Si sólo el 1% de las irregularidades denunciadas ayer en las elecciones parlamentarias rusas fueran ciertas, serÃa suficiente para llevarse las manos a la cabeza. La Comisión Electoral Central ha aceptado algunas de estas denuncias cómo válidas. Entre ellas, las más inverosÃmiles, las que parecen ideas propias de la T.I.A de Mortadelo.
En varios colegios electorales se detectó ayer el uso de bolÃgrafos con tinta invisible, quedando invalidadas cientos de papeletas en las que, al cabo de un rato, desaparecÃa la opción elegida.
Otro timo, el clásico de hacerse el despistado e introducir en la urna nada menos que ocho papeletas, pegadas entre sà con saliva.
CreÃa que lo habÃa visto todo en los esfuerzos por conseguir más presencia en un parlamento cuando hace unos años entrevisté a una candidata belga que ofrecÃa felaciones a cambio de votos, pero en Rusia están mucho más organizados.
Palizas a los interventores que levanten la voz ante las irregularidades de los colegios, carreteras rurales cortadas misteriosamente sin que cayera un sólo copo de nieve, exigencia a los trabajadores de las fábricas de que se comprometan por escrito a votar al partido oficialista, bajo pena de ser despedidos, y mi favorito; el “carrusel”.
Se trata de montar a un montón de seguidores de tu partido en autobuses, y hacerles votar con cupones falsos, en uno, y otro, y otro colegio electoral. Y no hablamos de situaciones registradas sólo en la lejana Kamchatka. En Moscú observadores voluntarios siguieron ayer la pista a unos cuarenta “carruseles” y lo denunciaron en cada ocasión a la policÃa del distrito correspondiente. Y si te he visto no me acuerdo.
La mayorÃa de las denuncias son contra Rusia Unida pero también el propio partido de Putin ha denunciado irregularidades y abusos en diversos puntos del paÃs. Y si en lugar del 1 o el 10%, la mitad o las tres cuartas partes de las irregularidades fueran ciertas? Y si se hubieran tenido en cuenta? Quizá Putin mantendrÃa hoy la mayorÃa de dos tercios del parlamento o muchos de los que se hacen cruces por el fraude electoral podrÃan haber quedado en evidencia.