En esta entrada trataré sobre las emociones autoconscientes: la vergüenza, la culpa y el orgullo, a partir de Etxebarria Bilbao (2020). En una entrada anterior, Empatía y moralidad, tomé como base el mismo libro. Las emociones autoconscientes son una brújula interna importante para el control de la conducta por parte del yo; hacen menos necesario el control externo. De las tres, el orgullo es la menos estudiada.
En inglés, los conceptos de shame y guilt no se corresponden exactamente con nuestra vergüenza y culpa, respectivamente. En la siguiente tabla 1 podemos ver las diferencias entre una y otra en nuestro contexto cultural. Shame no incluye las versiones más livianas de vergüenza, que estarían más cerca de embarrassment (que traducimos como vergüenza, pero también como corte, apuro o bochorno; y se suele producir en presencia de otras personas).
Tabla 1: Diferencias entre vergüenza y culpa | |
Vergüenza | Culpa |
Pública (requiere observadores externos) | Privada (desaprobación propia) |
Fallos no morales (es vs. desearía ser) | Fallos morales (es vs. debería ser) |
Fallos incontrolables | Fallos controlables |
Deseo de huir | Deseo de reparar |
Foco: Yo en su conjunto | Foco: Acción concreta |
Fuente: Adaptado de Etxebarria Bilbao (2020: 85) |
La vergüenza provoca el ‘tierra trágame’, el deseo de no hacer actuado así o que, por lo menos, nadie lo hubiera visto. Suele conllevar rumia. Se manifiesta en encogimiento del cuerpo y rubor. Recuerdo las palabras de quien fuera compañero en la universidad, Iñaki Beti, en su escrito Breve elogio de la vergüenza: “Sin vergüenza, nuestros comportamientos y palabras muchas veces devienen en procaces, irrespetuosos, soberbios, mentirosos y engañosos”.
La culpa, que en el ámbito moral suele considerarse la emoción más importante, aparece cuando somos conscientes de que hemos hecho, o vamos a hacer, algo que está mal. Se habla de dos tipos de culpa: 1) intrapsíquica (intrapersonal) o ansioso-agresiva, asociada a actos, pensamientos o deseos que contravienen normas [esta tiene unos límites difusos con la vergüenza]; y 2) interpersonal o empática, aparece como reacción al dolor ajeno y relacionada con la conciencia de ser causante del mismo.
En las experiencias de culpa se dan: empatía, ansiedad, agresividad (dirigida hacia uno mismo o los demás), así como asco o miedo. Las reacciones de culpa son más habituales o intensas cuando los actos afectan a personas cercanas.
El orgullo tiene que ver con una autoevaluación positiva en distintos ámbitos: deportivo, profesional, etc. Se distinguen dos tipos de orgullo: auténtico, ligado a una situación concreta (yo-en-acción) y hubrístico, se generaliza a todas las situaciones (yo-como-actor). Es una emoción muy permeable a la opinión de los demás. En el ámbito moral tiene una función reguladora de la acción moral, pero es débil. Puede verse socavada por diversos factores.
Veamos en la tabla 2 los distintos efectos que tienen la vergüenza, la culpa y el orgullo.
Tabla 2: Efectos de la vergüenza, la culpa y el orgullo | ||
Vergüenza | Culpa | Orgullo |
Implica tendencia al escape, a la huida. | Motiva la reparación (a favor de la víctima o de otras personas).
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Refuerza la conducta moral positiva. |
Conlleva intentos de superación de los propios fallos. | Favorece la revisión crítica de la propia conducta. | Favorece la conducta a la que se asocia. |
Favorece (de forma limitada) la prosocialidad y mejora las relaciones sociales. | Motiva la conducta prosocial, conlleva autocorrección moral (aunque, en ocasiones, puede dar lugar a mecanismos proyectivos). | Favorece la congruencia entre los valores y la conducta moral. |
Función autoreguladora de las conductas sociales inapropiadas. | Inhibe las conductas a las que se asocia. | Favorece la identidad moral. |
Puede conducir a conductas autopunitivas, para restaurar el equilibrio con la víctima (véase el Efecto Dobby, en alusión al personaje de Harry Potter). | En conjunto, culpa y orgullo son esenciales para dirigir y controlar el comportamiento en consonancia con los valores morales. | |
Favorece la conformidad con las demandas ajenas (no solo las de la víctima). | ||
Fuente: Elaborado a partir de Etxebarria Bilbao (2020: cap.4) |
Vistas estas emociones y los importantes efectos que tienen, cabe destacar el gran papel que tienen como brújulas morales. Seamos conscientes de ello y trabajemos para desarrollarlas.
Bibliografía
- Beti Sáez, Iñaki (2010, 24 de marzo). Breve elogio de la vergüenza. Recuperado de: https://blogs.eitb.eus/inteligenciaemocional/2010/03/24/breve-elogio-de-la-verguenza/
- Echaniz Barrondo, Arantza (2020, 28 de diciembre). Empatía y moralidad. Recuperado de: https://blogs.eitb.eus/inteligenciaemocional/2020/12/28/empatia-y-moralidad/
- Etxebarria Bilbao, Itziar (2020). Las emociones y el mundo moral. Más allá de la empatía. Madrid: Editorial Síntesis.