Pompas de papel

Este libro podría gustar a nuestro crítico cinematográfico Félix Linares… ó tal vez no. ¡Vaya usted a saber! Digo que podría gustarle porque es un libro que habla sobre el cine, sobre las interioridades del cine y sobre cómo se elabora una historia para el cine que acaba después convertida en guión cinematográfico.  Más concretamente la novela va de un director de cine que contempla la realidad como materia bruta de la cual poder extraer una historia, y que en todo momento reflexiona sobre cómo podría quedar atrapada esa realidad en un guión de cine.

La cosa es que no está muy claro que este libro sea una novela. Y me explico. El autor de la misma es Jonás Trueba, hijo del cineasta Fernando Trueba y sobrino del también director de cine David Trueba. Jonás también ha dirigido dos películas, Todas las canciones hablan de mí y Los ilusos, por lo que le podemos calificar también de cineasta. Las ilusiones (Impedimenta) está narrado en primera persona por un cineasta sin nombre, que habla de sus amigos, de sus amores, de las diferentes posibilidades de la vida –una anécdota termina con un final y a renglón seguido se nos ofrece otro final alternativo- y de lo cerca que estamos del fracaso, aunque veamos el éxito a la vuelta de la esquina. Puede ser Jonás Trueba ó no. Como no nos lo explican deducimos que es una novela. Por omisión.

Y es una novela especial porque empieza diciendo: “Recordar la anécdota de la otra noche…”. Y entonces el protagonista apunta las anécdotas y las cosas curiosas que nos pasan en la vida cotidiana. Aquello de que “mi vida es de lo más normal” es una bobada, porque las vidas más rutinarias analizadas con un punto de vista curioso dan para mucho: hay muchas contradicciones, y paradojas, y momentos tiernos y hermosos. Aunque como dice el protagonista, luego no nos acordamos de las buenas anécdotas cuando las necesitamos. Por ejemplo cuando estamos escribiendo un guión.

Y la historia de fondo además es buena. Porque va de un director que quiere hacer una película sobre lo que pasa después de haber hecho una película. Es decir, el “bajón” anímico, la vuelta a la realidad (porque las películas por muy verídicas que sean, no son la realidad; ni siquiera los documentales lo son). Y de cómo tras la vuelta a la vida cotidiana hay que rearmarse para preparar una nueva película. Pero en el libro la vida embrolla la “linealidad” de la historia, y el presente se confunde con el pasado, pasado que se cuela inexorablemente en el futuro. Es lo que tiene la vida, que todo es caótico.

Un libro sugerente que habla de esos “ilusos” que se dedican al mundo del cine ó que quieren dedicarse a él y que viven de “ilusiones”. Un libro narrado como si se hablara, pero como si se hablara cultamente sin dejar de ser “natural”. Un libro que es una especie de ”making off” de la película Los ilusos. Supongo que podría gustarle al crítico Félix Linares… ó tal vez no.

Enrique Martín