A Rodrigo Ibarrondo le gusta vivir en contacto con la naturaleza. Ha trabajado para la conservación del cóndor andino, con el dragón de Cómodo o las tortugas en Indonesia. Ha realizado dos largos periplos por Mongolia a caballo, a pie y en auto-stop. Su última aventura ha consistido en la travesía de Iberia caminando con el apoyo de la yegua “Ofra”. Durante 16 meses han subsistido con lo que la naturaleza les brindaba.

Rodrigo Ibarrondo se compró una yegua con la que ha caminado 3.400 kilómetros por Iberia. Cada día se preocupaban de buscar agua, hierba y leña para cocinar. Estas eran sus prioridades básicas para poder seguir el camino.

Partió de su casa, una cabaña de pasiego restaurada en el valle de Soba en Cantabria. Para probar fortuna se marcó como meta llegar hasta los Pirineos. Fue por el norte de Burgos, Urbasa, Pamplona, Itoiz, Yesa, valle de Broto y Jaca. Como le gustó la experiencia, pensó en tirar hacia el sur buscando el calor del sol y pastos para “Ofra”.

De esta manera se movían según las estaciones en busca de hierba. Pasaron el invierno en Huelva y en el sur de Portugal. Después subieron por la costa portuguesa, Extremadura, Salamanca, Castilla y León y hasta llegar de nuevo a casa en Cantabria.

Rodrigo ha aprendido mucho del camino, la naturaleza y de “Ofra”. A veces se escapaba y otras le seguía fiel y mansa. Le ha ayudado a equilibrarse ya que los caballos son animales muy centrados y tienen un ritmo interno. Tienen otra capacidad mental y con una sensibilidad muy sutil. Rodrigo asegura que saca las mezquindades del individuo y te deja en tu sitio, “finalmente el caballo es el que nos doma”. También dice: “los valores que nosotros denominamos humanos te los enseña el animal”.

Ha estado envuelto por los ritmos de la naturaleza hasta el punto de formar parte de ella. Estaba muy pendiente de los elementos que le podía ofrecer para sobrevivir de ella. Rodrigo dormía sobre la tierra, muchas veces sin tienda de campaña, bebía el agua de los ríos y cocinaba con leña (con mucho cuidado con el fuego).

La vida se le hizo sencilla. Cada mañana se levantaba contento por lo que el día le iba a ofrecer. De esta manera trabajó mucho el concepto de “aceptación”.

Rodrigo Ibarrondo trabajó en el camino. Pintó un gran mural en una granja, fue carpintero y vendió comida vegetariana en ferias.

En cierta ocasión, mientras dormía a la intemperie, le saltaron por encima varias manadas de jabalíes. Era en verano, en la provincia de Huesca.

Caminaba unos treinta kilómetros al día. Los primeros meses fueron de mucho estrés hasta que la yegua y él se adaptaron al mismo ritmo de marcha. Tuvieron que hacer dos importantes paradas para que “Ofra” se recuperara.

Está muy agradecido al trato que le han ofrecido las gentes del camino. Muchas veces le han ofrecido alojamiento y alimento para la yegua.

Rodrigo Ibarrondo está dispuesto a ofrecer charlas sobre tan bella y enriquecedora experiencia.  naturacielo@live.com

Rodrigo Ibarrondo intervino en el programa de Radio Euskadi “La Casa de la Palabra” el viernes 23 de diciembre  2011 y en “Levando Anclas” el 25 de diciembre 2011.

Puedes escuchar el programa: 

Puedes escuchar el programa de Levando Anclas: https://www.eitb.eus/es/audios/detalle/802938/escaladas-rio-janeiro/

Puedes escuchar el audio del programa La Casa de la Palabra viernes 23 de diciembre 2011:  https://www.eitb.eus/es/audios/detalle/801739/navidad-belen/