires, 1976) es escritora y directora de cine y, también hija del famoso director de cine Luis Puenzo, el de La historia oficial y Gringo viejo. XXY, su primera película, ganó el Gran Premio de la Crítica en Cannes (2007) y un Goya a la Mejor Película Extranjera. Su segunda película, El niño pez, abrió la sección “Panorama” del Festival Internacional de Berlín en 2009. Es también una narradora notable. Ha publicado las novelas El niño pez, 9 minutos, La maldición de Jacinta Pichimahuida, La furia de la langosta y Wakolda. Sus libros han sido editados en la Argentina, Francia, España, Alemania, Italia, Turquía, Estados Unidos y Brasil. En 2010 fue elegida por la prestigiosa revista literaria inglesa Granta como uno de los veinte escritores jóvenes más importantes de la lengua española. Los invisibles habla de perdedores y pequeños delitos. Para Guida, guardia de seguridad en urbanizaciones de lujo, Ajo, la Enana e Isamel son rápidos, sigilosos, avispados, los mejores entrando y saliendo de las casas sin dejar rastro —como si fueran invisibles—. El vigilante ya les ha encargado algunos trabajitos menores, pero quizás haya llegado el momento de ofrecerles algo de mayor envergadura, un golpe más lucrativo que sus muchachos no puedan rechazar. La promesa de un dinero aparentemente fácil obliga a los chicos a aceptar la misión. Sin embargo, nadie les advierte de la posibilidad de que todo se tuerza. Potente.

JOSETXO ORUETA

Wascon     (TXERTOA)  612 páginas

Josetxo Orueta es un bilbaíno que pasó su infancia y adolescencia en Burdeos porque sus padres tuvieron que huir de nuestra tierra por causa del franquismo. Ahora vive en Donostia. Ha publicado libros como Pol eta Pol, Los planes de Lidia, Yo también soy un hijoputa y El Cantar de Orrega, su primera novela, en la narraba el triunfo de los vascones sobre las tropas de Carlomagno en la batalla de Roncesvalles allá por el año 781. En Wascon la historia arranca precisamente después de la batalla, con un pueblo vascón dividido por luchas intestinas y ya sin los líderes que les llevaron a la victoria. Los clanes, ya sean cristianos, paganos o musulmanes, están a torta limpia hasta que no van a tener más remedio que unirse de nuevo, porque desde el sur, desde Córdoba llega un gran ejército comandado por Ab al-Rhaman dispuesto a hacerse con todos los territorios hasta los Pirineos. Zaragoza, Pamplona y los valles pirenaicos son los espacios geográficos donde transcurre la trama. Interesante.

MARTA SANZ

Parte de mí         (ANAGRAMA)  227 páginas

Marta Sanz (Madrid, 1967) es una estupenda escritora. La autora de La lección de anatomía, Black, black, black, Clavícula y Pequeñas mujeres rojas, entre otros notables escritos, acaba de publicar este Parte de mi que no es otra cosa que un pequeño diario del tiempo de la pandemia, que transcurre entre el 17 de abril y el 31 de diciembre del año pasado. Cada entrada, que termina con el hastag “partedemi”, está acompañada por una fotografía del momento, o antigua, que ilustra a la perfección la reflexión. La autora nos desnuda su cotidianidad, también partes de su biografía, y nos cuenta cómo entiende el acto de escribir y de conectarse con los lectores en una situación vital tan, tan especial. Es un libro muy delicado, hermoso y profundo.

La cuarta entrega de las novedades de mayo de 2021

EDUARDO LAPORTE

Tiempo ordinario   (PAPELES MÍNIMOS)  135 páginas

Con el navarro Eduardo Laporte (Iruña, 1979) tuvimos un flechazo literario cuando leímos su novela-reportaje La tabla, publicada por Demipage en 2016. Una historia que recreaba la peripecia de un joven que se perdía con su tabla de surf por el Mediterráneo hasta que conseguía “reencontrarse” años después, como le sucedía al periodista que le seguía la pista, que la aventura ajena tuvo también para él un efecto catártico. Luego esa pasión “laporte” continuó con la publicación de sus Diarios (2015-2016) y su pequeña aproximación a Pio Baroja con Barojiano y todo lo contrario. Así que no podemos estar más contentos con la nueva entrega de sus memorias que aparece en Tiempo ordinario, unos diarios que sabemos están escritos entre 2017 y 2020, pero cuyas entradas no tienen una fecha concreta. Estamos ante las reflexiones de una vida marcada por la cotidianidad. Años, como señala la propia contraportada, “atravesados por la urgencia, la mudanza, la lectura, la amistad, la perplejidad y, finalmente, por la pandemia”. Un placer, señor Laporte.

