José Luis Albizu Berestain medico solidario en la selva del Ixcán.

Las Comunidades de Población en Resistencia (C.P.R) en Guatemala estuvieron  ocultas en la selva y en la sierra de 1982 a 1994. Debido a la guerra en Guatemala se desplazaron los campesinos, algunos se refugiaron México, otros fueron agrupados en una especie de campos de concentración y algunos de ellos se internaron en el bosque o subieron a la montaña. Ocultos para no ser bombardeados, formaron un tipo de sociedad alternativa. Esta situación la conoció muy bien José Luis Albizu Beristain, médico de Deba y doctor en antropología médica, quien convivió y trabajó como médico en las Comunidades de Población en Resistencia. Ahora publica el libro “Bajo la montaña”.

 

Estas son algunas de sus respuestas recogidas en la conversación que tuve con José Luis Albizu en el programa de Radio Euskadi “La Casa de la Palabra” el miércoles 29 de enero de 2014.

Una vez que terminaste la carrera de medicina te fuiste a Centroamérica en 1980.

“Fui a la campaña de alfabetización a Nicaragua y me quedé 26 años. La década de 1980 en Centroamérica era muy atractiva para muchos internacionalistas y en particular para los del País vasco. La campaña de alfabetización fue una gran experiencia. De Nicaragua pasé a México y luego llegué a través de unos amigos a contactar con las Comunidades de Población en Resistencia en Guatemala y me fui para allá en el año 1984. 

¿Cuál es la historia de esta resistencia indígena?

En esta época reciente ha sido una experiencia nueva para la población indígena y campesina pero hace 500 años las comunidades de población en resistencia también existieron. Se las conoció con el nombre de los “pajuides”. Se escapaban del control de los españoles y se organizaban en áreas de difícil ingreso.

 En la década de 1980 en Guatemala, con la política de tierra arrasada del general y obispo del Verbo de Dios  Efraín Ríos Montt, la gente tuvo tres alternativas: refugiarse en México a donde huyeron alrededor de  400.000 personas de las cuales solo 50.000 estaban censadas legalmente por Naciones Unidas. Otos cientos de miles estaban bajo el control del gobierno en lo que se denominaron  las Aldeas Modelo, campos de reeducación puesto que el ejército entendía que la gente había caído engañada bajo la teoría de la liberación y de la guerrilla. Por último, un sector quizás el menos numeroso, aproximadamente 25.000 personas, se escondieron en la sierra y en la selva y formaron las Comunidades de Población en Resistencia que sobrevivieron bajo la montaña. La montaña en Guatemala viene a referirse a la selva, al bosque. Para ellos la montaña viene a ser los cerros o la sierra.

Entonces, de 1982 a 1994 vivieron bajo la selva o en los cerros y es en 1994 cuando consiguen ser reconocidos como población civil, logran el derecho a la vida y salen al claro. Se legalizan ante el gobierno y el ejército.”

¿Por qué les bombardeaba el ejército?

“El ejército identificaba a toda población que no estaba bajo su control como guerrilleros. Esa era la política de Ríos Montt que dio un golpe de estado en 1982 y 1983.  También fue la norma para los gobiernos que le antecedieron. Para el ejército en la selva solo había tigres y guerrilleros, no podía haber población civil. Esto significaba: persona capturada, persona asesinada.

No fueron reconocidos como población civil hasta 1994.  Antes Naciones Unidas realizó visitas a partir de 1990 y testimonió oficialmente que eran civiles. Incluso fueron testigos de los bombardeos que sufría la población.

¿Cómo eran las condiciones de estas personas que se escondían  en la selva acosadas continuamente?.

“Inicialmente la selva era algo extraño. Las frases más constantes eran: “¿acaso somos tigres, acaso podemos vivir en la selva?”. Fue un imposible que hicieron realidad.

Se organizaron como Comunidades de Población en Resistencia con sus propias autoridades que eran elegidas anualmente en diciembre e iban rotando. En los dos primeros años lograron tener servicio de educación, salud, servicios religiosos y, a partir de 1985-1986, organizaron campeonatos de fútbol entre las diferentes comunidades que estaban escondidas bajo la montaña”.

¿No debían meter mucho ruido?

“Era todo muy sigiloso. Por ejemplo, los campos de fútbol no eran al descubierto sino que se limpiaba un  pedazo de selva, un cuadrilátero, y se conservaban las ceibas y los árboles grandes de tal modo que cuando pasaban los helicópteros por encima no lograban detectar a la población. Un campo de fútbol debía de tener 4 ó 5 grandes árboles en el centro como jugadores que no se movían.”

¿El público podía animar?

