Inteligencia emocional

EL MOVIMIENTO EMOIN

En este post quería profundizar más en un constructo teórico-práctico que diseñe y que utilizo en las formaciones con las familias para explicar de una manera algo más sencilla y practica, cómo tomamos decisiones.  Esto lo trabajo en concreto en relación a las decisiones que tomamos respecto a los hijos e hijas, pero se puede generalizar a otros ámbitos.

Como profesional de la psicología Infanto juvenil siempre busco la manera de simplificar los elementos que tienen que ver con las relaciones entre las personas y con ellos mismos. Este elemento me permite poder trabajar de una forma mucho más concreta las emociones que están detrás de esa toma de decisiones y que muchas veces nos hacen sentir que no acertamos, nos dejan un sabor agridulce de culpabilidad y constante sensación de examen.

Nos debemos imaginar el Movimiento Emoin como un péndulo que se mueve entre dos polos o extremos. En uno de ellos, situaríamos las emociones, sensaciones y sentimientos. Este a su vez está alimentado principalmente por dos fuentes. Una seria la que se relaciona con nuestra infancia, más concretamente, con las emociones asociadas a los recuerdos que tenemos como hijos e hijas. La otra fuente de este polo surge de las emociones y sentimientos que tenemos en la actualidad, es decir en el momento en el que tomamos la decisión.

En el otro extremo de este péndulo, se encontraría la información que disponemos a la hora de tomar esa decisión y que, también en este caso, la alimentan dos fuentes: una es la información que tenemos sobre los niños y niñas (en este caso en particular sobre los hijos e hijas) y la otra sería la que nos aporta la experiencia, los programas de televisión, internet, otros progenitores, los profesores, etc. En mi experiencia utilizándolo, he observado que cuanto más desequilibrio hay en el Movimiento Emoin, más carga de conflicto y tensión aparece.

Podría parecer, por como lo he expuesto aquí,  que tardaríamos mucho tiempo en valorar este flujo informativo, pero en realidad tardamos unos pocos milisegundos  para tomar una decisión.

Después de presentar los dos polos de este movimiento, paso a comentar como lo utilizo en la práctica con algunos ejemplos reales. Ahora que nos encontramos en la estación estival, voy a empezar por uno precisamente que tiene que ver con estas fechas.

Un padre divorciado tenía el objetivo de llevarse a su hijo de seis años de camping unos días de vacaciones. Él, de pequeño, había ido siempre de acampada con su familia y tenía unas experiencias y recuerdos muy satisfactorios. Momentos en los que había disfrutado muchísimo de esta experiencia. Por lo que quería que su hijo tuviese la oportunidad de “vivir” lo mismo. Se encontraba con grandes resistencias por parte de su vástago a tener esta experiencia y por mucho que insistía, no lograba convencerle para que accediera a pasar estos días en un camping. El único final que el padre intuía, si le forzaba a llevarle, es que no serian unos días muy “tranquilos”. Analicemos esta situación desde este elemento del Movimiento Emoin.

Le pregunte al padre que emociones y sentimientos (polo emocional) tenía asociadas a esos recuerdos y aparecieron emociones como: alegría, libertad, satisfacción, disfrute, amistad, aventuras… y cuáles eran las que tenía en la actualidad en relación a querer que su hijo tuviera esa experiencia. Me dijo que era el deseo de que viviese esas mismas emociones y que él, como padre, fuese el que le transmitiese esa especie de “legado”.

Después pasamos a analizar el otro extremo, el de la información. Que teníamos aquí, principalmente la negativa de su hijo a ir de acampada. Al niño no le gustaba especialmente la naturaleza, decía que no quería dormir rodeado de insectos y bichos. Y que él lo que quería era ir a un parque temático, a un hotel y pasar esos días con su padre allí.

Después de tener sobre la mesa los dos polos, comenzamos a analizar donde se quedaba más ese péndulo del movimiento Emoin. En este caso está situado más en el polo emocional basado en sus recuerdos y no tanto en la información aportada por su hijo. Por lo tanto, con este desequilibrio del Movimiento Emoin se puede prever una situación con bastante carga de conflicto.

Al trabajar sobre ello y ver donde estaba basado su movimiento, tomó una nueva perspectiva.  Esto le llevo a modificar su planteamiento inicial. Tuvo en cuenta más la información basada en el estilo y gusto de su hijo de ir unos días a un parque temático y planificaron entre los dos un sitio de acampada durante un fin de semana, no más días, donde el padre le explicó a su hijo que experiencias él había tenido y abordaron juntos como resolver las situaciones incomodas que le planteaba su hijo en un camping.

En este ejemplo hablo de un padre separado, donde resolvemos un Movimiento Emoin, pero en una familia con dos progenitores tenemos que trabajar con dos Movimientos, con lo que se hace más compleja esta toma de decisiones adecuadas respecto a los más pequeños. Pongo otro ejemplo:

Un padre que se desvive por llevar a sus dos hijos a todos los lados: a clase, a extraescolares, con los amigos, a recogerles después…y esto le supone a él personalmente, un gran gasto de energía física y mental lo que le hace estar en muchas ocasiones irascible y con poca paciencia. Por el contrario, su pareja le insiste en que no es necesaria tanta atención y observa que les está haciendo demasiado dependientes y cómodos. Este punto de vista diferente les hace tener a ellos también momentos de tensión como pareja. Cuando analizamos esto desde el Movimiento Emoin vemos que surge un desequilibrio y por tanto conflicto.

En el análisis, cuando nos pusimos en la parte de las emociones de su infancia, surgió un sentimiento de soledad, tristeza y algo de enfado. El padre del padre, es decir el abuelo paterno, no estaba muy pendiente de su hijo y no solía acompañarle a los sitios. Este padre actual ha decidido que no quiere provocar esos sentimientos en sus hijos y se vuelca totalmente en ellos, llegando a provocar en él un estado emocional de tensión que repercute, como digo, a su familia y a él mismo. Luego pasamos a analizar la parte de la información. En este polo aparecía que sus hijos se estaban volviendo demasiado comodones y algo tiranos con el padre. Que por otro lado, eran capaces de hacer algunas de esas cosas por sí mismos y que eran niños que se sentían queridos por él, aunque no les llevase a todos lados. Cuando fue consciente que su desequilibrio  del Movimiento Emoin estaba más en el lado emocional y no tanto en el informativo y las repercusiones que eso tenía, pudo sentirse más tranquilo y tomo otra actitud diferente. Es decir, se quito el peso de esa emoción que tenía que resolver y se baso más en la información. Por lo tanto, pudo optimizar mejor el tiempo que dedicaba a sus hijos. Es decir, encontró un Movimiento Emoin más equilibrado. Esto llevo a disminuir las situaciones de conflicto en casa y para sí.

Espero que este post, os pueda servir de ayuda y al menos tener un punto de referencia para ser más conscientes de donde está principalmente la base de vuestra toma de decisiones. Si os apetece os animo a que “juguéis” con vuestro propio Movimiento Emoin, a descubrir durante estos días de descanso donde se sitúa más ese péndulo imaginario. Seguro que os sorprendéis.

 

 

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