LAURA ALCOBA

Trilogía de la casa de los conejos  (ALFAGUARA)  305 páginas

Laura Alcoba nació en 1968 en Argentina, país que abandonó cuando su familia se trasladó a París huyendo de la dictadura militar. En esta ciudad se licenció en Letras y, tras ejercer de editora y traductora, actualmente es profesora en la Universidad de París X Nanterre. Entre 2007 y 2017 publicó tres novelas cortas, escritas en francés, que fueron recibidas con grandes críticas y el fervor de bastantes lectores. El sello Alfaguara ha decidido editar las tres novelas (La casa de los conejos, El azul de las abejas y La danza de la araña) en solo un volumen. Las novelas son un ejercicio de memoria, de recuperación de los recuerdos de la propia autora, una historia que nace en 1975 poco antes de la dictadura argentina, que atraviesa el exilio en Francia y alcanza hasta la llegada de la adolescencia en un país que quizás sea el propio un día, pero que todavía no lo es. Tres novelas, que son una, cargadas de emotividad y dolor, y escritas con fuerza y delicadeza. Un clásico de la literatura autobiográfica más reciente. Agradecidos, señora Alcoba.

SASHA FILIPENKO

Cruces rojas        (ALIANZA)  197 páginas

Sasha Filipenko (1984, Minsk) es un autor bielorruso de habla rusa. Tras abandonar su formación musical clásica, cursó estudios de literatura en San Petersburgo y trabajó como periodista y guionista. Esta es su cuarta novela. En ella se nos cuenta como un joven llamado Alexander se muda a un apartamento en Minsk. Llega con una tragedia a sus espaldas y ninguna intención de hacer nuevos amigos. Pero Tatiana Alekséievna, su vecina nonagenaria, insistirá en compartir con él sus recuerdos antes de que el alzhéimer los borre por completo. Como mecanógrafa del ministerio del interior ruso durante la Segunda Guerra Mundial, Tatiana tuvo a su cargo la comunicación con Cruz Roja Internacional sobre de los soldados apresados por el bando enemigo; entre ellos, su marido. Después pasaría años en un campo de concentración. La memoria de Tatiana, pronta a extinguirse, se afirma como testimonio de la arbitrariedad del régimen soviético y de la impiedad hacia su propio pueblo. Tiene una pinta formidable. Bienvenido, señor Filipenko.

ANNE CATHRINE BOMANN

Agathe      (ANAGRAMA)  157 páginas

Estamos tan acostumbrados a los clichés sobre la vida y circunstancias de los escritores que lo primero que nos ha llamado la atención sobre la escritora danesa Anne Cathrine Bomann, psicóloga que vive en Copenhague, es que fue doce veces campeona danesa de tenis de mesa. En fin, tonterías. Lo relevante es que su novela Agathe, su debut literario, ha sido traducida a veinticinco lenguas y ha recibido encendidos elogios. Estamos en las afueras de París, en 1948. Un psiquiatra de setenta y un años, a punto de jubilarse, se dispone a recibir las últimas visitas que le ha concertado su secretaria Madame Surrugue. El anciano ha llevado una existencia metódica, rutinaria y aislada, sin abandonar nunca la casa de su infancia y evitando cualquier complicidad con sus vecinos. Entre las últimas visitas, sin embargo, la fiel secretaria ha añadido una no programada: la de una mujer alemana llamada Agathe, con problemas psiquiátricos previos y una vida envuelta en misterio. La cita desestabilizará el ordenado mundo del viejo psiquiatra. El soplo de lo imprevisible se colará en su vida y lo cambiará para siempre, si es que todavía está a tiempo de cambiar. Una novela contenida, breve y arrebatadoramente hermosa y emocionante. Gracias, Anne Cathrine Bomann.

