Josu Larrabeiti y Ana Luja son viajeros de tan largo recorrido que es muy difícil localizarlos en el tiempo y en el espacio. No aparecen en las redes digitales. Muchas veces me he preguntado: “¿En dónde estarán?”. Por suerte para nosotros, los hemos localizado en Euskadi en una de sus visitas para ver a la familia, amigos y hacerse una revisión médica.

Josu Larrabeiti es de Getxo y Ana Luja de Leioa. Se conocieron en 1986 en un viaje que organizaba AEK Bidaiak para practicar euskera en un velero rumbo Bretaña. Josu era el responsable del grupo. Desde aquel encuentro tenían claro que lo que más deseaban era viajar.

A Josu le entrevisté por primera vez al regreso de navegar en pinaza por el río Níger en 1987. Había ido en Land Rover a Malí.

Ana y Josu estaban decididos a realizar un gran viaje. Buscaron trabajo en Zimbabue en una escuela pública y fueron en Land Rover hasta Sudáfrica. Estuvieron en Zimbabue en 1992 y 1993. Al año siguiente remontaron el mapa de África de vuelta a casa.

La idea de conocer mundo se les metió más aún en la cabeza, era como un virus, una droga. A esas alturas lo tenían claro: su vida iba a ser el viaje. Se pusieron como objetivo jubilarse a los 40 años. Buscaron trabajos públicos fijos para poder conseguir excedencias. Vendieron el piso y todo lo que tenían y se dispusieron a recorrer todos los continentes. Cuando se les acabó la excedencia optaron definitivamente por no volver a sus trabajos rutinarios.

Josu Larrabeiti dejó la plaza de profesor de Económicas en la UPV y se hizo camionero para sacar dinero en los periodos que regresaban a Euskadi. Ana trabajaba de administrativo en Osakidetza pero dio el carpetazo.

Durante 15 años han viajado de continuo, de muchas maneras y en diferentes medios. Han utilizado su propio vehículo, pero también autobuses, trenes, bicicleta y barcos. Para ellos subirse a un avión es hacer trampa.

Han navegado dos veces por el Amazonas, han cogido el Transiberiano, han recorrido países en bicicleta como Japón, China o España incluida las islas Canarias. En 2012 giraron todo el globo terráqueo con la mochila

En camioneta han dado 2 vueltas al continente africano y cruzado un par de veces Europa y Asia además de todo el continente americano de Alaska hasta la Patagonia. En 2017 camperizaron una furgoneta picap con la que ahora van dirección este. La han dejado en Georgia. Volverán a por ella en breve para continuar su itinerario asiático.

Habéis dado una vuelta al mundo y en otras ocasiones cruzado continentes. Algunas veces en vuestro propio vehículo, pero también utilizando otros medios e incluso en algunos viajes combinándolos ¿Qué ventajas tiene el variar de medios de locomoción?

Josu- No existe el medio perfecto, hay que ser versátil y adaptarse a las circunstancias.

Ana- Lo que más nos gusta es ir con nuestro vehículo porque podemos dormir y cocinar y transformarlo en nuestra casa. No tienes que cargar con el equipaje, ni buscar todos los días un lugar para alojarte, para comer, porque lo llevas todo contigo. Para nosotros es mucho más cómodo. Pero cuando la ruta que nos proponemos es complicada para este medio no nos importa subirnos a la bicicleta, a un transporte público, o navegar tumbados en una hamaca por el río Amazonas.

Habéis utilizado la camioneta (Norte América, Bilbao-Mongolia), el coche (Nueva Zelanda, Australia), la moto por Vietnam, el barco (navegando por el Amazonas en 2 ocasiones), la bicicleta (Japón, China, Canarias y la península Ibérica), el autobús, el tren, a pie haciendo trekkings por el Himalaya de Nepal o Paquistán. Sin embargo, para vosotros volar en avión no es viajar ¿Por qué?

Josu- Volar en avión es trampa. El viaje debe de ser por superficie, en el momento que subes al avión se ha terminado. El viaje significa ver la evolución del tipo de gentes, culturas y paisajes, entrar poco a poco en un nuevo territorio.

¿Un ejemplo claro de la utilización de diferentes medios en un mismo viaje fue vuestra vuelta al mundo entre 2011 y 2012?

