Reciclar el roscón

Desde hace algunos años en Etxanobe madrugamos el 6 de enero para hacer el roscón. No queda más remedio que comenzar temprano,  porque nos gusta agasajar a nuestros clientes. Pero al día siguiente, el roscón está muerto. Se ha endurecido, ha quedado seco y se desmigaja. Aunque en el restaurante tenemos un truco sencillo que consiste en cortarlo en rodajas y meterlo en una tostadora. De esta manera, en su interior el almidón se activa y el gluten se vuelve elástico, así el rosco se ablanda y recupera su jugosidad. En su exterior se produce la reacción de Maillard y la caramelización forma una costra crujiente y exquisita que aporta nuevos sabores y aromas. Así disfrutaremos de nuevo del rosco, aunque también  podemos dejar volar la imaginación, y rociarlo con un generoso chorro de aceite de oliva, rallar sobre él chocolate, untarlo con confitura de naranja amarga o ponerle mantequilla.

Receta: roscón de Reyes