THOMAS WOLFE

Historia de una novela    (PERIFÉRICA)  98 páginas

Thomas Wolfe (Asheville, 1900-Baltimore, 1938) a pesar de su corta vida está considerado como uno de los más importantes narradores estadounidenses de la primera mitad del siglo XX. Su primera novela El ángel que nos mira (1929) obtuvo gran resonancia en su país y en buena parte de Europa. A este libro le siguieron otras obras de igual envergadura, sobre todo Del tiempo y el río (1935). Wolfe es recordado así mismo por sus piezas maestras en formato breve, que Periférica comenzó a rescatar en 2011 con la publicación entre otras de El niño perdido o  Hermana muerte (2014). Historia de una novela, texto autobiográfico publicado en 1936, cuenta cómo después de terminar El ángel que nos mira, el joven escritor comenzó a trabajar en el manuscrito de su segunda gran obra. Lo que el autor, todavía inmaduro, no alcanzaba a prever es que esa experiencia se transformaría en una aventura intelectual y emocional que duraría más de un lustro. Un documento maravilloso que nos permite asomarnos a las intimidades de un proceso creativo y, a la larga, nos obliga a establecer conjeturas acerca de las complejas relaciones entre un autor y su editor, que en este caso era nada menos que Maxwell Perkins, el excepcional descubridor de Scott Fitzgerald o Hemingway, que es el protagonista secreto de esta historia. Hay una película de 2016 titulada Genius e interpretada por Jude Law y Colin Firth en los papeles de Wolfe y Perkins, que narra esta historia. Su director es Michale Grandage. Qué bueno redescubrirle, señor Wolfe.

La primera entrega de novedades de abril de 2021

EDURNE PORTELA

Los ojos cerrados   (GALAXIA GUTENBERG)  204 páginas

La escritora vizcaína Edurne Portela (Santurtzi, 1974) sigue acelerando su carrera literaria. Doctora en Literaturas Hispánicas y profesora en Estados Unidos, sus primeros trabajos tuvieron que ver con la violencia, su causa y sus consecuencias. Especialmente celebrado es su ensayo El eco de los disparos: Cultura y memoria de la violencia (2016) en el que analizaba la importancia de la cultura a la hora de analizar violencias como la del País Vasco. En 2017 apareció su primera novela, Mejor la ausencia, en la que volvía a los territorios de las violencias en la Euskadi postindustrial de los 80. Y hace dos años apareció su segunda novela, Formas de estar lejos, en la que se centraba en la violencia machista pero ejercida de manera psicológica y en el marco de las relaciones de pareja. Y ahora se edita Los ojos cerrados, su tercera novela, en la que nos lleva al mundo rural, a Pueblo Chico, donde vive el anciano Pedro, el protagonista de la historia, que asiste sorprendido a la llegada de la joven Ariadna, cuya relación con el lugar no está nada clara. Pero el pasado esconde violencias que deben ser desveladas. Muchas ganas.

MARÍA SONIA CRISTOFF

Desubicados     (MINÚSCULA)  89 páginas

La periodista, traductora y profesora de escritura creativa María Sonia Cristoff (Trelew, Patagonia, 1965) es una de las escritoras argentinas más originales y personales del momento. Escasamente conocida por estos lares ha publicado una crónica periodística, tres antologías y cuatro novelas, libros que han sido traducidos sin embargo a siete idiomas. Desubicados es la primera novela que publicó en 2006. Cuenta la historia de una mujer con problemas de insomnio, provocados por la intensa y ruidosa actividad sexual de sus vecinos, que se pasa la vida durmiéndose por las esquinas. En uno de esos momentos de cansancio se para a descansar en un banco de la ciudad de Buenos Aires, una de las más ruidosas del mundo. El banco está situado en el zoológico y eso le lleva a pensar que tanto ella como los animales están desubicados y que todos sienten nostalgia del hogar ausente. ¿Por qué vivimos donde vivimos si no somos felices haciéndolo así? Una novela repleta de agudos e irónicas reflexiones sobre el sentido de la vida, que dirían los Monty Python.

IRENE SOLÁ

Los diques    (ANAGRAMA)  285 páginas

La joven escritora catalana Irene Solà (Malla, 1990) nos arrebató el corazón con la  novela Canto yo y la montaña baila que fue publicada en 2019 en catalán y castellano y que, entre otros galardones, recibió el Premio de Literatura de la Unión Europea. Traducida también al euskera, contaba la historia de una familia que habitaba en la falda de los Pirineos catalanes apoyándose en personas, animales y elementos del paisaje que hablaban con su propia voz. Un libro lírico y hermoso. Gracias a este éxito se publica ahora en castellano la primera novela de su autora. Los diques (2018) nos cuenta la peripecia de una joven, Ada, que tras una estancia de tres años en Londres regresa a su pueblo en pleno verano. Su intención es recuperar la relación con su familia, con sus amigos y, si es posible, con un antiguo amor. Otra novela en la que Solà desmenuza la realidad a base de capítulos cortos en los que juega con las palabras, los personajes y las historias, en la que experimenta con su potentísima capacidad fabuladora. ¡Qué gran placer leer a esta mujer!

