Inteligencia emocional

Las emociones son conducta

Llevamos muchos años debatiendo, escribiendo y leyendo sobre el mundo emocional. Ciertamente a los moradores del este blog siempre nos ha resultado un tema estimulante, de gran importancia. Pero no lo es menos que lo hemos intentado hacer desde una perspectiva científica, seria, basada en los resultados de la investigación. Tal vez por ello el post de hoy sea adentrarse en las profundidades de la Psicología, con el objetivo de aclarar algunas cuestiones que nos deben permitir tener un acercamiento más científico a las emociones.

¿Qué importancia tiene determinar la relación entre los conceptos de emoción y conducta? Seguramente lo primero es dilucidar si estamos hablando de fenómenos distintos o de aspectos diferentes del mismo evento. Lo segundo está relacionado con las implicaciones en la investigación y en la evolución del conocimiento. Y lo tercero tiene que ver con tener base para desterrar prácticas poco eficaces, o incluso perjudiciales, en el campo de la aplicación del trabajo emocional.

Si seguimos algunas definiciones del concepto emoción a través de algunos autores nos encontraremos diferentes modos de relacionarlos con el de conducta pero sin aclarar el fondo de la cuestión. Algunos ejemplos:

  • “Las emociones son reacciones psicofisiológicas a situaciones significativas que involucran cambios en la atención, la memoria, el juicio y la conducta.” – Richard S. Lazarus
  • “Una emoción es una respuesta compleja al ambiente, que incluye una preparación fisiológica, una expresión conductual y una experiencia subjetiva.” – Paul Ekman
  • “La inteligencia emocional implica la habilidad de percibir con precisión, valorar y expresar emociones; la habilidad de acceder y/o generar sentimientos que faciliten el pensamiento; la habilidad de comprender emociones y el conocimiento emocional, y la habilidad de regular emociones para promover el crecimiento emocional e intelectual.” – Peter Salovey y John D. Mayer

 

¿Qué encontramos en las definiciones de conducta? Desde la perspectiva de B.F.Skinner “la conducta es cualquier acción observable y medible realizada por un organismo, que puede ser registrada, analizada y estudiada científicamente”. Encontramos también que, para los interconductistas (Kantor y Ribes, por ejemplo), la conducta sería más bien interacción entre el individuo y su entorno. En el fondo subyace un debate sobre si la conducta hace referencia tan solo a la parte observable del comportamiento o no. Sinceramente creo que la interpretación sobre que la conducta solo hace referencia a lo “visible” se superó hace décadas con la publicación del libro “Conducta verbal” por parte del propio Skinner.

Estamos ante algunas de las principales dificultades que ha enfrentado en su evolución la Psicología como área del conocimiento con un objeto de estudio propio. Cuando queremos responder cual es éste nos encontramos propuestas circulares, basadas en argumentaciones sobre la esencia del ser humano, en definitiva, dualistas. No puedo dejar de recomendar la lectura de “¿Qué es conducta?” del profesor Esteve Freixa i Baqué. El no puede explicarlo mejor cuando nos hace responder a la pregunta de si morimos porque somos mortales. La pregunta destaca la importancia de las propiedades relacionales con respecto de las esenciales en el habla. Hay un dualismo instalado en la sociedad que nos hace entender que hay causas invisibles, esenciales, que explican los síntomas o hechos visibles. Claramente debemos analizar y explicar para poder predecir, lo demás no es científicol. “Ser mortal” no constituye en absoluto la causa de la muerte de los hombres, sino la simple constatación de que todos los hombre mueren. Sencillamente, llamamos “mortales” a los seres que mueren, y en ningún caso la simple denominación de un fenómeno puede ser transformada en su causa. Si substituimos en la frase “los hombres mueren porque son mortales” la palabra “mortales” por su definición, obtenemos la perogrullada siguiente: “los hombres mueren porque son seres que mueren”.

Observar las emociones como explicación de la conducta vuelve a traer el problema de la causalidad en vez de la interacción. ¿Corremos porque tenemos miedo? ¿Tenemos miedo porque corremos? Solo un buen análisis funcional de la relación entre variables del campo interconductual puede responder a esa pregunta.

La emociones en sí mismas no tienen un funcionamiento independiente de otros aspectos de la conducta humana y, de hecho, interactúan con ellos. De ese modo conducta no solo es el comportamiento motor observable, sino los procesos de pensamiento (conducta verbal) y emocionales vinculados con los conjuntos de estímulo con los que nos relacionamos en cada momento como individuos. Por eso se habla de la conducta como campo de interacción y se han desarrollado herramientas como el análisis funcional de la conducta para describir las relaciones entre las variables que interactúan en el campo interconductual.

 

Tal vez también podríamos preguntarnos por qué con tanta frecuencia nos quedamos con las respuestas más fáciles en vez de aquellas que están más sólidamente respaldadas por la comunidad científica. Tal vez de ese modo evitaremos revictimizar a las personas que sufren a través de la culpabilidad cuando se les explica erróneamente que lo que les sucede es porque “son así”, o “son demasiado emocionales”.

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