Mikel Romano y Julio Iglesias. Pesca de truchas en Montana.

Mikel Romano me escribía un correo electrónico, fechado el 27 de junio, en el que se leía: “Somos un grupo de seis amigos de Bilbao y alrededores que compartimos la afición por la pesca de trucha con mosca. Hace cuatro años decidimos ahorrar dinero mensualmente para hacer un viaje para pescar por los ríos de Montana en Estados Unidos. Pasados estos cuatro años, tenemos el dinero suficiente para realizar el viaje”. Mikel Romano y Julio Iglesias estuvieron en La Casa de la Palabra para contarnos, con mucha ilusión, el proyecto antes de partir.  El jueves 10 de septiembre regresaron al programa con todas las expectativas del viaje cumplidas sobradamente.

Mikel, Julio y sus amigos alquilaron una par de casas rurales y dos coches para recorrer el estado de Montana y pescar en sus ríos durante los primeros quince días de agosto. La estancia tiene dos objetivos: por una parte pescar truchas en los ríos de Montaña y por otra conocer uno de los territorios más salvajes de Estados Unidos.

 

Los seis amigos se han organizado el viaje en su totalidad. Antes de partir nos dijeron: “Nos ha sorprendido la poca información que hay de viajes similares”. Para llegar a destino se subieron a tres aviones y cayeron por cuatro aeropuertos con sus correspondientes tiempos de espera.

 

Aparecieron los problemas al llegar al aeropuerto de Denver y comprobar que las cañas de pescar se habían quedado en el camino. Pasados cuatro días se las entregaron a la puerta de casa. Al final se quedo en una anécdota gracias a que algunas cañas viajaban en el equipaje de mano. Una vez en la tarea, se dieron cuenta de la gran afición que existe a la pesca de trucha. Se quedaron pasmados de las dimensiones de los ríos, imposible pescar desde la orilla, había que ir en barco. Les llamo la atención lo salvaje, solitario y el cuidado de conservación del paisaje. Están encantados de la hospitalidad de los norteamericanos y todas las atenciones que les brindaron desinteresadamente. Para remate todo esta muy barato y llenaron las maletas de regalos.

 

 

A continuación transcribo algunas impresiones y datos escritos por Mikel.

 

Las casas: Los alojamientos ( casas rurales espectaculares). La primera junto al río Yellowstone y la segunda a orillas de un lago (con embarcación y todo. Consistía en un pequeño bote a remos).

 

Alojamientos: Los hoteles son muy buenos y baratos.

 

Los coches: Alquilamos dos coches. Cada uno de ellos de seis plazas. Las dimensiones de los coches no tienen nada que ver con los de aquí. Nada más ver los vehículos les dijimos que se habían equivocado. Habíamos pedidos “normales”. Pues aquellos eran los más normales. En Bilbao no entran en ningún parking.

 

Los ríos. Lo cierto es que las dimensiones de los ríos no tienen nada que ver con los ríos que hay en España. Teníamos que buscar los afluentes (creek) para poder pescar desde la orilla que es como nos gusta a nosotros. En Montana al ser tan grandes los ríos se pesca desde pequeñas embarcaciones. Por supuesto, los ríos estaban llenos de truchas. La impresión en algunos ríos era que no los habia pescado nunca nadie. La manera de entrar / picar de las truchas nos hacia ver que no estaban pescadas. Calcular el número de trucha seria imposible pues pescamos por cientos. Algunos del grupo cogían diariamente más de sesenta.

 

Permisos de pesca: Sorprendía lo fácil que era obtener permisos de pesca. En cualquier tienda de pesca te los concedían a un precio de risa.

 

El entorno: Ni que decir  tiene los paisajes que se pueden ver en aquellas tierras. Espectaculares. Está todo inmaculado. Se cuida el entorno al máximo. La primera semana estuvimos en el sur y el paisaje es un poco más árido.  El norte es mucho más verde pero el tiempo es más inestable.

 

La gente: Creo que la mayoría de nosotros hemos vuelto con otra idea de los americanos. No esperábamos tanta amabilidad. En todo momento estaban dispuestos a ayudar y por supuesto a mantener una conversación. Lo cierto es que durante nuestro viaje todo fueron facilidades para solucionar nuestros pequeños problemas.

 

Jornadas de pesca: Básicamente nuestros días eran bastante similares; nos levantábamos muy pronto (sin despertador) posiblemente por el cambio de horario y nos desplazábamos a los ríos de la zona. Nos pasábamos el día recorriendo aquellos ríos y por la noche vuelta al pueblo cercano a la casa en Gardiner y Bifork. Prontito nos metíamos en la cama para aprovechar el día siguiente. Lo cierto es que para loas once ya estábamos rendidos.

 

Como temas curiosos. Las casas en las que viven; la mayoría prefabricadas, autocaravanas, etc. No entendemos como pueden pasar el invierno en ellas pues se supone que en esta zona tiene que hacer verdadero frío. Las casas de ladrillo brillan por su ausencia. En la mayoría de las casas particulares ondea la bandera americana. Sorprende el sentido que tiene de patria, pegatinas de apoyo a las tropas etc.

 

Las tiendas de pesca: Los establecimientos de caza y pesca son dignas de ver. Impresionantes de grandes y por todos los lados. En Montana la pesca esta presente en todos los lados. En las matriculas llevan pintadas truchas, los buzones son cuerpos de peces, etc.

 

En definitiva: Un paraíso si te gusta la naturaleza y en especial la pesca.

 

Compras: En general todo es más barato en Estados Unidos. Aparatos electrónicos, ropa, equipamiento deportivo etc. Merece la pena ir con las maletas vacías. El calzado es especialmente barato. Los canadienses pasaban la frontera a comprar zapatos. Por ejemplo, los Levis 501 estaban a 24 euros. El IPOD en Bilbao cuesta 250 euros y en Montana 177 euros.

 

 

Nota importante: Mikel, Julio y sus amigos practican la pesca de trucha sin muerte. Tan solo comieron un ejemplar por cabeza para conocer su sabor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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