Lorena Zabala. Feliz por los caminos de América del Sur

Lorena Zabala es una donostiarra que estudio en Salamanca Audiovisuales. Durante cuatro meses prosiguió sus estudios en Montevideo. Aprovecho para visitar Argentina en donde cumplió 21 años. De regreso a San Sebastián añoraba muchísimo aquellas tierras al otro lado del Atlántico. Se prometió volver cuando fuera libre académicamente. Tuvieron que pasar cuatro años y voló para Buenos Aires el 12 de octubre de 2007. Fue para dos meses, y se quedo más de siete. Junto con otros compañeros de viaje estuvo por Uruguay, Argentina, Perú y Bolivia.

  

Lorena Zabala desde niña ha tenido un palpito por Sudamérica. Cuando tuvo la oportunidad de ir a estudiar a Montevideo no quería volver. Hizo muchos amigos que le esperaban en su regreso cuatro años después.

Inicio el viaje con un compañero de León, Adrián. Estuvo tres semanas acogida en una casa en el barrio de San Telmo en Buenos Aires. Un par de semanas las paso en una ecoaldea llamada Chobita. Una comunidad autogestionada en Cañuelas en la provincia de Buenos Aires. En Montevideo visito a sus amigos y fue a Cabo Polonio en el departamento de Rocha. Un lugar apartado en el que solo se puede llegar en Jeep. Hay que atravesar unos grandes dunares. Viven unos pocos habitantes en casas de madera sin luz ni agua corriente. A Lorena le contaron que los primeros en asentarse fueron unos náufragos vascos originarios de Iparralde. Este lugar tan apartado es famoso por sus lobos marinos.

Lorena y Adrian cruzaron todo Uruguay a dedo. Visitaron el parque natural de la Quebrada de los Cuervos en el Departamento 33, en el corazón del país.

Entraron de nuevo Argentina por la provincia de Entre Ríos. Fueron a Puerto Iguazu en Misiones. Presencio las cataratas de Iguazu desde la Garganta del Diablo. Lorena sintió la fuerza de la naturaleza como nunca.

Paso la navidad en el Chaco de Argentina con una familia que trabaja con los indios Tobas.

Estuvo en Tucuman, en Salta, por los valles Calchaquíes. Vio por primera vez el cordón, cactus gigantescos originarios del lugar. En Pumarca visito el Cerro de los Siete Colores.

Paso a Chile en camión por el altísimo paso de Jama. Bajo hasta San Pedro de Atacama en donde visito el valle de la Luna. Se lo aconsejo, años a tras, el primer chileno que conoció. Se desvió de la ruta convencional para visitar Tocopilla, el pueblo natal de Alejandro Jodorowski, autor al que admira. La localidad estaba triste pues había pasado un terremoto.

Alcanzo el Parque Nacional de Lauca frontera con Bolivia. Estuvo a cinco mil metros de altura y gracias a la hoja de coca aguanto el mal de altura. Entro a Perú por Arica. En el cañón del Colca avistaron 30 cóndores, tres de ellos volaron muy cerca.

Llego hasta Machu Pichu por una ruta alternativa al tren turístico. Fue en la isla del Sol en el lago Titicaca, en la parte de Bolivia, en donde disfruto a no más poder. Coincidió con varios viajeros de diferentes nacionalidades que formaban una tribu muy bien allegada. Convivieron con una familia en su casa de adobe y cocina de leña. Les dejaron un pequeño barco con la que navegaban a remo. Llegaron hasta una isla desierta y se hicieron una sopa con el agua del lago Titicaca.

Siguieron muchas más aventuras. Algunas de ellas nos la contaran en Levando Anclas este domingo (8/6/2008) y posiblemente continuaremos en un próximo programa.

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