Esta es la tercera semana que seguimos desde “La Casa de la Palabra” el vuelo de las águilas pescadoras que salieron de Urdaibai en busca de las tierras cálidas del sur. Ya se han producido las primeras bajas de una aventura aérea al límite de la supervivencia. Nos informa Aitor Galarza, director del proyecto de recuperación de esta especie en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.
Aitor Galarza escribe el texto en donde resume los hechos de las cinco águilas pescadoras en los últimos siete días.
“Relatábamos el pasado miércoles que varias de las águilas pescadoras liberadas en el marco del proyecto de recuperación de la especie que la Sociedad de Ciencias Naturales Aranzadi está llevando a cabo en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, estaban en plena ruta migratoria hacia sus lugares de invernada en el África subsahariana. Cinco de ellas portan un transmisor satelital que permite a los técnicos del Urdaibai Bird Center conocer su ruta migratoria, así como la dirección, la velocidad y la altitud de vuelo. El año pasado, tres de los cuatro ejemplares que se liberaron en Urdaibai con transmisor lograron alcanzar la zona de invernada, uno en el delta interior del río Níger, otro en la cuenca alta del Senegal y un tercero en la costa senegalesa. ¿Qué sucederá con los ejemplares liberados este año 2014?
La semana pasada dos de las águilas estaban ya en África – Malaspina en mitad del desierto del Sahara y Humboldt atravesando la cordillera del Atlas, allá en tierras marroquíes – y otros dos volaban sobre la península Ibérica – Elcano se había desviado hacia el Oeste, bajando por los Arribes del Duero paralelamente a la frontera portuguesa, e Iradier se dirigía hacia Andalucía. Un quinto ejemplar – Darwin – aún permanecía en Urdaibai.
Uno de los ejemplares, Humboldt, ha recorrido ya unos 3.000 km y ayer se encontraba ya llegando al Senegal, así que muy cerca ya de la zona donde podría pasar el invierno. Una vez que alcance el río Senegal podrá parar en algún rincón propicio para intentar pescar y recobrar fuerzas hasta encontrar un lugar con pesca abundante para pasar los dos próximos inviernos.
Desafortunadamente, esta semana tenemos que contar malas noticias, porque dos de los ejemplares, Malaspina e Iradier, no han sido capaces de superar todos los problemas que el viaje migratorio conlleva.
Las señales de satélite indican inequívocamente que Malaspina murió la semana pasada en pleno desierto. La última localización con movimiento indicaba que volaba a unos 65 km/hora y había ascendido a mucha altura (3.900 m sobre el suelo). Es posible que se enfrentara con una tormenta de arena e intentase esquivarla tomando altura para posteriormente ser arrastrada por el fuerte viento y morir, o simplemente que no tuviera las reservas energéticas para cruzar los 2.000 km de desierto. Hay que tener en cuenta que Malaspina, como la mayoría de las águilas pescadoras en migración, no había ingerido alimento alguno desde que abandonó Urdaibai. En estas condiciones, con las fuerzas muy mermadas tras bastantes día de viaje, cualquier equivocación o imprevisto suele tener consecuencias fatales.
Iradier tampoco ha tenido suerte. Empezamos a preocuparnos la semana pasada cuando el satélite nos indicó que había pasado dos noches en la misma localización en el norte de Almería. Poco después, el satélite indicaba que la batería estaba fallando. Nos pusimos en contacto con agentes forestales de la Junta de Andalucía quienes rastrearon el monte en busca de algún indicio del ejemplar. Finalmente dieron con un gran número de plumas de águila pescadora aunque no encontraron el cadáver ni el transmisor. Ello nos lleva a la conclusión de que Iradier seguramente fue abatido por un depredador que después de capturarlo lo transportó hasta su guarida, razón por la que, al quedar inactiva su célula fotoeléctrica, la batería finalmente falló.
El águila pescadora puede ser depredada por algunos mamíferos, tales como el Zorro o la Marta, pero fundamentalmente tienen un gran enemigo: el Búho real. Las plumas que encontraron los agentes forestales en el campo no estaban mordidas, sino arrancadas, señal inequívoca de que el depredador había sido una rapaz, y como en los montes de Almería se da una de las poblaciones de Búho real más importantes de España, todo apunta a esta rapaz como responsable de la muerte de Iradier.
Al iniciar el programa de recuperación de la especie ya sabíamos, porque así se ha demostrado con el anillamiento de miles de ejemplares en toda Europa, que la mortalidad es muy alta, cercana al 80 % en los primeros dos años de vida. También sabíamos que los períodos migratorios, tanto cuando las águilas se dirigen hacia África como cuando vuelven a Europa para reproducirse, son los momentos más críticos de la vida de las jóvenes águilas. Por eso el programa de recuperación del Águila pescadora en Urdaibai tiene previsto la liberación de un mínimo de 60 ejemplares, con el objetivo de conseguir que unos pocos sobrevivan para retornar al País Vasco y reproducirse. Aún sabiendo que la Naturaleza es así, conocer casi en directo que una de nuestras águilas ha muerto porque le han fallado las fuerzas o porque se ha encontrado con un depredador siempre resulta un poco triste para todo el equipo del Urdaibai Bird Center.
El transmisor de Elcano no emite ninguna señal desde hace alrededor de una semana. Todo hace pensar que ha habido un fallo del transmisor ya que las últimas localizaciones que nos envió el satélite eran muy imprecisas. Además no procedían todas de una misma localización, circunstancia inequívoca que se produce cuando el ejemplar muere.
Nos queda por último Darwin que abandonó Urdaibai el domingo pasado al mediodía. Tuvimos la oportunidad de verle ciclear y tomar altura a eso de las dos de la tarde. Entre hoy y mañana recibiremos los datos del satélite y entonces conoceremos qué ruta a tomado para dirigirse a África. Las peripecias de Darwin y Humboldt las contaremos la semana que viene.
Aitor Galarza ha intervenido en el programa de Radio Euskadi “La Casa de la Palabra” el martes 23 de septiembre de 2014.
Puedes escuchar el audio del programa:
