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Informes sobre Grecia

Entre tanta medicina con efectos secundarios mortales, Bruselas ha querido darle una aspirinita a Grecia. Aparte de la llamada “troika” encargada del rescate griego (con gente de la Comisión, del FMI y del Banco Central Europeo), Atenas ha recibido a un grupo de expertos con una tarea diferente: ayudarles a aprovechar lo mejor posible los fondos europeos a los que tienen derecho y proporcionarles ayuda técnica.

Y las conclusiones de estos expertos sobre el fraude fiscal en Grecia son escalofriantes. El estado ha dejado de ingresar 60 mil millones de euros a causa del fraude fiscal. Eso es una quinta parte del PIB de Grecia y la mitad del segundo rescate de la UE. El informe le pone cifras a una realidad ya conocida y muy comentada al principio de la crisis griega: casi nadie paga impuestos allí. Ni los ricos, que han sacado miles de millones desde el principio de la crisis (Grecia está negociando con Suiza cómo grabar a los griegos que han cambiado su residencia fiscal a los Alpes), ni los empleados por cuenta propia que son la mitad de la población activa.

El informe dice que en este momento hay abiertos 165.000 pleitos de la administración contra contribuyentes escurridizos, por un importe total de 30.000 millones de euros. Y los expertos de Bruselas dicen que entre 6 y 8 millones de euros pueden recaudarse inmediatamente con solo ponerse a ello. Porque este es otro problema, la eficacia de la administración griega. Basta con recordar que el ministerio de Hacienda estaba sin informatizar y que uno de los últimos impuestos introducidos por el ex primer ministro Papandreu – uno sobre la vivienda en propiedad – se estaba cobrando a través de la compañía eléctrica, cortando la luz si resulta necesario.

Sobre la aspirina, la inversión europea en Grecia, Bruselas habla de construir 5 autopistas allí que, al parecer, generarían 10.000 puestos de trabajo y del proyecto Helios, de producción de energía solar.

Alemania y los Pigs

pigs

Lo de la foto es la crisis del euro, vista por los bohemios del centro de Berlín. Y resulta sorprendente porque no defiende la postura oficial de cualquier contribuyente alemán, sino más bien la contraria y en inglés, para que lo entiendan todos los turistas que suelen pasar por aquí. La pancarta cubre toda una fachada de un edificio abandonado de la Auguststrasse, la calle de las galerías de “arte” (soy escéptico). Y en ella salen Merkel y Sarkozy manipulando un cerdo descuartizado que representa a los países del sur de Europa, los PIGS según el horrible apodo ideado por los anglosajones: Portugal, Ireland/Italy, Greece, Spain. El diario británico The Guardian se montó un videoclip musical muy irónico sobre los PIGS que circuló por Internet hace unos meses:

Los autores de la pancarta piensan lo que pensamos muchos: que Merkel y Sarkozy dirigen la UE pensando solo en sus propios intereses y que Alemania no quiere contribuir a estabilizar el euro aunque es el país más beneficiado por la moneda común y de que su superávit procede del déficit de los países del sur.

Y que la rigidez de Alemania con Grecia (a pesar de la falta de seriedad de Grecia, su gobierno lo está intentando absolutamente todo) va a acabar por hundir toda la zona euro empezando por los países del sur. Pero ya se sabe que la vieja cantinela de “los del sur son unos vagos” tiene mucho tirón en Alemania, donde les gusta presumir de su Zuverlässigkeit (seriedad, fiabilidad).

El día de la marmota griega

Muchos griegos aseguran estar atrapados en el tiempo. Que sus días se repiten y son iguales, pero que, al mismo tiempo, la situación en la que están encerrados es cada vez peor. Hoy la ‘troika’ vuelve a Atenas y creyendo que su primera reunión tendría lugar en el ministerio de finanzas, y a primera hora, muchos vecinos se han acercado a protestar. “Vuelven otra vez”, nos dicen. El bucle interminable de los tramos del rescate es su día de la marmota.

La última vez que estuve en Grecia, a finales de junio, el informe de la ‘troika’ era también clave, en aquella ocasión, para liberar el quinto tramo del rescate. Hoy, contrarreloj otra vez, la ‘troika’ tiene en sus manos dar un informe positivo a los donantes internacionales. Se liberaría así el sexto tramo del rescate, 8.000 millones de euros, con los que el gobierno podrá pagar los sueldos, las pensiones y las deudas de octubre. Respiro para un sólo mes más.

