Iñigo García en parapente sobre la cumbre del Mont Blanc.

Iñigo García ha sobrevolado en parapente el Mont Blanc (4.810 m.) los días 18 y 19 de agosto de 2012. Se dieron unas condiciones excelentes motivadas por una ola de calor proveniente de África que despejó por completo la montaña más elevada de esta parte de Europa. Despegó a 2.000 metros y con maestría se dejó llevar por diferentes burbujas de aire hasta alcanzar una altura máxima de 4.955 metros y descender hasta acariciar la cima.

 

Iñigo García vive en Leioa (Bizkaia). Descubrió hace 15 años el parapente y le cambió la vida. Desde hace una década desafía largas distancias y compite. Uno de sus lugares favoritos son los Alpes. En los últimos tiempos, pasa al menos tres semanas por año. Se mueve por Grenoble, Chambery, Annecy, Chamonix y, de ahí, suele pasar a Grindelwald en Suiza.

Iñigo se ha hecho amigo de dos parapentistas de Perpiñan que le avisaron de las buenas condiciones para volar sobre el Mont Blanc. Efectivamente, los días 18, 19 y 20 de agosto se daba una situación ideal para sobrevolar la cumbre del Mont Blanc teniendo pericia y suerte.

La atmósfera estaba seca y por ese motivo no se condensan las nubes. 

Iñigo despegó a dos mil metros de altitud al norte de Chamonix. El sol calentaba el suelo y esto hizo que el aire perdiera densidad con lo que comenzaron a elevarse burbujas de aire caliente. Iñigo giraba dentro de ellas y cuando desaparecía, se metía en otra. Llevaba un aparato que mide la densidad del aire y esto facilitaba que se elevara. Es una forma de volar que practican los buitres y las águilas.

En la parte norte del Mont Blanc está prohibido volar en parapente debido a que se producen muchos accidentes de montañeros y necesitan el cielo libre para los helicópteros de rescate. De manera que Iñigo sobrevoló el paso fronterizo entre Francia e Italia en donde observaba afiladas agujas de piedra y a los atrevidos escaladores trepando sobre ellas. Solo con verlos a Iñigo le entraba el miedo.

Al tener los brazos desplegados para maniobrar el parapente Iñigo se iba quedando con las manos frías, congeladas. Al tercer intento, gracias a su tenacidad y aguante, descendió sobre la cima del Mont Blanc pero sin tocarla. Tuvo una gran sensación de calma sobre la gran duna de nueve que se forma en la cumbre.

Bajó a Chamonix después de una operación que duró en total de 5 horas y media .

Al día siguiente repitió con éxito e incluso le resultó más sencillo, lo hizo en cuatro horas. No aterrizó en la cima del Mont Blanc pues estaba masificada por parapentistas y era fácil que unos se engancharon con otros.

Iñigo García ofreció su testimonio en el programa de Radio Euskadi “La Casa de la Palabra” el viernes 31 agosto de 2012.

Puedes escuchar el audio del progrma: https://www.eitb.eus/es/audios/detalle/946854/audio-viajes–parapente-mont-blanc/

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