Josu- En el 2007 nos movimos por Estados Unidos, México, Canadá y Alaska con una camioneta que compramos en Miami. Entre el 2009 y 2011 volvimos a comprar otro vehículo en Miami y bajamos todo el continente americano hasta llegar a Ushuaia. Cuando terminamos el periplo la vendimos y con el dinero nos compramos un billete de avión a Nueva Zelanda. Allí adquirimos un coche pequeño para movernos por el país. Lo vendimos y en avión aterrizamos en Australia donde volvimos a comprar otro coche, dimos una gran vuelta por el país y el día que volvimos a Sídney, en la autovía, se rompió. Nos quedamos apesadumbrados y proseguimos en vuelo a Bangkok. Utilizando los transportes públicos y a veces la moto nos movimos por Tailandia, Camboya y Vietnam. Después regresamos a Bilbao.

¿Por qué estabais dispuestos a jubilaros a los 40 años?

Ana- Desde que nos conocimos sabíamos que lo que nos gustaba era viajar y que para empezar debíamos hacer un gran viaje así que entre 1991 y 1994 dimos la vuelta a África en un viejo Land Rover. La experiencia fue tan buena que nos dijimos que nuestra vida iba a ser el viaje. Nos pusimos como objetivo dejarlo todo y marcharnos a los 40 años. Cuando celebrábamos con los amigos, el brindis era siempre: “Por la jubilación a los 40”.

¿Cómo habéis sobrevivido económicamente hasta ahora?

Josu- Vendimos el piso y tuvimos suerte con las inversiones y esto nos ha servido para vivir de las rentas. Ha habido épocas que hemos regresado a Euskadi, pues Ana se ha roto dos veces la rodilla (una haciendo trekking por Paquistán y otra en Estados Unidos). También volvimos con la pandemia y aprovechamos para trabajar. Aparte de ser profesor de universidad, tengo todos los carnets de conducir incluidos el de camión y autobús. Cuando estamos aquí encuentro fácilmente trabajo de conductor porque es muy sacrificado y no todo el mundo lo quiere.

Además del gusto por conducir, ¿sabes de mecánica?

Josu- Aprendes por el camino y sobre todo vas conociendo a tu camioneta. Haces el mantenimiento, sabes lo que le falla, llevas piezas de repuesto y cuando se avería intentamos repararlo nosotros mismos y, si hay que llevarlo al taller, aprendemos de los mecánicos.

Para que la ruta nunca se termine y el viaje sea una forma de vida, ¿cómo os cuidáis?

Ana- Es fundamental comer bien para tener una buena salud. Siempre nos gusta probar la cocina típica de los países. Nos enteramos de la comida básica de cada país. Nos gusta ir a los mercados locales en donde ofrecen el producto fresco, lo compramos y lo cocinamos nosotros. Como nos alimentamos bien no nos ponemos nunca enfermos.

¿Te acostumbras a la austeridad de vivir en pocos metros cuadrados?

Ana- No compramos objetos porque no hay sitio en donde meterlos. Al final el gasto se reduce a combustible, comida y visado.

Habéis estado en países como Angola que no están acostumbrados al extranjero ¿Os sorprendió?

Josu-Mi lugar favorito es África del sur: Angola, Namibia, Botsuana y Sudáfrica. Cuando fuimos a Angola (2012-2015) era muy difícil conseguir el visado, nosotros conseguimos uno de 2 meses. Fuimos por una pista en la cual los lugareños no habían visto nunca un coche. En cierta ocasión, recogimos a unos pastores himba. Los llevamos hasta su pueblo y cuando uno de ellos quiso salir lo intentó por la ventana porque no sabía abrir la puerta.

Ana- También en Angola hay una ruta entre el desierto y la costa que es una de las más bonitas que hemos hecho. Las dunas llegan hasta el mar y solo se puede realizar en luna llena con marea viva. Se abre un pasillito de 2 o 3 metros entre el mar y las dunas. Si te paras y sube la marea el coche es arrastrado hacia el mar. Tienes que tener mucha confianza en que el vehículo vaya a responder. Ese trayecto lo hemos hecho dos veces. La experiencia nos encantó.

Después de esta entrevista Ana Luja y Josu Larrabeiti volaron a Georgia donde tenían la furgoneta. Pasaron a Armenia y ahora se encuentran en Irán.

Texto: Roge Blasco.