Archivo por meses: junio 2010

La espía rusa, fenómeno de Internet

El fenómeno tiene todos los ingredientes. Y ha funcionado. Anna Chapman, una de las diez personas detenidas por pertenecer presuntamente a una red de espionaje ruso en los EEUU, se ha hecho famosa en apenas 24 horas de arresto. Internet se ha llenado de imágenes y vídeos de esta joven empresaria, acusada de pasar información al gobierno ruso.

Foto en el perfil de Facebook de Anna Chapman.

Foto en el perfil de Facebook de Anna Chapman.

El periódico San Francisco Chronicle anunciaba en su edición digital “todas las glamurosas fotos de Facebook de la espía rusa”, y, por supuesto, a las pocas horas de conocerse la identidad de la detenida ya había una docena de vídeos colgados en You Tube. Su perfil en LinkedIn todavía está abierto, y gracias a él sabemos que domina el ruso y el inglés, y que además se puede defender en alemán y francés.

El personaje ya está creado. Sólo le falta que el juez la deje en libertad para convertirse en uno de esos freaks puestos en órbita por la maquinaria multimedia global. Seguro que algún canal de televisión norteamericano ya está pujando por la entrevista en exclusiva.

Como adelanto, aquí dejamos un testimonio de origen desconocido. Una periodista entrevista a Chapman sobre lo fácil que es hacer contactos en Nueva York. “Aquí es más fácil que en Rusia”, asegura la presunta espía. Tiene gracia.

Obama y Medvédev: se les atragantó la hamburguesa

La ya bautizada como “diplomacia de la hamburguesa” se ha encontrado hoy con la primera zancadilla. La detención de diez presuntos espías rusos en suelo estadounidense podría parecer una maniobra para dinamitar el acercamiento entre Washington y Moscú. De hecho, algunos analistas ven la operación como una advertencia a Obama desde el seno de su propia administración: un “no te fíes de los rusos” para evitar que se acerque más de la cuenta al Kremlin.

Medvédev y Obama comparten una hamburguesa (Reuters).

Medvédev y Obama durante "la cumbre de la hamburguesa" (Reuters).

Rusia dice que las acusaciones de espionaje no se sostienen, que son una vuelta a los temores de la Guerra Fría sin ningún fundamento. El ministro de Exteriores de la Federación Rusa Sergei Lavrov ha utilizado su ironía al asegurar que “el momento ha sido escogido con especial finura”. Se refería, precisamente, a la diplomacia de la hamburguesa.

Pero entonces, ¿qué hacían los presuntos espías post-soviéticos? El sumario dice que conspiraban para ganarse la confianza de personas influyentes en ciudades como Nueva York, Boston o Washington. Para ello utilizaban identidades y papeles falsos y pasaban mensajes encriptados a Moscú. Al parecer, estaban especialmente interesados en temas nucleares, inteligencia antiterrorista y la guerra de Afganistán. Pero ninguna de esa información era material clasificado, asegura Washington. Es información a la que probablemente los diplomáticos europeos tienen acceso directo sin problemas, pero que los rusos sólo pueden obtener utilizando “otros métodos”. Kim Ghattas, corresponsal de la BBC en Washington, habla de lo mucho que cuesta a los diplomáticos chinos y rusos comunicarse con diplomáticos estadounidenses. Éstos no se fían de ellos. Ghattas dice que los diplomáticos de los EEUU cuando visitan Rusia deben dejar su Blackberry apagada en el avión para evitar a los espías.

Canadá: cumbre doble, seguridad doble

Policía antidisturbios en las calles de Toronto. Foto de Chris Young, Canadian Press.

Policía antidisturbios en las calles de Toronto. Foto de Chris Young, Canadian Press.

