Inteligencia emocional

Todo bien…

Estas palabras resumen lo que pienso que en muchas ocasiones están resumiendo muchas de las relaciones que mantenemos con conocidos, amigos e incluso familiares… todo bien.

En un contexto de encuentros, de relaciones cada vez menos comprometidas en lo emocional, más líquidas, en las que la idea de ser personas tóxicas ha ido calando en la sociedad, en que las que las que palabras como estupendo, fenomenal e ideal resumen los estados personales que es correcto transmitir, “todo bien” se conforma como casi el ideario de nuestra sociedad. Sociedad que no le gusta ver el dolor por lo que éste trasmite, sociedad que no quiere oír el dolor ajeno y que considera que lo negativo, que no que nos duele, aunque sea el alama debe quedar excluido de conversaciones entre conocidos porque no es apropiado, porque todo está bien… y si quieres quejarte incluso puedes ser tachado de ir de víctima… y eso no está bien.

La máxima de la inteligencia emocional que dice que debemos escuchar, y escuchar con el corazón, queda relegada a la parte teórica, al texto, al negro sobre blanco, que cuando debemos ponerla en práctica utilizamos la otra máxima de la IE que dice que debemos ser empáticos con cuidado, que no debemos “contagiarnos” de las emociones negativas de otras personas y que el que se queja, que el quejica, debe hacerlo con contención ya que si no va a cargar a su entorno… en el que lo que vale es que esté todo fenomenal.

Hace unos meses, estuve con el presidente de una de las primeras empresas colombianas que me confesó… “yo soy un hombre angustiado por la vida…” y a mí me llenó de gusto escucharle no porque estuviese angustiado (curiosamente era una persona que trasmitía alegría y bondad)… sino porque no estaba todo bien, y eso me parecía que encerraba mucha más verdad y compromiso que  estar fenomenal.

Como habrán podido comprender a estas alturas en mi vida no considero que está todo bien, no es fenomenal, aunque doy gracias cada noche por el día vivido y cada mañana por el día por vivir y por los amigos que tengo, por los amigos que me quedan. Soy de los que se quejan, de los que en la vida tienen problemas que le gusta compartir, quizás incluso de los “pesados” que cuentan lo que les pasa, de los que muchos llamarían tóxico… ¡¡seguro que sí!!.. pero también de los que se niega a admitir, después de haberlo intentado, a que cuando me preguntan solo pueda responder… todo bien.

Y ustedes cómo están.. ¿¿¿¿?todo bien?????

 

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