El libro Incienso está conformado por dos novelas breves, Primer Incensario y Segundo Incensario, ambos reflejan cómo era la vida en el Hong Kong colonial, cuando el comercio florecía, se había adoptado cierto refinamiento británico que, sin embargo, debía competir con las sugerentes costumbres chinas: “Es una sociedad –leemos en referencia a Hong Kong– que copia las costumbres inglesas, pero le gusta tanto “añadir patas” al dibujar una serpiente, que acaba perdiéndose por completo el carácter original”.
La primera nouvelle está protagonizada por la joven Weilong. Hija de una familia modesta, que escapó de Shanghai a Hong Kong ante los rumores de guerra; pero la vida en aquella ciudad se encarece y deciden regresar a su hogar, que parece, además, haberse tranquilizado.
El segundo incensario, un alegato a favor de la educación sexual, es la narración de una joven irlandesa a una amiga en una biblioteca china. Esa historia rememora el matrimonio de Roger Empton, un profesor universitario de Hong Kong, que se enamora de una mujer mucho más joven que él, Susie. La noche de bodas desencadena una serie de acontecimientos que se llevarán por delante la honorabilidad del profesor. En esta segunda novela breve, leemos que los libros viejos son la cámara frigorífica de los sentimientos. Y algo de eso tiene, en realidad, la literatura.
Este libro nos permite hacernos una idea, siquiera vaga, de cómo era la vida de las mujeres en aquella época, y de cómo el refinamiento exigía más que códigos estéticos que morales; había libertad, pero era necesario guardar las apariencias. “Para una mujer -dice uno de los personajes- lo más importante es su reputación. La reputación de la que hablo es un poco distinta de la que encomian los moralistas. Hoy en día, la gente de mentalidad mínimamente moderna no da tanta importancia a la castidad. Solo hay un tabú, y es amar a un hombre que no te ama o que te deja tirada después de haberte amado. ¿Cómo pueden los huesos de una mujer soportar esa afrenta?”.
La autora de Incienso, este libro hermoso y perturbador, es Eileen Chang. Nacida en Shanghai, tras el divorcio de sus padres, quedó bajo la custodia del padre que la maltrató. Consiguió estudiar literatura y comenzar a publicar en revistas cuentos y novelas cortas que la convirtieron en una famosa escritora. La llegada de los comunistas al poder, hizo que en 1955 se instalara en Estados Unidos, donde murió cuarenta años más tarde sin haber regresado nunca a China.
Txani Rodríguez
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