Carles Buenacasa. Las cuatro grandes rutas de la antigüedad.

Carles Buenacasa es profesor de Historia Antigua de la Universidad de Barcelona. Colabora con diversas entidades de difusión cultural como el museo Egipci de Barcelona en donde ofrece un curso con el título de “La cuatro grandes rutas de la antigüedad”. Se trata de la Ruta del Incienso desde el reino de Saba en Yemen hasta Petra en Jordania, la Ruta de la Seda desde Xian (China) hasta Siria para luego alcanzar el Mediterráneo, la Vía de la Plata de Andalucía hasta Galicia y la Ruta del Ámbar desde los países Bálticos hasta el mar Adriático.

Carles Buenacasa ha viajado como profesor acompañante guiando viajes por lugares clásicos de la historia en Siria, Jordania, Turquía, Grecia, Italia, India, Vietnam, Camboya, Bulgaria, Armenia y Uzbekistán.

Durante estas semanas imparte un curso en el Museu Egipci de Barcelona: “Las cuatro grandes rutas de la antigüedad” que fueron la primera muestra de la globalización y, gracias a ellas, el mundo evolucionó con los intercambios culturales. Se transmitieron productos comerciales pero también literatura y formas de gobierno.

La Ruta del Incienso ya funcionaba en el primer mileno antes de Cristo e incluso figura en la Biblia. Partía desde el reino de Saba, en el actual Yemen, y llegaba en 70 días a Petra. Una vez en el puerto de Gaza, se expandía por todo el Mediterráneo. El producto principal era el incienso pero también se comercializaba con incienso y oro.

El incienso y la mirra son resinas aromáticas. La primera se utilizaba para adorar a los dioses y la segunda para cosmética y la momificación de los cuerpos de los faraones.

La Ruta de la Seda partía de Xian para atravesar el Pamir, el desierto de Taklamaklan, Irán, Siria hasta llegar al Mediterráneo. Se transportaba seda, jade, otros tejidos y especias de la India. En tiempos de Alejandro Magno se añadieron elefantes que eran utilizados como vehículos en las guerras. La fundación se le atribuye al emperador chino Wu Di en el siglo II antes de Cristo. Comerciaban con la seda a cambio de caballos.

La Vía de la Plata data en torno al año mil. Se denominaba “d la plata” no por el metal sino por lo llana que es. En la época de los fenicios se transportaba estaño de Galicia hacia la desembocadura del Guadalquivir. Los romanos en el siglo II cargaban con el oro que se extraía de las Médulas y el entorno geográfico de Astorga. A lo largo de la ruta crearon centros urbanos y villas de lujo. En la actualidad es una ruta de peregrinos de Sevilla hasta Santiago de Compostela. También forma parte de la trashumancia de ganado entre los pastos de Extremadura y Galicia.

La Ruta del Ámbar es la menos conocida. Parte de los países Bálticos para cruzar Polonia, Alemania y llegar hasta el mar Adriático. Data del tiempo de los cretenses y, más tarde, de los etruscos.

Un ejemplo de los relatos transmitidos de la Ruta de la Seda es la figura del “caballero de la brillante armadura al rescate de princesas”, una tradición transmitida a occidente desde Persia.

Carles Buenacasa ha intervenido en el programa de Radio Euskadi “La Casa de la Palabra” el jueves 23 de abril de 2015.

Puedes escuchar el audio del programa: http://www.eitb.tv/es/radio/radio-euskadi/la-casa-de-la-palabra/2514820/3156928/carles-buenacasa-las-4-grandes-rutas-de-la-antiguedad/

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