“Sí porque había comités de autodefensa que tenían un cierto control en el área. Los campos de fútbol estaban a 10 ó 15 minutos de donde estaba la aldea clandestina. Los helicópteros no tenían posibilidad de aterrizar ni de lanzarse en paracaídas pues si no hubieran quedado colgados en las copas de los grandes árboles.

Cuando el ejército detectaba una comunidad, ésta se desplazaba rápidamente.”

¿De qué vivían?

”Cultivaban tres o cuatro veces más de los que se necesitaba. En el caso de las CPR del Ixcán cada familia se valía por sí misma pero al año eso fue imposible porque estaban constantemente desplazándose en la selva  y pasaron a vivir en colectivos. Existía un sector de población que se dedicaba a la producción, otros a la defensa, a la educación, a la salud y los que se dedicaban a la producción sembraban tres o cuatro veces más  de lo necesario porque cuando entraba el ejército, si entraba por tierra lo macheteaba y cuando lo detectaba por el aire lo bombardeaba pero nunca fue capaz de acabar con toda la alimentación.

La alimentación no era muy variada. Además del maíz y el fríjol se comían raíces de la selva y otros productos naturales del entorno.”

¿Cómo se producían los desplazamientos?

Los helicópteros se desplazaban continuamente sobre la selva intentando detectar humo. Durante el día no se hacía fuego. Había que levantarse a las 2 ó 3 de la madrugada para cocinar para que a las 5 de la mañana el fuego estuviera apagado. Costaba que se diluyera entre las copas de los árboles una hora. Alguna vez alguien se descuidó y fue detectado. Consecuentemente, a la media hora ya estaban los aviones bombardeando y provocando muertos.”

¿Cómo era la comunicación entre las comunidades?.¿Cómo se daban los avisos?

“Había personas dedicadas a ello. Yo trabajaba en los servicios de salud y había promotores de salud que también eran correos. En tiempos de mayor tranquilidad. a la mañana salía una persona que llevaba las notas de una comunidad a otra de tal modo que todas las comunidades estaban enteradas de lo que pasaba en el resto y si a alguna comunidad se le había destruido toda su siembra, el resto le ayudaba. Si una mujer se quedaba viuda se le aseguraba la alimentación de su familia, lo mismo sucedía con los ancianos. Se creó un estado social en la pobreza pero donde no se pasaba hambre.”

¿Cómo era la educación?.

“Había una comunidad que su seudónimo era “Pimienta dos”. Sobre  un  cerrito pequeño se levantó una especie de palacio nacional de Guatemala. Allí se ubicaban los servicios de salud, educación, los curas, las autoridades de la comunidad.

Se creó el equipo de educación. Eran campesinos formados por quienes tenían mayores estudios. Éstos enseñaban a los que no sabían. Todos los niños estaban alfabetizados. Hasta 1987 era 35 las comunidades que había en el Ixcán. Ese año hubo una ofensiva. El ejército lanzó 15.000 soldados para acabar con la población a lo largo de seis meses y las 35 comunidades se agruparon en cinco para hacer más factible tanto la detección del ejército como la alimentación.”

En 1984 te fuiste con las CPR para apoyar a los promotores de salud. ¿Cómo te acostumbras a vivir en esas condiciones tan difíciles, escuchabais al tigre, los bombardeos?.

“Una parte de la comunidad estaba más cerca de los cuarteles de autodefensa. Dormían bajo tierra. Eran una especie de zulos. Debajo de sus casas tenían cuevas donde dormían durante la noche. Era como el modelo vietnamita pero en la selva del Ixcán. Se trabajaba en parejas, una persona que tenía más conocimiento con otra más joven, de tal modo que si moría el viejito ya le había pasado la formación al más joven. Los promotores de salud en general eran adolescentes de entre 12 y 16 años .Para ser comadrona  antes debías ser madre.

Había promotores de salud en cada comunidad, tres por cada una, comadronas, comités de higiene y un equipo de salud que coordinaba a todos. En ese equipo había población de la resistencia y yo era uno más del equipo.”

Está a punto de publicarse “Bajo la montaña”. Es un informe muy completo de aquellos años en la clandestinidad.

“Toda esta memoria se recoge en “Bajo la montaña”. Hay pocos libros que recojan la época de la guerra en Guatemala y creo que es el único sobre los servicios de salud en las CPR.”

Se encontrará disponible en Internet a partir de finales de febrero 2014 a través de la web de Hegoa.

http://biblioteca2012.hegoa.efaber.net/registros/19677

Puedes escuchar el audio del programa:

http://www.eitb.tv/es/radio/radio-euskadi/la-casa-de-la-palabra/1411308/1949072/comunidades-de-poblacion-en-resistencia/

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *