Inteligencia emocional

Es el contexto, amigo!!!!

Contexto natural.

Dicen que el mundo en el que vivimos está cambiando a un ritmo vertiginoso y puede ser cierto. Me disponía a prepararme para la cita con este espacio y no se me ha ocurrido otra cosa que preguntar a mis hijos por temas sobre los que poder escribir. La verdad es que no me han hecho mucho caso, por lo que tampoco han entrado en el juego que les proponía. Pero, en cambio, esa conversación si me ha inspirado el tema que voy a desarrollar basada en los efectos de algunas diferencias generacionales que observo. Más concretamente el de la adaptación a los cambios que estamos viviendo, aunque seguramente pudiera servir para cualquier momento histórico en el que se hayan experimentado variaciones importantes que afectaran a los usos y costumbres. Quería haberlo titulado algo así como “emociones para futuros cambiantes” pero me ha parecido mucho mejor un enigmático, “es el contexto, amigo, es el contexto…”

 

¿CAMBIAMOS O NOS CAMBIAN?

 

Lo primero sobre lo que me gustaría llamar la atención es algo que observo que pasa desapercibido para mucha de la gente con la que hablo. A todos nos preocupan los avances, la velocidad a la que se imponen, los problemas que ocasionan, así como las prácticas saludables que estamos perdiendo. Pero poca gente repara en que la clave es cómo nos ajustamos a los cambios. Es decir, entender la importancia de los procesos de adaptación o desajuste a una realidad que está en constante evolución. De hecho, los que peinamos canas observamos con cierta sorpresa (cuando no con indisimulado malestar) aquellas novedades que alteran, que modifican nuestro contexto y que nos obligan a adaptarnos (aun cuando no tenemos muchas ganas de hacerlo). Por contra los más jóvenes o bien no perciben ese “esfuerzo” o lo abrazan con entusiasmo las más de las veces.

Pero realmente no estoy respondiendo al título del apartado. Hay un juego detrás de todos estos movimientos. Un juego que consiste en que mientras el contexto cambia, las personas lo hacemos o no y por tanto nos ajustamos o no a las nuevas características de la realidad. Es decir, que cambiamos (a veces un poco más o un poco menos, un poco más rápido o un poco más lento) mientras nos cambian, mientras la realidad sigue su curso. Es el contexto amigos…

 

EL CONTEXTO EN 2023

 

Hablemos de contextos, del actual, en el que nos encontramos en pleno 2023. ¿Cuales diríais que son las principales características de los tiempos que vivimos? Seguramente habrá muchos tipos de respuestas diferentes a esta pregunta porque cada persona percibe la realidad que le rodea de un modo individual por mucho que pueda parecerse a cómo lo hacen los demás. Esta interacción entre cada uno de nosotros y lo que le rodea puede servir para definir el concepto contexto. Yo hablaré del que percibo yo, con todas las limitaciones que mis condiciones me impongan. Es importante entender que esto nos pasa a todos, por eso es especialmente importante escuchar cómo lo perciben los demás y aprender de ello.

El espacio de este artículo no me permite extenderme mucho pero indicaré a continuación algunas de las realidades cambiantes que me resultan especialmente importantes para definir el contexto actual, así como los esfuerzos que partes de la sociedad tenemos/tienen que hacer para adaptarse:

  • Relaciones fluidas. Para mi el mayor impacto lo está teniendo en las generaciones mayores que se sienten especialmente vulnerables y desatendidas por sus familiares. La cultura de los cuidados ha cambiado, así como la importancia de los vínculos (al menos con respecto de generaciones anteriores). También lo observo en las amistades, en las relaciones sentimentales, así como en el activismo o en el compromiso social.
  • Tecnologización. La tecnología está completamente instalada en nuestras vidas. Lo vemos en nuestras compras, en las relaciones, en la información a la que accedemos a través de las redes sociales. Una realidad que facilita muchos procesos, acerca personas pero que discrimina a aquellos con dificultades para manejarse con aparatos y códigos de estas nuevas herramientas de nuestra realidad.
  • Valores. En este caso no es solo una cuestión de cambios en los valores a los que abrazamos las personas, sino a la importancia que parecen estar perdiendo en general. Supongo que el descenso del respeto mutuo me duele especialmente en un contexto de mayor polarización y de poca escucha.

 

FUTUROS CERCANOS.

 

¿Y hace dónde vamos? Si no es real aun, ¿cual va a ser el impacto del desarrollo de la inteligencia artificial, o del progresivo alargamiento de la longevidad humana (¿llegaremos a la inmortalidad?)?, ¿qué va a suceder con el cambio climático, con la sustitución de las energías fósiles, con los nuevos equilibrios del mundo?, ¿cómo vamos a educar a los más pequeños, de qué modo vamos a asegurar calidad de vida para nuestros mayores, de qué modo aseguraremos una sociedad con igualdad de oportunidades para todos?

La cuestión es que todo depende del contexto, más bien de nuestra relación con la realidad que nos rodee, es decir, de nuestra conducta. Nuevas situaciones nos obligarán a adoptar nuevos hábitos, nuevos aprendizajes, nuevas adaptaciones. Las emociones nos indicarán, como señales que son, nuestro grado de adecuación ante las nuevas realidades. Algunas personas lo harán con facilidad, otras no, incluso habrá quienes no lo consigan. Desde mi punto de vista la educación va a ser clave en este reto colectivo, una que nos prepare para tener una relación con nuestro entorno lo más elegida por nosotros, una que nos dote de herramientas personales (aquí entra la inteligencia emocional) para ser nosotros quienes decidamos los cambios que queramos adoptar para ajustarnos o no a las nuevas realidades que vengan.

Es el contexto, amigos, pero cuidado que está siempre en construcción. Y en ello tenemos aun mucho que decir cada uno de los seres humanos.

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