echo para atrás el tiempo y vuelvo al verano, para compartir una lectura que queda en paso de la pelÃcula “del revés”, en la que tenemos una aproximación muy interesante al mundo emocional, un regalo de Disney Pixar,
en el que Riley, la protagonista, una niña que vemos nacer en la pantalla, asà comienza la peli, está enganchada, casi permanentemente, a la emoción de la alegrÃa, y en una primera lectura de la peli, muy facilona, parece que ésa es la emoción que nos deberÃa mover a todas las personas, empezando por las más pequeñas,
no vamos a tardar mucho en observar que hay diferentes cuadros de mandos, el de mamá, y el de papá, en los que la emoción predominante es otra, en el caso de mamá es la tristeza, azul, y en el caso de papá es la rabia, roja,
y se observa muy claro qué pasa alrededor de una mesa cuando dos personas rabiosas (con la rabia como emoción al control de la dinámica) se juntan, definitivamente es difÃcil que pase otra cosa, va a haber pelea.
Termina la peli, y llegan los tÃtulos finales, y, por si no lo tenÃamos claro, vamos a poder observar cómo cada persona´del reparto tiene una emoción dominante, el asco en el caso de la amiga guay del cole,
la alegrÃa en el caso de la nueva profesora de Riley,
la rabia en el caso del conductor del autobús,
y vemos que hasta los animales tienen un cuadro de emociones, con una emoción dominante.
Esta aproximación, por la cual cada persona tiene una emoción dominante nos aleja de una visión simplista del mundo emocional por el cual, por ejemplo, los niños son alegres (Riley lo es, pero no por ser niña, sino a tÃtulo personal) y los adultos iracundos,
y nos permite indagar qué motivos llevan a una persona a desarrollar una emoción dominante en su vida, generando una actitud tipo de respuesta a la vida y un temperamento (sanguÃneo, flemático, melancólico y colérico),
una reflexión que me trae al recuerdo el MAT (Metamodelo de Análisis Transformacional), de Preciada Azancot, autora de 18 libros sobre esta materia, y de Arancha Merino, alumna suya, que escribe 2 libros relacionados con las emociones y la personalidad,
“haz que cada manana salga el sol”, y “descubre tu verdadera personalidad”, según el cual nuestra emoción dominante viene marcada por la emoción dominante de nuestra madre durante el embarazo,
si mi madre está triste mi emoción dominante va a ser la tristeza, si mi madre está triste mi emoción dominante va a ser la rabia, qué curioso, la emoción de mi madre es tan fuerte que yo no puedo lidiar con ella, y corro una.
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y para terminar una idea, con la que puedes no estar de acuerdo,
en la estructura cuaternaria de la persona (1 cuerpo fÃsico, 2 cuerpo vital, 3 cuerpo emocional e identidad 4) resulta más fácil cambiar cuanto más nos alejamos de nuestro cuerpo fÃsico,
por lo que va a ser más fácil cambiar un ideal que la fisiologÃa de nuestro pie, por poner un ejemplo, o una emoción hacia alguien que un hábito de comportamiento.
Por cierto, una acción recurrente (una acción que pasa a ser un hábito) es lo que normalmente denominamos hábito, una idea recurrente (una idea que pasa a ser un hábito) es una creencia, y una emoción recurrente (una emoción que pasa a ser un hábito) es lo que habitalmente denominamos temperamento.
Hábitos, creencias y temperamento están en el nivel 2 de nuestra estructura cuaternaria, muy cerquita del cuerpo fÃsico, por algo son tan difÃciles de cambiar, que no imposible,
¿se puede cambiar un hábito y una emoción recurrente?,
claro que se puede, aunque nos va a costar,
¿qué te parece, lo intentamos?
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y me quedo con ganas de seguir aprendiendo de emociones, con la consola ampliada de emociones que le acaban de instalar a Riley, nuestra protagonista alegre, y ese botón que los personajes de la peli no saben para qué sirve,
pubertad, no sé por qué siento que la segunda entrega de la pelÃcula “inside out”, del revés, está al llegar, y a más de una de nosotras nos va a interesar
*Reeditado ya que fue publicado en este blog en marzo de 2016