Hacía muchos años que una novela de ciencia-ficción no había recabado tantos parabienes como El marciano de Andy Weir. Alabanzas que han llegado tanto desde el campo de los aficionados al género, como desde el campo de la ciencia y el de los aficionados a la literatura en general. Y es que El marciano funciona sobre todo como una gran novela de aventuras que sin embargo tiene un aire clásico de tragedia griega. Es la historia de un hombre abandonado por los dioses en un lugar inhóspito, un hombre que ha de valerse de sus propios medios para sobrevivir. En el libro resuenan los ecos del Robinson Crusoe de Daniel Defoe y La tempestad de Shakespeare. Una novela que reflexiona sobre conceptos como el de heroísmo, culpa, traición, lealtad, honor, compañerismo… y todo, sin embargo, con un sentido del humor envidiable.
El marciano cuenta la historia de Mark Watney, un astronauta de la Ares 3, la tercera nave terrestre en llegar a Marte. Mark ha sido uno de los primeros hombres en poner el pie en el planeta rojo. Pero todo se tuerce rápidamente. Durante el sexto día de la misión, y mientras los astronautas están realizando sus primeros experimentos y paseos por el planeta,
La novela está muy bien escrita y muy bien estructurada. La acción se articula en torno al diario de a bordo que escribe Mark, diario que se combina con lo que acontece en la NASA desde el momento en el que descubren que han abandonado a un astronauta en Marte y lo que sucede en el Ares 3 cuando les cuentan que su compañero está todavía vivo. A pesar del sentimiento de culpa que sienten todos, los científicos y el mundo se movilizan para salvar a ese ser perdido en un planeta hostil, aunque en el rescate se pierdan otras vidas y millones de dólares. Los seres humanos somos así, capaces de movilizarnos por una persona, e incapaces de hacerlo por un millón: a la persona le vemos la cara, al millón no, se ha transformado en masa.
Un par de apuntes más. El libro es de ciencia ficción hard, es decir, estamos hablando de un libro muy científico que disfrutarán especialmente los interesados en este campo. Pero los que no sepan nada de ello, tranquilos. Los hechos científicos pueden ser tratados por el lector como hechos fantásticos (yo lo hago a veces). Y además lo que importa es el conjunto. Porque El marciano es un relato de aventuras, repleto de emociones, de giros argumentales, de sorpresas, de pequeñas y grandes epopeyas. Un libro vital y verosímil del que Ridley Scott, el director de Blade Runner y Alien, está rodando en estos momentos una película. Tiene buen material. Que no la pifie.
El género de la ciencia ficción no está muerto. Solo hay que tener ideas y el talento que posee el estadounidense Andy Weir.
Enrique Martín
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Buen libro, tampoco para echar cohetes, pero se pasa un buen rato leyéndolo, más que nada porqué hace ya algún tiempo que no aparecía una novela de CF que no resultase mera fantasía, cosa que me apartó de esta categoría a la que estaba bastante enganchado, en fin, que merece la pena leerlo a todo a quien disfrute de la CF (para recordar viejos tiempos, que dicen fueron mejores). Animo.