A diferencia del dinero, el tiempo no puede ahorrarse para aprovecharlo en otro momento.
Denis Waitley
Venimos de un paradigma en el que modelo a seguir era “Si tengo algo/ a alguien, entonces haré…, y finalmente seré…”, puedes rellenarlo con cualquier cosa en la que estés involucrado/a, “cuando tenga trabajo me haré un gran viaje y me sentiré bien”, “cuando tenga pareja no me sentiré solo/a”, cuando…
Lo cierto es que este modelo que tiene un recorrido de fuera hacia dentro no siempre proporciona la felicidad esperada, se queda en una gratificación pasajera que, aunque nos gusta, el poso que deja se diluye rápidamente. Piensa en eso que querías, el subidón que te dio cuando lo lograste, y como muy posiblemente planificaste tu siguiente reto al cabo de pocos días, lo volviste a lograr y fuiste a por otro de manera insaciable. No digo que haya que dejar de lado los objetivos, ni mucho menos, me encantan, nos hacen avanzar y generan mucho aprendizaje, siempre y cuando no sea algo compulsivo que haces de manera automática por el simple hecho de satisfacer tu necesidad del alcanzar el logro.
Nos hemos movido, y aún estamos en ello, en este modelo de sociedad, y hemos generado obsesión por alcanzar logros y los éxitos profesionales, hemos identificado SER con HACER hasta el punto de que algunas personas sienten un gran vacío.
En esta carrera por alcanzar los retos hay una obsesión por ocupar el tiempo con actividades que creemos que nos llevarán hacia nuestros objetivos, generando estrategias mas conectadas con lo que pensamos que tenemos que hacer que con lo que de verdad queremos, y hay una sobre exigencia y en ocasiones un miedo abrumador a parar y conectar con el SER.
Simon Sinek nos habla de un modelo de dentro hacia afuera válido tanto a nivel individual como para las empresas. Su modelo del círculo de oro está basado en que para que algo sea exitoso, ha de tener en cuenta los valores, fortalezas, gustos, sentido de misión, en definitiva, ha de estar conectado con nosotros/as. Se trata de el sentido de misión que comienza con una mirada interna que fundamentada en SER para después HACER Y finalmente TENER.
Cronos, Kairós y el sentido del tiempo interno
Desde Grecia nos vienen dos términos referidos al tiempo, Cronos y Kairós, ambos conceptos son paralelos y diferentes, el primero se refiere al tiempo medible, tal y como entendemos, el segundo habla de un tiempo cualitativo adecuado a cada persona, un tiempo subliminal percibido sin mucha conciencia donde hay una sensación del plenitud y disfrute, y es según Eurípides “la mejor guía para cualquier actividad humana”.
La Persistencia de la memoria. Salvador Dalí
A veces el Cronos quita tiempo al Kairós
Gestionamos con mayor o menor eficacia el primero y se nos olvida tener presente el segundo, conectar con el núcleo del círculo anteriormente mencionado hace que experimentemos el tiempo Kairos y es importante tenerlo en cuenta a la hora de organizar y priorizar las actividades en función de si conectan con el o no. Esto es algo que las herramientas de gestión del tiempo no suelen tener en cuenta y terminamos cayendo en la sobrecarga y estrés, o en el aburrimiento.
Otro elemento importante, es saber cual es el mejor momento para realizar cada tarea, si tu capacidad creativa es mayor por la mañana, agenda tareas en las que pongas en juego esta habilidad en las horas de picos de mayor creatividad, sabemos que esto no es siempre posible, pero siempre existe un margen para ponerlo en práctica.
Algo importante a tener en cuenta es que la vida se compone de procesos que tienen tiempos y ritmos que no se pueden controlar, y por mucho que te frustres, irrites o te impacientes, no todo depende de ti. Por más que se quiera ir de prisa y cumplir las expectativas, hay aspectos que no son controlables y, o entiendes esto, o aceptas que luchar contra ello tiene un impacto en la calidad del descanso, en tu estado de salud, en la irritabilidad constante etc.
La vida es un proceso. Incrementa la calidad de ese proceso e incrementarás la calidad de la vida misma” Moshe Feldenkrais
El tiempo es algo que nuestro cerebro modifica en función de las circunstancias, de tal modo que cuando una situación se repite muchas veces, las neuronas que se encargan de registrar la experiencia cada vez se activan menos, como si se acostumbraran a esa situación. Esto tiene dos consecuencias, el cerebro gasta menos menor energía, y percibe que la experiencia dura menos que la primera vez, por eso un viaje de vuelta se pasa más rápido que el de ida, y los años pasan cada vez más rápido en la época adulta. Por contra, experimentar cosas nuevas alarga la percepción subjetiva del tiempo.
El poder de la atención en la gestión del tiempo
La gestión de cronos tiene mucho que ver con nuestro autoconocimiento, Daniel Goleman en su libro Focus habla de la importancia de desarrollar tres tipos de foco:
–Foco interno que ayuda a conectar con nuestras intuiciones y los valores que nos guían favoreciendo el proceso de toma de decisiones y el que tiene que ver con el elemento nuclear del círculo dorado. Este foco interno dicta la prioridad de las actividades y ayuda a dirigir el esfuerzo mental hacia un estímulo concreto excluyendo a los otros, especialmente en una sociedad sobre estimulada en la que hay una lucha feroz por captar atención.
–Foco externo, necesario para manejarnos en el día a día.
-Foco en las demás personas, que gobierna la gestión de las relaciones interpersonales
Gestionar el día a día y no morir en el intento
- Conectar con la verdadera motivación
- Priorizar en función de la tarea que acerca más a esa motivación
- Entender que la vida tiene sus procesos más allá de que nos empeñemos en que sea ella la que se ajuste a nuestras necesidades. Pon tiempos “reales” en tu agenda.
- Hacer cosas nuevas
- Atender al foco interno
Me encantará saber cómo gestionas tu tiempo, si usas alguna herramienta o si tienes en cuenta tus principales motivaciones.
