Sidartha e Indra Juanotena son dos hermanos navarros interesados en budismo y Tíbet desde niños. Hasta ahora nunca habían visitado aquellas elevadas tierras hasta que vieron la oportunidad de acompañar a un importante maestro como es el lama Tonsang cuya intención era visitar su tierra después de un largo exilio en Francia. Fueron de peregrinos de monasterio en monasterio.
Sidartha e Indra Juanotena son dos jóvenes periodistas, hijos del querido y siempre recordado Jesús Javier Juanotena. Periodista, introductor del budismo y la problemática del pueblo tibetano en Euskal Herria. Autor, entre otros libros, de “Un Nóbel para la paz” en donde explica la historia del pueblo tibetano y la del actual Dalai Lama. Jesús Javier Juanotena, a mediados de la década de los 80 del siglo pasado, organizo la Semana del Tíbet en Donosti. Por primera vez en Euskadi escuchábamos de manera directa el sufrimiento del pueblo tibetano en el exilio. De esta manera tuve el gusto de conocer a Jesús Javier y otros activistas por la causa tibetana, entre ellos el monje Tubteng Wancheng.
El incansable Jesús Javier Juanotena fue el que trajo en 1990 al propio Dalai Lama a Navarra. Gracias a él y a Wancheng tuve el gran privilegió de entrevistar al Dalai Lama y compartir con él una media hora en la que me entrego mucha paz, optimismo, además de reírnos a gusto pues siempre esta de buen humor.
Jesús Javier Juanotena también defendió la causa Palestina y al pueblo bosnio. Fue el fundador del centro budista en Gulina, Navarra. Falleció de manera repentina cuando más actividad desplegada. Ahora se le reconoce como un gran maestro e introductor del budismo en nuestra tierra.
Asiduo del centro budista de Gulina es el lama Tonsang. Quiso emprender un viaje para visitar su tierra después de tanto años de exilio. Sidartha e Indra le iban acompañar como peregrinos en visita a distintos monasterios. Fueron durante los meses de septiembre y octubre de 2007. Aterrizaron en Katmandú y por tierra pasaron la frontera del Tíbet. En el camino tuvieron la suerte de divisar el Everest. El primer monasterio fue el de Sam-Ye. Ante las autoridades chinas tuvieron que dejar bien claro que iban de peregrinaje así y todo les prohibieron visitar el Tíbet profundo de donde es originario el lama Tonsang.
Sidartha e Indra nos hablaron de la extraordinaria acogida que tuvieron en los monasterios. Denunciaron la represión contra la población y la religión en el Tíbet y como este país es utilizado por el gobierno Chino para explotar los recursos naturales. Las tradiciones milenarias solo les interesa consérvalas como escaparate al turismo sin promocionar en absoluto la cultura y el idioma tibetano.
El contacto con el centro budista de Gulina es. www.mikyodorje.com
948 60 06 68