El G8 se reúne en Huntsville, en un idílico paraje montañoso con lago incluido, en el que que el recién estrenado Primer Ministro Británico David Cameron ya se ha dado un chapuzón para regocijo del gobierno canadiense. Los canadienses no están tan contentos con que los países más poderosos del planeta, y otros 12 que aspiran a serlo, les secuestren este bello paraje durante todo el fin de semana. A 200 kilómetros de Huntsville, en Toronto, donde está concentrada la prensa que pertenece a esos 12 países que se unirán a los 8 grandes en el G20 , parte de la ciudad también está cerrada, incluida la famosa CN Tower. El perímetro de seguridad que coge buena parte del centro financiero tiene 3 kilómetros y medio y vallas de tres metros de altura. 20.000 policías con los materiales antidisturbios colgados de la cintura patrullan el perímetro y andan en metros, autobuses y calles en busca de posibles manifestantes. Las ONG se quejan que las medidas de seguridad son excesivas e intimidatorias. Además, un juzgado de Toronto le ha dado permiso a la policía para utilizar cañones sonoros contra los manifestantes, eso sí con los decibelios controlados para no dejar sordo a nadie. Mil millones de dólares estadounidenses y canadiense que al cambio es lo mismo le va a costar la seguridad del G8 y el G20 al gobierno canadiense. La oposición se ha quejado y el gobierno se defiende diciendo que doble cumbre, doble seguridad.

Qué está pasando en Kirguizistán

Kirguizistán es una pequeña república centroasiática en los suburbios del avispero afgano. Por eso, y por el desconocimiento occidental de una parte del planeta demasiado tiempo oculta bajo el telón de acero, es fácil para los medios recurrir a las tensiones interétnicas para explicar la oleada de violencia y la consecuente catástrofe humanitaria. Ya se sabe, kirguises y uzbekos: en 1924, Lenin desterró a miles de familias uzbekas a Kirguizistán y los pastores nómadas que vivían en yurtas desde tiempos inmemoriales comenzaron una difícil relación con los recién llegados, vistos como mercaderes acaudalados desde los albores de la Ruta de la Seda.

Soldados kirguizes patrullan la ciudad de Osh, junto a la frontera de Uzbekistán (AP Photo/Alexander Zemlianichenko).

Soldados kirguizes patrullan la ciudad de Osh, junto a la frontera de Uzbekistán (AP Photo/Alexander Zemlianichenko).

Sin embargo, la política, la influencia de las grandes potencias, la pobreza y la corrupción son factores fundamentales para entender qué está pasando realmente en Kirguizistán. En 2005 este pequeño país fue escenario de una de esas “revoluciones de colores” a la occidental: la naranja de Ukrania, la de las rosas en Georgia… y la “revolución de los tulipanes” de Kirguizistán. Esos movimientos patrocinados por la UE y los EEUU ayudaron a derrocar a los líderes post-soviéticos que se habían acomodado en estructuras corruptas y autoritarias. Pero Kirguizistán demuestra que lo que vino después no era mucho mejor. La revolución de los tulipanes derrocó al presidente Askar Akayev y dio paso a un gobierno liderado por Kurmanbek Bakiev, que rápidamente se deslizó por el mismo derrotero que su antecesor. Colocó a toda su familia en las estructuras del poder e intentó ampliar sus competencias presidenciales. Además intentó cerrar la base de la OTAN sin éxito. Los EEUU le ofrecieron más dinero a cambio y Bakiev aceptó, lo cual le valió de golpe la desconfianza de Washington y la enemistad de Moscú. Y entonces comenzaron las desapariciones de disidentes, el cierre de periódicos y el fraude electoral denunciado por organismos internacionales.

Y la gota que colmó el vaso: la crisis, la subida de precios y los cortes de luz y gas. En un país como Kirguizistán, entre las montañas y la estepa, que te corten el gas en enero puede significar directamente la muerte. Y es lo que ha ocurrido este invierno. Las revueltas de abril en la capital Bishkek se saldaron con 85 muertos y la huída del presidente Bakiev, actualmente refugiado con su familia en Bielorrusia.

La espantada de Bakiev dejó en su lugar un gobierno provisional liderado por una mujer, Roza Otunbayeva. Pero la desconfianza, el clima de rebelión social y la división del gobierno provisional han llevado a Kirguizistán al caos y a un vacío de poder que alimenta a agitadores y oportunistas.

Las matanzas de Osh y Jalalabad comenzaron el viernes pasado, dicen, tras una bronca en un casino. Otunbayeva acusa a Bakiev de instigar al odio étnico, y los uzbekos de esas dos localidades aseguran que un miniejército de jóvenes kirguises armados con armas automáticas desataron la locura de violaciones de mujeres, asesinatos, saqueos e incendios de casas. No se sabe con certeza cuántos han muerto, pero sí se sabe que casi todos son uzbekos. Por ello, decenas de miles de refugiados, la mayoría mujeres y niños, han cruzado ya la frontera de Uzbekistán.