JOSÉ IGNACIO CEBERIO

Los collares eléctricos     (TXERTOA)  103 páginas

José Ignacio Ceberio es diseñador gráfico. Nacido en Bilbao, ha escrito el libro de cuentos fantásticos y de terror  Zumo de Ciprés y la novela, negra para más señas, El chico de los recados. Ganó, entre otros premios, el I Certamen Internacional de Microrrelatos Grupo Prisa. Dice de sí mismo que es “dueño de infinidad de dudas y rehén de contadas certezas”, y aún así intenta cada día comprender los mecanismos de este mundo inverosímil. Los collares eléctricos, una novela “de humor melancólico”, está protagonizada por Jon Ormaza, un funcionario de bajo rango que la Diputación de Bizkaia ha enviado a Noruega para averiguar el paradero de tres jubilados participantes en un programa de intercambio cultural de los que se ha perdido la pista. Tras solventar el problema, con un desenlace inesperado en el archipiélago Svalbard, en pleno Círculo Polar Ártico, regresa a Algorta, convertida en un enorme parque temático, para enfrentarse a sus propios demonios, entre ellos la relación con su mujer que “no atraviesa por un buen momento”, por utilizar una frase hecha. Una novela de humor, divertida y triste, como debe de ser.

GEORGES BLIN

El sadismo de Baudelaire         (EDICIONES DEL SUBSUELO)  206 páginas

Georges Blin (1917-2015) fue uno de los grandes estudiosos y críticos de la literatura francesa durante el siglo XX. Su magisterio, impartido desde la Universidad de la Sorbona y desde el Collège de France, fue indiscutible. Sus dos libros sobre Baudelaire, en los años cuarenta, y los dos sobre Stendhal, en los cincuenta, siguen siendo toda una referencia sobre la obra de estos dos escritores. El sadismo de Baudelaire reúne precisamente cuatro breves ensayos sobre este gran poeta francés, tres sobre su estilo, sus demonios y sus pequeños poemas en prosa, en los que explora los abismos de la consciencia del poeta, las complicaciones y las contradicciones de su imaginario,  y otro sobre la visión que Sartre tenía sobre Baudelaire, que Blin consideraba totalmente equivocada. Al fallecer, Antoine Compagnon, el gran historiador de la literatura francesa, dijo de Blin que era un superdotado, un hombre de gran talento que le produjo un gran sufrimiento. Porque ya se sabe “la excesiva inteligencia puede convertirse en una maldición”. Un maestro en todo caso.

El comictario. El Helldorado de Morvan, Dragan y Noé

Entre los años 2006 y 2009 se publicó en Francia un impresionante cómic en tres volúmenes bajo el título de Helldorado, curiosa coincidencia, por cierto, con el nombre de la asociación cultural y sala de conciertos ubicada en Vitoria-Gasteiz. Por esas cosas que suelen ocurrir en el mundo del noveno arte, una obra excepcional como Helldorado no se había publicado en castellano, y han tenido que pasar once años para que una editorial joven, el sello madrileño Nuevo Nueve, haya cubierto este hueco imperdonable. Helldorado nos transporta hasta la isla ficticia de Los Penitentes, perdida en medio del océano Atlántico y donde nativos y conquistadores españoles libran una guerra sin cuartel. La tribu local, los Syyanas, que controla la mitad de la isla, está bajo el dominio del cruel sacerdote Pavo Caltan, mientras que los españoles tienen al frente al sanguinario capitán Abatirso.

El guión escrito por los franceses Jean Paul Morvan y Miroslav Dragan nos ofrece una amplia panorámica, tanto de las partes enfrentadas como del territorio que ocupan. Es el choque de dos civilizaciones, dos mundos totalmente opuestos pero con un enemigo común, una epidemia, la Santa Maladria, que contagia y mata sin distinción de raza ni creencia. Seguro que Morvan y Dragan nunca se imaginaron que su fábula pandémica iba a convertirse en realidad años después en forma de coronavirus. Impresiona ver, con la perspectiva actual, cómo tanto los nativos como los conquistadores buscan un remedio contra la plaga, mientras tratan de evitarla con medidas de prevención en forma de máscaras, guantes, trajes especiales y aislamiento de los enfermos. Todo esto con los medios del siglo XVII, y en el marco de una sangrienta guerra y distintos objetivos de cada parte. Los Syyanas luchan por sobrevivir como civilización, mientras las tropas invasoras son el arma del enloquecido capitán Abatirso para matar a todos los habitantes de la isla, incluidos él mismo y sus soldados, y evitar así que la plaga llegue a España.

