El poeta canario Félix Francisco Casanova ha vuelto a iluminar con su poesía después de que muriera con tan solo 19 años en 1976. Uno de los culpables de su retorno es, el también poeta, Francisco Javier Irazoki (Lesaka 1954). Otro poeta, el donostiarra Fernando Aramburu lo revindica calificándolo como “nuestro Rimbaud”. Casonova tenia una vastísima cultura literaria y también musical, tocaba la guitarra en un grupo de rock llamado Hovno, coleccionaba vinilos con gran pasión y le fluían los versos de forma tan innata como inspirada. Dejo escritas 500 paginas entre ellas una novela “El don de Vorace” y ahora se publica una antología con 41 poemas seleccionados por Francisco Javier Irazoki.
En La Casa de la Palabra (8/11/201) llamamos a París para conversar con el poeta y musicólogo navarro Francisco Javier Irazoki. Nos presento la “Antología poética. Cuarenta contra el agua” de Félix Francisco Casanova”.
Irazoki lo conoció a través de los artículos que enviaba a la revista Disco Express, prensa musical que mostraba las tendencias más actuales y más avanzadas del rock de la época. La redacción estaba en Navarra y hasta allí llegaron los poemas y los comentarios musicales de Félix Francisco Casanova.
Tras su muerte prematura en Tenerife un día de enero de 1976 Irazoki rastreo su legado e indago sobre su vida. Consiguió que la editorial Demipage publicara su novela “El don de Vorace”, la “Antología poética” y su diario intimo “Yo hubiera o hubiese amado”.
Casanova, al igual que su madre, era como un faro que alumbraba y atraía a las gentes. Ambos murieron jóvenes.
Un personaje extrovertido pero que escribía versos de gran soledad, imaginativos y con lenguaje propio.
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