¿Chinos en Zimbabue?

La presencia china en África es uno de los grandes temas de la geopolítica mundial. Y uno de los secretos mejor guardados. China busca minerales y fuentes de energía en el continente negro, y para ello ha firmado contratos con muchos gobiernos africanos: petróleo, carbón y minerales a cambio de construcción de infraestructuras.

Avión de la delegación del PCCh en el aeropuerto de Victoria Falls, Zimbabue.

Avión de la delegación del PCCh en el aeropuerto de Victoria Falls, Zimbabue.

En Zimbabue, Robert Mugabe ha llevado en los últimos años una política de expropiación y nacionalización de los recursos naturales. La gran mina de carbón de Hwange, antes propiedad de la multinacional Anglo American Corporation, ahora está mayoritariamente participada por el gobierno de Harare. Pero la explotación de la planta de carbón de coque está en manos de los chinos. Y el combustible va a parar a China, a propulsar la gran maquinaria industrial del gigante asiático.

Nosotros hemos sido testigos en Zimbabue de la presencia de personal cualificado chino en Hwange (ingenieros y técnicos de minas), y de miembros uniformados de su ejército. Eran oficiales que acompañaban a una delegación del Partido Comunista Chino (PCCh), que la semana pasada se reunieron en la capital con el ZANU-PF, el partido de Mugabe.

La presencia de chinos en este o aquel lugar de Zimbabue es una especie de leyenda urbana que muchos exageran, rodean de misterio y elevan a teorías conspirativas. Pero lo cierto es que China ha desembarcado en ese país, como en otros muchos a lo largo y ancho del continente, y el nuevo colonialismo asiático está desplazando a las potencias occidentales de África.

Los activistas indignados, no como Obama

Los activistas de la “flotilla de la libertad” ya están en casa. No están todos los que eran. Hemos tenido que esperar hasta tenerlos lejos de Israel, para poder verlos frente a micrófonos y cámaras. Justo lo que nos esperábamos, porque cuando pisamos el estado judío ya sabíamos que hasta que estuviesen lejos de allí, no tendríamos opciones de hablar con ellos.

Llegan indignados, no como Obama. Que dice estar “furioso” con BP, pero a Israel por si acaso, prefiere no condenarlo. Así ha sido esté quién esté en la Casa Blanca, y así seguirá siendo, por mucho que la ocupe el hombre del “change”, y del “yes we can”. Los abogados del ejército israelí se escudan ahora en el manual de la marina estadounidense. Nos explican que el asalto a la flotilla fue legal según las leyes internacionales. Debe ser que para la marina americana no importa que un barco esté en aguas internacionales. Lo que importa es el destino al que quiere llegar. Y como la flotilla de la libertad buscaba entrar en territorio bloqueado por Israel, no se puede considerar que estuviese en territorio neutral. Esa es ahora su explicación.

Para el gobierno israelí todo está claro. Clarísimo. Tanto, que ni se plantean la posibilidad de que se lleve a cabo una investigación. El primer ministro Netanyahu ya lo ha descartado. Pero todos queremos saber si realmente es como han dicho los activistas a su llegada a casa: si los soldados empezaron a disparar ya antes de subirse al barco. Y si es así, ¿por qué lo hicieron? ¿Ya antes de asaltar la flotilla, se vieron en peligro?

Mientras el mundo entero protesta pidiendo explicaciones, en Tel Aviv las manifestaciones son de apoyo a su ejército. Llevan desde el lunes protestando en varias ciudades de Israel. La última vez ayer, frente a la embajada de Turquía en Tel Aviv. Eran unos 1000 manifestantes, con fotos de Erdogan al que le habían pintado el bigote a lo Hitler. Lo llaman “fascista”, “terrorista”… “¡Dejad ganar a nuestro ejército!” gritan muchos de ellos. Dejadlos ganar caiga quién caiga, claro. Porque si murieron 9, es porque al ejercito no le quedó otra, explican los enervados manifestantes. Para ellos, como si vuelven a caer otros 9 activistas en ese barco irlandés que se acerca a estas horas a Gaza.