Un relato apocalíptico, con terribles escenas de violencia y a la vez bellísimas y coloristas ilustraciones. Aquí es donde brilla con luz propia el trabajo del dibujante argentino Ignacio Noé, que sabe mezclar la luz y la oscuridad, el terror y la alegría, la maldad y la picaresca, la vida y la muerte. Extraordinario diseño de personajes y escenarios, respetando la fisonomía de indígenas e invasores, sus vestimentas y sus ciudades. ¡Y qué portada, señoras y señores! Sólo esa ilustración del siniestro capitán Abatirso en primer plano sobre un fondo de fuego, muerte y dolor, es reclamo suficiente para comprar este integral, sentarse a leerlo y no parar hasta la última página. Con final sorpresa, por supuesto. Un auténtico manjar este cómic deslumbrante, Helldorado, publicado en castellano por Nuevo Nueve Editores. No os lo perdáis.

Iñaki Calvo

Los cuidados paliativos y Eduardo Berti, pura literatura

Eduardo Berti (Buenos Aires, 1964) es un notable escritor argentino que lleva unos años viviendo en Francia, concretamente en Burdeos. Entre su obra destacan las novelas Agua, Todos los Funes, El país imaginado y Faster y los libros de relatos Los pájaros, Lo inolvidable y Círculo de lectores. Todos ellos han sido escritos en castellano. Sin embargo Una presencia ideal, que se publicó originalmente en Francia hace tres años, está escrito en francés y parte de un encargo. Entre abril y diciembre de 2015, como cuenta el autor en el prólogo, Berti pasó varias semanas en el hospital universitario de Ruan, “invitado y acogido” por el servicio de cuidados paliativos. La idea era que se convirtiera en una especie de residente médico-literario y que pulsara el día a día de un lugar donde la gente que ingresa acaba muriendo (casi todos). Berti se entrevistó con sanitarios y cuidadores y les hizo hablar en primera persona de sus vidas y experiencias. El autor se dio cuenta enseguida de que el libro solo podía ser escrito en francés. Y así lo hizo.

Una presencia ideal deja hablar en primera persona a médicos, residentes, enfermeras, cuidadoras, camilleros, y también a esteticistas, músicos, lectores… a toda la gente que trabaja y pasa por una unidad de cuidados intensivos. Los nombres de las personas están cambiados, para proteger su intimidad, pero su profesión es la que es. El libro, que acaba convirtiéndose en una especie de volumen de relatos, es impresionante. Los profesionales toman la palabra y hablan de los enfermos, de sus familias y de ellos mismos. Son conversaciones a calzón quitado donde se habla del dolor y la muerte, pero también de la vida y de las lecciones que nos dejan, con mucha dignidad, los que se van: lecciones de esperanza. Todos saben que los enfermos en paliativos no se curan, que el que entra allí, muere, pero todos saben estar a la altura de las circunstancias. Todos, todos, igual es mucho decir, porque algunos familiares son superados por las circunstancias y hacen cosas que no deberían hacer. Pero el dolor cada uno lo lleva como puede.

Se habla de muchas cosas en este libro. De cómo afrontar la primera muerte cuando empiezas a trabajar en paliativos. De las apuestas que se hacen sobre quién morirá antes (para afrontar la tensión). De lo dolorosas que son muchas muertes entre los profesionales y de la necesidad de no tutear a los pacientes, de no acercarse mucho a ellos. De cómo afrontar que un enfermo no quiera ver a algunos familiares. De ver morir a alguien que no quiere tu consuelo. De no entrar jamás en la sala de los familiares. De cómo afrontar que se enamoren de ti. De cómo afrontar a los “viejos verdes”.  De lo conveniente que es leer historias cortas a los moribundos: no se terminan las novelas. De la importancia de los niños en paliativos: son la vida. De la rabia que los sanitarios tienen que aguantar. De las secretarias médicas que prefieren no conocer a los pacientes: tienen que hacer el papeleo cuando mueren. De esos pacientes que viven más, cuando no quieren. Del tópico de que la mujer aguanta mejor el dolor. De dudar de tu pareja con razón: “encontrará a otra persona cuando ya no esté”. Del “enganche” de algunos sanitarios con algunos pacientes. De algunos sanitarios que no pueden contener su emoción, para satisfacción de enfermos y familiares. Del miedo de los sanitarios a la habitación vacía, que todavía huele a muerte. De la angustia de oír el timbre de llamada, una y otra vez. De no enfadarse nunca, nunca, con los pacientes porque pueden morirse antes de que puedas disculparte. De algunos momentos gloriosos, como celebrar una boda con alguien que se va a morir: es una gran alegría. De que debería ser obligatorio que los sanitarios estuvieran como enfermos en paliativos para poder ejercer. De la importancia de los voluntarios, porque están, solo están. De estar cerca de los pacientes, en cualquier circunstancia. De transmitir consuelo cuando debes contar que tu familiar ha muerto. Y así sucesivamente.

