Aitor Galarza. Seguimiento del águila pescadora Costeau.

Aitor Galarza es doctor en Biología y dirige el proyecto de reintroducción del águila pescadora en la reserva de la biosfera de Urdaibai de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. En julio se fue a Escocia en busca de ejemplares jóvenes. El gobierno de Escocia se ha comprometido a donar 60 ejemplares en varios años. Los últimos han sido una docena. Hace unos días, cinco de ellos han levantado vuelo en su migración de invernada hacia África. Entre ellos está Costeau quien lleva un localizador transmisor satelital. De esta manera se conoce la posición, velocidad  y por qué ruta se dirige.

Aitor Galarza nos envía este escrito sobre las aventuras de “Costeau” rumbo hacia el río Senegal.

El sábado 10 de Setiembre dejaron Urdaibai las tres últimas águilas pescadoras del proyecto de recuperación liberadas este año 2016. El inicio simultáneo del viaje migratorio de estos tres ejemplares coincidió con las fiestas del barrio de Kanala por lo que cabe suponer que fueron los numerosos cohetes lanzados ese día lo que provocaron su partida prematura. Estos ejemplares, que formaban parte de la docena liberada este año, llevaban en libertad algo más de un mes por lo que esperamos que se encontrasen ya en condiciones para poder afrontar el largo viaje hacia la zona de invernada.

Uno de los ejemplares del proyecto, de nombre Cousteau, porta un transmisor cuyas señales las recoge el satélite Argos lo que permite que, cada poco tiempo, conozcamos su velocidad y dirección de vuelo, así como también su posición geográfica.

Cousteau inició su viaje pasadas las 11:00 del sábado. Se dirigió directamente hacia el sur y sabemos que a las 12:00 volaba sobre Amorebieta (Bizkaia) y a las 14:00 cerca de Miranda de Ebro. Esa noche pernoctó en un bosquete junto a Aranda del Duero (Burgos) para proseguir su periplo temprano, cruzar la provincia de Segovia y alcanzar Ávila. A  las15:00 del domingo Cousteau sobrevolaba el pequeño pueblo de Sotillo de Adraba (Ávila) a una altura de unos 1.700 m de altura. Por la tarde eligió para descansar y dormir el pequeño embalse de Migas Malas, cerca de Talavera de la Reina. Al día siguiente atravesó gran parte de Extremadura hasta arribar al río Guadiana, a unos 20 km al Este de la ciudad de Badajoz. Este es un tramo de río propicio para la pesca, por lo que no puede descartarse que atrapara allí algún pez.

El 13 de Setiembre atravesó el sureste de Portugal, se lanzó a cruzar el golfo de Cádiz desde la localidad de Faro y, tras seis horas de vuelo, alcanzó la costa marroquí cuando ya era totalmente de noche. Desde allí continuó hacia el sur bordeando la costa y dejando atrás ciudades tan famosas como Casablanca, Essauira o Agadir. Finalmente, el miércoles 14 de Setiembre a las 19:00 arribó a Tiznit y allí pernoctó, prácticamente a las puertas del desierto. Hasta aquí había recorrido casi la mitad de su viaje migratorio pero aún le quedaba el tramo más peligroso porque tenía que salvar los inhóspitos 1.500 km que le separan de la verde cuenca del río Senegal. Por si esto fuera poco, nada más arrancar tenía que atravesar la región de Guelmin-TanTan, en donde recientemente se ha descubierto una elevadísima mortalidad de rapaces por electrocución.

Por suerte, tras dormir en un árbol emplazado en un alto a 1.000 m de altitud, Cousteau reemprendió el vuelo desde su dormidero en el sur de Marruecos poco después de las 8 de la mañana del pasado jueves. A las 16:00 penetró en el Sahara Occidental y se adentró en Mauritania, a unos 150 km de los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, y continuó viajando hasta salvar un total de 470 km en una sola jornada y parar para dormir, en esta ocasión sobre la arena de la inmensidad del desierto. Reinició temprano su periplo migratorio para cubrir esta vez algo más de 500 km hasta su próxima parada, no muy lejos de la Estructura de Richat, un espectacular accidente geográfico que, visto desde las alturas, se asemeja a un ammonites gigante que destaca en la monótona extensión del desierto. Tras pasar allí la noche, sobre las 7 de la mañana del sábado ya estaba de nuevo viajando, aunque en esta ocasión la distancia recorrida fue de tan sólo 150 km, y a las 16:00 la señal indicaba que estaba estacionado en la mitad del desierto. Las últimas señales antes del anochecer del pasado sábado nos informaron de que Cousteau había realizado cortos vuelo de 1-2 km. Ello es, sin duda, un comportamiento extraño y podría estar indicando que tiene dificultades para salvar esta gran barrera ecológica que supone el desierto del Sahara para las aves migradoras. Veremos cuál es su situación dentro de dos días, cuando el satélite vuelva a informar de su situación.

Aitor Galarza inteviene en el programa de Radio Euskadi “La casa de la palabra” el martes 20 de septiembre de 2016 de 12 de la noche a la 1 de la madrugada.

Puedes escuchar el audio del programa: http://www.eitb.tv/es/radio/radio-euskadi/la-casa-de-la-palabra/4345986/4398862/la-vuelta-al-mudo-a-vela-de-ignacio-maria-de-alava-euskaditalia/

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