El río Amazonas es el más largo del mundo, 7.062 kilómetros, superando incluso al Nilo. La cabecera de esta cuenca se halla encaramada en la vertiente oriental de los Andes, une las cumbres de Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia. El lugar exacto de su nacedero está en la quebrada de Apacheta, junto al nevado Mismi,, a 5.150 metros de altura y a doscientos kilómetros de Arequipa. Este gran descubrimiento lo realizó un equipo de geógrafos de Brasil y Perú en mayo de 2007. Dos meses después, el periodista Luis Fernández Zaurín, organizó una nueva expedición a las fuentes del río Amazonas. Nos relató su aventura en Levando Anclas (21/3/2010).
Luis Fernández Zaurín es periodista y escritor. Autor de “Camarón, biografía de un mito” (RBA,2002) y “De cómo Vargas Llosa noqueó a Gabo y otras 299 anécdotas de escritores” (Styria,2009).
Luis Fernández Zaurín fue a Sudamérica a trabajar en el rediseño del diario “Manabita” en la costa de Ecuador. Fue a conocer Perú y llegó a Arequipa por azar. Sabía del descubrimiento reciente de las fuentes del río Amazonas. No se lo pensó ni media vez y ya estaba organizando una expedición.
Alquiló un coche todoterreno y contrató un guía cualificado. La dificultad, asegura Luis, “radicó en la novedad de un recorrido aún fuera de la oferta de viajes de aventura común en Arequipa”.
La llamada “Ciudad Blanca” se sitúa a 2.335 metros sobre el nivel del mar. Allí permaneció diez días que le sirvieron de adaptación a la altura. Luis partió excitado por ser uno de los primeros viajeros que llegarían al surtidor amazónico después de su identificación.
Después de cuatro horas de trayecto llegaron a Chivay, el centro neurálgico de la zona. Desde allí enfilaron la pista hacia el nevado Mismi, hasta las faldas del cerro Quehuisha en la quebrada de Apacheta, en donde hay unas magníficas vistas del valle del Colca.
Al final, arribaron a una pared de donde brotan dos surtidores, dos caños de agua que se despeñan. Es el mismo nacedero del río Amazonas.
Algunos episodios de la búsqueda de las fuentes del Amazonas: el jesuita Cristóbal de Acuña, en 1641 expuso por carta al rey de España, Felipe IV, su creencia en el nacimiento del río en la cordillera andina. El misionero checo Samuel Fritz, en 1693, también situó el nacimiento del río en los Andes, aunque en el occidente del macizo. En 1969 el geógrafo peruano Carlos Peñaherrera fijó las fuentes en el río Carhuasanta, en la cordillera de Chila, no muy lejos de las reales. En 1971, el matemático y viajero polaco Andrew Pietowski ya señaló el nevado Mismi como lugar de nacimiento del gran río.