A los del “Rachel Corrie” el ejército ya les ha debido de pedir que cambien el rumbo, y se dirijan al puerto israelí de Ashdod. Los activistas dicen que de eso nada. Pronto veremos qué pasa.

Los sorprendentes emails que nos ha enviado el Ejercito judío a los periodistas

Tres días después del asalto a la ‘flotilla de la libertad’, parece que seguimos sin saber las nacionalidades de los 9 muertos en la masacre.

Y tres días después del desproporcionado ataque, Israel sigue intentando convencer al mundo de que lo que hizo, está bien hecho.

El Ejercito judío nos ha enviado a los periodistas dos emails, que no dejan de sorprenderme. Uno de ellos se titula: “armamento encontrado en el Mavi Marmara”. Y ese peligroso armamento no es mas que material de trabajo: sierras, cutters… Con los que tenemos que creer que los activistas pusieron en peligro la vida de los soldados judíos armados hasta los dientes.

tirachinas hezbolla gaza ataque israelLa broma de mal gusto no acaba aquí. Como les he dicho, hay un segundo mail del ejercito israelí. Tel Aviv lleva diciendo desde que ataco a la flotilla, que sus integrantes tenían relaciones con el terrorismo internacional. Bueno, pues la prueba que lo confirma, parecen haberla encontrado en un tirachinas en el que alguien ha escrito ‘Hezbolla’. Por la forma en que esta escrito, y las estrellas que lo acompañan, hasta podría haber sido un niño quien lo escribió. Lo dicho: sorprendente, pero sobre todo indignante.

Y aun así, seguro que entre la opinión publica israelí, el mensaje cala. ¿Saben por qué han pedido la dimisión del ministro de defensa algunos diarios israelíes? Pues porque les parece que se puso en riesgo a sus soldados, sin valorar ni recapacitar lo suficiente que la respuesta de los activistas iba a ser tan agresiva. Vamos, que si piden la cabeza de alguien en el Gobierno israelí, es por poner en riesgo al Ejercito, y no porque la respuesta de los soldados fuera desproporcionada.

En la cárcel ya no quedan activistas. Eso nos dicen al menos los agentes del centro penitenciario. Israel los expulsa a todos. Será que el estado judío cede ante la comunidad internacional, o simplemente es que legalmente no les quedaba otra salida. Porque recuerden, que el Ejercito israelí se trajo a todos los activistas desde aguas internacionales, por su cuenta y riesgo, como acostumbra a hacer todo, también sea dicho.

Israel se despierta lejos de las críticas internacionales

Ajeno a toda crítica de la comunidad internacional, Ashdod amanece entre una espesa niebla. A lo lejos, se escucha como se trabaja en el puerto, porque este es el puerto comercial mas importante de la zona, y también es aquí donde trajeron a los activistas propalestinos de la flotilla que iba rumbo a Gaza. asdohd israel corresponsales eitb blog

Esos sonidos es lo único que tenemos del puerto, porque poco mas nos han dejado grabar.

Y encima, en esta ciudad portuaria, ya no hay ni rastro de los activistas, los han llevado a la cárcel o al aeropuerto de Tel Aviv.

Los que firman el formulario de deportación van al aeropuerto, a casa en el primer vuelo que salga, y los que no lo firman, a la cárcel. Y allí se enfrentan a una investigación por parte del ejercito israelí, que ahora pretende buscar los nombres de quienes atacaron a sus soldados con palos y alguna que otra navaja.

Lo dicho, Ashdod, e Israel entero, se despiertan hoy lejos de las críticas internacionales. “Estamos acostumbrados a que nos critiquen” nos dicen en la calle. “Una vez mas quieren hacernos parecer los malos de la película” asegura un joven soldado que ni siquiera llegara a los 20.

Pero esta sólo es una mas para los israelíes, no para la comunidad internacional. Esta vez Israel lo tiene muy difícil para convencer al mundo por muchos vídeos que muestre su Ejercito. Y es que esta vez, los muertos son turcos, y Turquía era hasta ayer, uno de los principales aliado que tenía el Estado judío en la región.