Sergi Rodríguez Basolí es un ingeniero de Granollers que ha dado la vuelta a la península ibérica en kayak desde Cataluña hasta desembarcar definitivamente en la playa de La Concha en Donostia. Han sido 182 días a remo en contacto directo con el mar, comía de lo que pescaba, descansaba en calas y playitas del Mediterráneo y recalaba en puertos del Atlántico y del Cantábrico. Tras descansar una semana en San Sebastián volvió en bicicleta a Granollers.
Sergi Rodríguez Basolí (Granollers, 1984) es ingeniero especializado en energías renovables. No le gustaba la velocidad a la que va el mundo actual. Estaba todo el día pegado al ordenador y al móvil. La película “Hacia rutas salvajes”, dirigida por Sean Penn, le inspiró para realizar una aventura en contacto directo con la naturaleza.
Quería estar en el mar y pensó que sería una buena idea emprender una larga navegación en kayak. El único entrenamiento que tenía era el de haber trabajado en el alquiler de piraguas y excursiones que hacía en verano con los turistas por la Costa Brava. A una de estas embarcaciones le puso un par de maletas y el 11 de junio de 2011 comenzó a remar de la localidad francesa de Argeles Sur Mer.
Posteriormente, le prestaron otra piragua hasta que después de tres semanas, con la experiencia acumulada, se compró una que se adaptaba a su objetivo y con la que llegó hasta San Sebastián.
Sin ningún tipo de estratagema se dejó llevar gozando del día a día. Le gusta mucho la primera línea de mar, las playitas, las calas, escalar en los acantilados. Llevaba encima un saco de dormir, una tienda de campaña en donde en verano hacía noche en cualquier recoveco costero.
Su ilusión era llegar hasta San Sebastián pero lo mantuvo en secreto. Ni él mismo se le creía mucho pero lo tenía en su subconsciente. A su familia les dijo que iba hacer solo la costa catalana.
Cuando en septiembre llegó a Cádiz estuvo a punto de dejarlo todo por la presión familiar pues en las siguientes etapas debería adentrase en el Atlántico. A quien preguntaba no le aconsejaba que siguiera pues se iba a encontrar con mal tiempo y peor mar. Estuvo una semana parado. Pensó en subirse a una bicicleta y llegar por tierra a su meta. Descartó esta opción pues hasta ese momento el mar no le había dado ningún motivo para dejarlo, todo lo contrario, entonces se preguntó: “¿por qué no continuar?”.
A partir de ese momento fueron jornadas más exigentes tanto física como psíquicamente. Pasó frío e incomodidades. Se refugiaba de puerto en puerto pues le era difícil llegar hasta las playas por las olas. Intentó acelerar el ritmo y en ocasiones hacía 60 kilómetros al día.
Mientras navegaba, pescaba por lo menos un pez por jornada, de esta manera tuvo alimento bueno y fresco.
En Galicia las asociaciones de piragüistas lo acogieron con gran hospitalidad. En la zona norte pernoctó gracias a la red social de “couchsurfing” en la que le cedían un sofá en distintos hogares.
Llegó agotado a La Cocha el 8 de diciembre de 2011 en donde le recibieron amigos y familiares, entre ellos su hermana que vive en Donosti. Tras una semana de descaso, regresó a Granollers en bicicleta a donde llegó el 24 de diciembre de 2011.
Tras esta aventura Sergi fue invitado a cruzar el océano Atlántico en un velero pero se suspendió la travesía. Fue a Cuba a trabajar y luego estuvo por sus cuenta varios meses en México en donde fue a observar proyectos de autosuficiencia.
Me ha costado un año localizar a Sergi pero finalmente he tenido la oportunidad de entrevistarle en el programa de Radio Euskadi “La Casa de la Palabra” el lunes 4 de febrero de 2012.
Puedes escuchar el audio del programa:
https://www.eitb.eus/es/audios/detalle/1247704/peninsula-iberica-kayak–radio-euskadi/
