Como cuando Iruñea espera al txupinazo, anoche la izquierda francesa esperaba a las 20:00 para ver la cara de su presidente en los informativos franceses, confirmar la victoria y empezar a festejar alto y claro algo que ya llevaban horas celebrando. Porque desde las 18:00 más o menos, en las redes sociales la victoria de Hollande era ya un secreto a voces. Lanzado el txupin, la ilusión de los seguidores del presidente “normalâ€, se contagiaba al ritmo de la pegadiza canción que los socialistas han usado a lo largo de la campaña:
En la sede socialista, todos esperaron fieles hasta escuchar por la tele la primera reacción del presidente electo Hollande, que hablaba desde el pueblo en el que ha hecho toda su carrera polÃtica. Y después ¡a la Bastilla! Un recorrido a pie, entre bocinazos de contentos conductores, militantes con banderas de todos los colores, y el grito de guerra “vamos a ganar†convertido ya en “hemos ganadoâ€, que repetÃan en una y otra esquina. Entrar a la plaza era casi misión imposible, y ver lo que pasaba en el escenario, todavÃa más complicado. Pero daba igual. Cuando los gritos se acercaban a uno, todos estallaban de alegrÃa, sin saber muy bien por lo que tocaba gritar, aplaudir o silbar en ese momento. No sé como fue en el 81 con Miterrand, porque aún no habÃa nacido, pero la de ayer fue una noche apasionante en ParÃs. Aquà os dejo unas fotos:
Ahora sÃ: “le changement c´est maintenant”
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