Tenía que empezar a entrevistar a personas conocidas, a personajes vascos famosos y decidí escoger a alguien de “la casa”, por comenzar con algo más accesible,. ¿Quién me parecía interesante? Pues, Félix Linares. Ya me habían dicho que era muy simpático, de hecho, conociéndome solo de vista, siempre me saludaba por el pasillo, así que le escribí un mail pidiéndole una entrevista y me contestó, literalmente: “La haremos”. Muy cinematográfico.

Quedamos en vernos a una hora concreta en una de las salas de reuniones de la entrada. Me hizo un hueco como pudo, ya que empezaba el Festival de cine de San Sebastián y él andaba muy liado con grabaciones de las promos y dejando todo listo antes de irse para Donosti.

Llegó la hora acordada y fui a la entrada. Las chicas de recepción me dijeron que Félix había pasado varias veces preguntando por mí, así que le busqué en su sitio y en las salas de radio, pero nos debimos cruzar y no le vi. Le estuve esperando un largo rato y cuando decidí marcharme, al pasar por su mesa, le vi sentado, trabajando. “Me has dejado tirado”, me dijo. Le pedí disculpas, aclaramos el asunto y quedamos para el día siguiente.

En esa ocasión no hubo problemas y pudimos charlar durante más de media hora. Me pareció muy natural y, sobre todo, me dio la impresión de que le encanta su trabajo. Aunque sabía, porque había leído muchas entrevistas suyas para documentarme, que algunas cosas las había repetido mil veces, no parecía importarle. Fue muy interesante, la pena es que tuve que cortar muchas cosas para que no fuera demasiado largo. Puedes leer cómo quedó la entrevista con Félix Linares en eitb.com.