En la película “Atrapado en el tiempo” (“Groundhog Day”, 1993, ver post inaugural de este blog) Bill Murray contemplaba una y otra vez, aburrido, cómo tres señores engalanados escuchaban a una marmota y dictaminaban si la primavera llegaría pronto, o cuando toca. En Grecia, tres señores, los representantes de la Comisión, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, escuchan cómo los mandatarios del país les explican sus esfuerzos por reducir el déficit, los costes y la estructura pública. La ‘troika’ escucha, debate entre sí y con sus superiores, y dictamina. Si el sexto tramo llega pronto, o en el límite, como suele ser habitual. Los griegos se dividen entre los que han tirado la toalla y se dedican a resistir cada día y los que protestan y se manifiestan intentando cambiar el curso de la situación, como Bill Murray intentando ligarse a la chica, intentando mejorar cada día, pero sabiendo de antemano lo que va a pasar.

Muchos de los que protestan aún no reconocen que el país era, o es aún, una especie de queso con muchos agujeros, y que unos se ven a simple vista desde fuera y otros no. Otros muchos sí son conscientes de que con cerca de un 60% de economía sumergida y la corrupción y el chanchullismo enraizados desde hace décadas, será muy difícil cambiar la situación en sólo unos meses. En cualquier caso, la confianza en el gobierno es nula. Se habla de referendum, de voto de confianza o elecciones anticipadas, pero la gente en la calle quiere trabajo y dinero. Se preguntan donde va el que les presta la comunidad internacional, o si la ‘troika’ va a explicarles cómo pagar los nuevos impuestos con un sueldo o pensión reducidos en un 40%. Cómo salir de su día de la marmota.

Crisis en Grecia: Lo malo conocido, o la guerra de Syntagma

Han llegado de Tesalónica, Elefsina, Olimpia y de todo Grecia. “Hoy es el día en que hay que estar aquí”. Hoy las protestas en Syntagma han empezado mucho antes, desde primera hora. La mañana, siempre tranquila. Seis manifestaciones se dirigen hacia aquí. Los griegos llevan la máscara antigás en el cuello y el “freddo”, el café espresso helado en la mano. Nunca había visto a los habitantes de una ciudad seguir un ritual de desayuno como este en masa, en ningún otro país. Me atrevo a decir que el 90% de la gente compra al menos un café gigante al día y lo pasea camino al trabajo, o como estos días, camino a las concentraciones. El que me ha vendido el mío en Syntagma, asegura que “los radicales trasnochan, por eso los disturbios empiezan sobre las dos o dos y media de la tarde”. Quienes venden café son los únicos que abren hoy, y claro, hacen su agosto.

EFE/ORESTIS PANAGIOTOU

EFE/ORESTIS PANAGIOTOU

La votación se espera a partir de las cuatro de la tarde, las tres en Euskadi. Ayer, los disturbios se alargaron durante horas y si bien quienes lanzaban cócteles iban enmascarados y estaban organizados para hacer cuanto más daño mejor a la polícia, también había muchas personas, jóvenes y mayores, desesperadas, enfrentándose a los antidisturbios sin ningún tipo de medida de protección o sin darse cuenta de que quedaban atrapados. La no organización de la mayoría de los manifestantes era tal que una señora me preguntó si tenía que beber el líquido blanco que unos jóvenes le ofrecían contra el picor en los ojos. Es un jarabe para el acido estomacal con el que hay que cubrirse los ojos y ponerlo en las fosas nasales, pero ella pensaba que si lo bebía, actuaría más rápido. Tenía unos sesenta años y era bailarina. Me dijo que nunca había imaginado que estaría entre los “gamberros” que ella solía ver en las noticias armando follón, pero que ya no puede más.

