Adriano de Mata vida en Québec.

Adriano de la Mata cuando termino COU se fue a estudiar y trabajar a diferentes países como Alemania, Gales, Escocia, Cataluña y el último año ha estado en Québec. Aficionado a la senderismo y al ciclismo dio la vuelta a Euskal Herria en bicicleta.  Adriano es traductor de profesión pero ha ejercido múltiples oficios. En Québec ha trabajado de recepcionista en albergue de juventud y dio clases de castellano y catalán. Nos visito en el programa de Radio Euskadi La Casa de la Palabra el viernes 23 de septiembre de 2011

Tuvo la gentileza de traernos un CD del cantante es Fred Pellerin. Viene del pueblo llamado Saint-Élie-de-Caxton, entre Québec y Montreal, y es cuentacuentos y cantante. Cuenta las historias que recibía de pequeño de su abuela, las transforma según su ingenio y luego las cuanta con muchísimo acento de Québec, así que cuando viene a Europa tiene que adaptar un poco su idioma porque si no, no le entienden. Tiene varios librodiscos editados en la editorial “Planète rebelle”; me parece que sólo tiene un disco de música (“Silence”), el que ha sonado en el programa.

Estas son las notas que Adriano me envió para preparar el programa antes de la entrevista radiofónica.

– Me fui a trabajar con un visado PVT (Permiso Vacaciones-Trabajo), un acuerdo puntual entre el gobierno español y el canadiense. Estuve de julio del 2010 a julio del 2011.

– Trabajé sobre todo en el albergue de juventud como recepcionista. También dí clases de castellano y alguna clase de catalán. No encontré trabajo de traductor, que es lo mío.

– Lo que más me ha impresionado:

– 1) la amabilidad de la gente, que vas por la calle y te sonríe, estás sentado en un parque y se te ponen a hablar.

– 2) los precios, que están por las nubes; pero los salarios no; es más, en un trabajo no especializado (cuando no necesitas haber estudiado), te pagan por horas; y a los camareros les pagan menos que el salario mínimo (que ya es bajo de por sí), porque dan por hecho que van a tener propinas (además, tienen que declarar el 20% de la propina, así que si no les dejas, pierden dinero). A causa de los precios del transporte, tienen mucha costumbre de compartir coche (en principio era para compartir los gastos del viaje, sin beneficio, pero hoy en día el conductor sale ganando dinero y algunos lo hacen sólo por eso, pero aún así a los que andábamos sin dinero nos viene bien).

– 3) el invierno, pero positivamente, ya que está todo muy preparado y nada deja de funcionar aunque caiga medio metro de nieve. Además lo del frío es un mito, es verdad que a -42 grados (mi récord) se nota un poco, pero la temperatura media (-20) no es para tanto, es más, en Gasteiz pasaba más frío y me ponía la misma cantidad de ropa! Y cuando había tormenta de nieve bajaba las escaleras de casa y allí mismo me plantaba los esquíes de fondo y me iba por el parque. Los bidegorris son para las bicis en verano (cuando puede llegar a los 40 grados o más) y en invierno son para los esquiadores.

– 4) el trato prioritario que le dan al francés, lengua minoritaria en Canadá. Te podría estar hablando durante horas sólo sobre esto, así que intentaré resumirlo: en la provincia de Québec el francés el la lengua materna del 97% de la gente, y aparte de las ciudades grandes como Montréal y Gatineau no se oye prácticamente el inglés; es en estas dos ciudades donde los carteles son bilingües, fuera de aquí TODO está únicamente en francés (aparte de los sitios del gobierno, claro); y en los productos de las tiendas TODO está en inglés y en francés, pero en francés bien traducido, no como pasa aquí con el euskera, que si está en euskera ya es casi un milagro, pero que no hay ni una frase bien traducida. Es decir, que una parte de la gente de Canadá habla francés (hay comunidades francófonas fuera de Quebec también) y otra parte habla inglés, y a nadie se le pasa por la cabeza lo de imponer una lengua nacional a todos, como pasa por aquí donde vivimos…

– En Québec estuve de vacaciones en el lago Saint Jean, Gaspésie, las islas de la Madeleine (en bici, pero con muy mal tiempo), “la parte baja del río San Lorenzo” (que parece el mar); y en Canadá estuve en Nuevo Brunswick, la isla del Príncipe Eduardo y también un poco en Estados Unidos (Maine).

Bueno, me podría estar hablando 3 días sin parar. Por cierto, con algunos euskaldunes ya me encontré, y hablé mucho más catalán que castellano en el albergue. Y uno de los últimos días me encontré con los del velero Pakea Bizkaia en el puerto de Québec!.

Agur!

Adriano

Aqui  tienes el audio del programa: https://www.eitb.eus/es/audios/detalle/744131/vivir-quebec/

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