Lo dicho, un libro impresionante, sobrecogedor, que sin embargo nos hace sentir que somos mejores de lo que creemos, porque somos capaces de ofrecer al que muere, “al que se va”, la humanidad que precisa en la mayoría de las ocasiones. Una gran lección de vida. Sí, de vida. Porque aprendemos a querer la vida, cuando somos capaces de despedir como se merece a los que mueren.

Enrique Martín

Los sobresalientes cuentos científicos de Benjamín Labatut

Benjamín Labatut es un escritor que tiene cuarenta años, una azarosa existencia y tres libros. Y yo no lo conocía. Menos mal que a la editorial Anagrama le ha dado por publicar Un verdor terrible y eso ha facilitado nuestro encuentro. Supongo que a él le vendrá bien porque el libro me ha gustado y voy a hacer una valoración crítica positiva y quizá alguno de ustedes se sienta impulsado a comprar y leer este libro, lo cual es siempre el objetivo de cualquier escritor, que lo lean y que, mejor aún, lo compren. También quiero advertirles que siento una cierta fascinación por los autores de narraciones que tienen que ver con la ciencia. Yo creo que fue porque leí En busca de Klingsor por lo que desarrollé una cierta atracción por los libros de Jorge Volpi y me han gustado todos, menos Una novela criminal.

Como veis mantengo controlado mi fetichismo admirativo. Me gustó El arcoíris de la gravedad y La medición del mundo, también El metro del mundo y, por supuesto La historia de tu vida, narraciones de diferentes autores todas ellas relacionadas con la ciencia. Ý ya entrando en Un verdor terrible me ha gustado Azul de Prusia, que va de un pigmento sintético relacionado con el gas Ziklon utilizado en las cámaras de gas nazis. Labatut hace un recorrido por la historia de este color, de su creador, de los pasos que lo llevaron al siglo XX, de su conversión en agente asesino y de mil cosas más. Y esto es solo el principio porque este es un cuento, y no de los más largos, de los cinco que componen el volumen.

Después nos habla en otro  de un tal Karl Schwarzschild que un día de la I Guerra Mundial le escribió a Albert Einstein explicándole sus propios escritos y como entre esa guerra y la siguiente se implantó la teoría de los agujeros negros. Y más allá aún, de Heisenberg y Schrödinger que no se aguantaban a pesar de que ambos eran unos genios y sus biografías se cruzaron más de lo que hubieran querido ellos y menos de lo que nos habría convenido a nosotros. Pero, bueno, que hay mas científicos y sabios pululando por estas páginas y Labatut nos explica lo que hicieron y por qué y lo hace utilizando la literatura, es decir no solo la narrativa, sino que impregna estas páginas de conocimientos necesarios y los adorna con una escritura elevada a la altura de la importancia de lo que cuenta.

Es tan corto este libro, doscientas páginas de nada, que da un poco de rabia que se acabe y creo que no es solo porque me interese la ciencia y me gusten los escritores que se atreven con ella y pienso que, quizá, ese mismo contenido y su complejidad hace que estos escritores sean también muy buenos literatos y nos asombren con su narración. Tengo que buscar La Antártica empieza aquí y Después de la luz, que son los libros anteriores de Labatut, aunque sean diferentes, aunque sean trabajos de primerizo. Alguien que está a este nivel en su tercer libro ha tenido que ser bueno desde el comienzo. Y si usted no siente interés alguno por la ciencia pero si por la literatura lea igualmente este libro. Si no le interesan ninguna de las dos cosas ni lo intente. Pero entonces ¿qué hace leyendo esto?

Félix Linares