Hoy es el día en que el parlamento de Grecia decidirá si estrangula más a los ciudadanos o aplaza el desastre, y los griegos creen que la solidaridad europea terminará en cuanto el miedo al efecto dominó se disipe. Las apuestas están claras en la calle: Papandreu conseguirá según la mayoría aprobar el paquete, con uno, dos, o tres diputados de diferencia. El proyecto de ley para implementar las medidas se votaría mañana y los recortes entrarían en vigor el viernes, 1 de julio. Así, dice el camarero de Syntagma, Papandreu y Venizelos, el nuevo ministro de economía, pararán el golpe en Bruselas el domingo presentando resultados ante el Eurogrupo, pero seguirán teniendo al pueblo en contra y tendrán que adelantar las elecciones.

Grecia, al límite: crónica desde Atenas

Ya han empezado las movilizaciones en Grecia, la tercera ronda. Militantes del sindicato comunista se han congregado en la Plaza Omonia, desde donde la manifestación marchará hasta el parlamento. Esta es la zona donde hubo enfrentamientos más duros en la última manifestación unitaria de los sindicatos. En este grupo hay sobre todo jóvenes, armados con palos y con cascos y gritan alto.
Protestas sindicales en Atenas (AFP).

Protestas sindicales en Atenas (AFP).

La policía ya ha comenzado a cortar algunas calles del centro, pero hace poco aun circulaba el trole y circulaban la mayoría de los taxis, que se suone que iban a parar hace media hora. El metro está cerrado.
La otra manifestación saldrá de Pedión Areos, un parque. La forman la GSEE, el sindicato afín al partido del primer ministro Papandreu, y el de los funcionarios, ADEDY. Ésta será más numerosa. Han preparado bien el trayecto, con megafonía, al menos, en la primera parte del recorrido.
Dicen que ningún otro partido distinto del socialista, el de Papandreu, podría aplicar medidas de ahorro tan duras: recortes de las pensiones, de los salarios de los funcionarios, subidas de impuestos y anulación de los convenios. Las protestas de hoy nos dirán si es factible que puedan aplicarse de verdad.

Sigue el pulso en la UE

Sigue el pulso entre Alemania y el resto de la UE. A pocas horas de que comience la reunión trimestral de jefes de estado y de gobierno, aún no se ha confirmado si se organizará una rápida reunión de los países del euro, para acordar algo que presentarles a los especuladores e intentar que dejen tranquila la deuda griega.

Fuentes del gobierno alemán dicen que no hay nada que hablar acerca de Grecia en la cumbre de mañana. Si es así, si hay plan, será en los términos que impone Alemania: sólo se asistirá a Grecia si es materialmente incapaz de obtener dinero prestado en los mercados, Europa sólo aportará el dinero que no ponga el Fondo Monetario Internacional y todo ello ligado a sanciones más duras para los reincidentes que pongan el riesgo el euro con su falta de rigor, incluida la expulsión del euro. Tras meses tratando de evitar que el FMI interviniera en la zona euro, Alemania forzará esa intervención. La institución de Washington, en la que Estados Unidos tiene derecho de veto, podría aportar entre 12.000 y 15.000 millones de euros. Los países del euro completarían la cifra hasta 20 ó 30.000 millones. Alemania, principal contribuyente de la UE, se ahorrará algún dinero a cambio de ceder el control al FMI, por encima del Banco Central Europeo y de la Comisión Europea. Según fuentes del gobierno alemán, no ven en ello ningún riesgo para la independencia del BCE. El enfático Durao-Barroso, atareado en no perder protagonismo en el nuevo organigrama institucional, sí percibe esos riesgos y hoy ha vuelto a pedir solidaridad. “No puedo imaginar que en la cumbre no se hable de Grecia”, ha dicho. Nadie puede, pero Alemania está defendiendo sus intereses con una persistencia que no recuerdan quienes más tiempo llevan en Bruselas. Los alemanes no quieren pagar las facturas de otros y, como dice un analista de la agencia alemana APN, un euro bajo es una buena noticia para una economía basada en las exportaciones.

Todos contra Alemania

Todos contra Alemania: la Comisión Europea, la presidencia española, el presidente estable de la UE, Herman Van Rompuy, y el resto de países del euro tratan de presionar al gobierno de Angela Merkel para que acepte debatir fórmulas de ayudar a Grecia en la cumbre del jueves y el viernes; un “instrumento”, según el término más empleado en Bruselas.
Reunión del Consejo Europeo extraordinario del 11 de febrero.

Reunión del Consejo Europeo extraordinario del 11 de febrero.

 
Tanto Van Rompuy como la presidencia española tienen la potestad de incluir este debate en el orden del día, pero no lo harán si tienen la certeza de un resultado decepcionante. 
 
Europa necesita precisar más las medidas de ayuda a Grecia en un documento que sirva para para ahuyentar a los especuladores y permitir que Grecia pueda financiar su deuda a un precio razonable. Pero, cuando los países del euro parecían de acuerdo en la fórmula para ayudar a Grecia, Alemania ha decidido esperar. Antes de aportar dinero de sus contribuyentes, prefiere ver primero cómo Grecia aplica su plan de recortes.
 
Según una encuesta publicada hoy por el Financial Times, el 61% de los alemanes se opone a que su gobierno ayude a Grecia y el 32% expulsaría a Grecia del euro. Y ayer, en una entrevista grabada en la radio alemana, la canceller Merkel previno del riesgo de alentar “falsas expectativas” para la cumbre de esta semana.
 
Todo, pese a los denodados esfuerzos del presidente de la Comisión, Durao-Barroso que, aunque tarde, se ha decidido a plantar cara por una vez a Alemania. Barroso publicó el viernes un apresurado comunicado en el que dice que “está dispuesto a proponer” un instrumento compatible con la legislación europea, basado en préstamos bilaterales de los países del euro a Grecia, coordinados por Bruselas. “No podemos prolongar más esta situación (…), insto a los líderes de la UE a llegar a un acuerdo sobre este instrumento cuanto antes”, dice el comunicado.
 
Uno de los más molestos con la actitud de Alemania, el presidente del eurogrupo Jean-Claude Juncker, se ha curado en salud al decir: “La ayuda de todos se llevará a cabo el día que sea necesaria (…), no veo necesario que sea esta semana”. Juncker sí ve necesario, en cambio, insistir en que habrá un instrumento para ayudar a Grecia y en que se seguirán estudiando las modalidades técnicas. Todo lo demás – la cantidad prestada, la duración del préstamos, el tipo de interés o las condiciones y el momento en los que se llevaría a cabo la operación – queda en el aire. Fuentes de Bruselas hablan de condiciones más duras de las que le impondría a Grecia el FMI, aunque con más libertad que la que concede el FMI a quienes se benefician de sus préstamos.  
 
La “ayuda de todos”, por cierto, no será de todos. Algunos países del euro como Portugal tienen suficientes problemas como para prestar encima dinero a Grecia. España ha anunciado que participará en esa ayuda.

Grecia paralizada: crónica desde Atenas

Los primeros datos indican que la de hoy es la jornada de protesta más numerosa de las organizadas en Grecia contra los duros recortes que pretende el gobierno de George Papandreu. La segunda ronda de recortes ha enfurecido a la mayoría de los griegos, que culpan de esta situación tanto a este gobierno como a los anteriores.
 
Los sindicatos están divididos entre los distintos grados de ortodoxia izquierdista, así que no ha habido una protesta unitaria sino dos: la del sindicato afín al Partido Comunista y la de los afines al PASOK en el gobierno. Según la agencia Associated Press, en total se han congregado 30.000 manifestantes en Atenas.
La policía retiene con violencia a un manifestante en Atenas (AFP).

La policía retiene con violencia a un manifestante en Atenas (AFP).

 
Hacia las 2 de la tarde en Grecia, algunos manifestantes de este segundo grupo, el más numeroso, han pretendido ascender hacia la entrada del Parlamento griego, momento en el que la policía ha tratado de disolver la manifestación. Los manifestantes más radicales, pertenecientes a grupos estudiantiles y anarquistas, se han lanzado entonces a destrozar fachadas de bancos y escaparates a martillazos y a lanzar el mármol de las fachadas a la policía. Un manifestante más viejo ha recriminado a algunos de los más jóvenes, aunque luego ha lanzado piedras a la policía en la desembocadura de la avenida Panepistimiou, una de las principales del centro, en la plaza Omonia. La policía ha cargado con virulencia y ha rociado el centro de Atenas de gas lacrimógeno. Según un manifestante, la policía ha tratado de separar a la cabeza de la manifestación, donde se situaban los sindicatos afines al gobierno, del resto de manifestantes de este grupo. Un policía ha arremetido en moto contra otro manifestante y ha sido golpeado por una multitud cuando ha caído al suelo.