Archivo de la etiqueta: internet

La ciberrepública islámica

Sí, el rial está por los suelos y no hay otro tema de conversación, pero hay vida más allá de la economía. El sentimiento de vivir en eterna crisis que se vive en España se respira en Irán multiplicado por diez mil y con la incertidumbre que generan los tambores de guerra que suenan en el estrecho de Ormuz.

Las condiciones de trabajo de los ‘periodistas temporales’ que llegamos con cuentagotas al país ha cambiado en los últimos meses. Hasta ahora había que pasar por el filtro de una ‘agencia de guía’ al informador extranjero y cerrar con ella los temas que se pensaban hacer, ahora hay que sumarle el ‘ok’ definitivo del ministerio de Cultura y Guía Islámica a cada punto del programa con lo que los plazos se alargan de tal forma que para cuando llega alguna autorización la visa ha expirado (son de 7 días) y hay que volver a ponerse a la cola para un nuevo permiso.

Pero no hay que desanimarse, aunque no salgan las historias previstas siempre hay algo que hacer. En los cibercafés están que echan humo con la nueva legislación que las autoridades quieren poner en marcha de forma ‘urgente’. Irán no pierde de vista lo sucedido en los vecinos árabes y sobre todo no olvida el papel de las redes sociales en la ‘revolución verde’ que estalló tras las elecciones de 2009. A menos de dos meses de los comicios parlamentarios todas las alarmas están encendidas y se quiere poner en marcha una nueva intranet (Irannet) y unas normas que obliguen a los lugares públicos donde se conecta la gente a Internet a ejercer un control directo sobre los usuarios. Las autoridades planean pedir a los dueños de los cibercafés que exijan a sus clientes el documento de identidad antes de conectarse, que guarden durante seis meses las páginas consultadas y que instalen cámaras de seguridad las 24 horas del día. “Un primer paso antes de la orden de cierre”, comentaban algunos propietarios frustrados de este sector que está bajo continua sospecha y que es vigilado desde las alturas por una ciberpolicía que cuenta con 250.000 agentes. Cada persona conectada a un ordenador es sospechosa de cometer un delito hasta que el ‘Historial’ de su navegador diga lo contrario.

El café es lo de menos

starbucks1

Esto no pretende ser un espacio de publicidad gratuita. O quizás sí. El caso es que una conocidísima cadena de cafeterías estadounidense -de cuestionable calidad cafetera para los estándares europeos, todo sea dicho- se ha convertido en icono de la gratuidad en el país donde nada es gratis. Desde el año pasado ofrece conexión a internet en todos sus establecimientos de EEUU, sin necesidad de registrarse ni pagar por ello. La decisión vino en un momento malo para la franquicia. Y, claro, desde entonces los cafés han vuelto a llenarse de estudiantes, paseantes y turistas que se toman su caramel macchiatto grande con calma. Con mucha calma.

Hay quien se ha pasado horas frente a su iPad con un botellín de agua medio vacío como única consumición.

Pero sin duda lo más llamativo es ver en Manhattan a decenas de periodistas refugiados en estas redacciones improvisadas mientras colapsan las redes inalámbricas del local en momentos de máxima efervescencia informativa. Es el caso de la cobertura del affaire DSK o las conmemoraciones del décimo aniversario del 11-S. El de la foto es Jacob, cámara de ETB durante esta última cobertura.

Que se prepare Youtube, que vienen los egipcios

Egipto lleva cuatro días sin internet. Se dice rápido. Tras 24 horas sin comunicaciones telefónicas, la línea volvió el sábado, pero internet sigue bloqueado. Eso sí, cuando Hosni Mubarak caiga, o al menos cuando decida entrar en razón y devolver el acceso a internet a los ciudadanos, Youtube, Twitter y Facebook se colapsarán.

Foto: Salah Malkawi/Getty Images

Foto: Salah Malkawi/Getty Images

Decenas de miles de egipcios salen a las calles cada día, y lo hacen con sus móviles, con sus cámaras de fotos y videocámaras. Lo graban todo, y como no pueden enviarlo, lo guardan. Las quemas de coches y vehículos del primer día, los niños que acompañan a sus familias a las manifestaciones para demostrar que son pacíficas, las mujeres con y sin velo que gritan por su derecho a elegir a sus gobernantes. Las cámaras nos graban también a nosotros, cómo entrevistamos a la gente, cómo hablamos por teléfono. Graban que estamos aquí. Se filman unos a otros, se sacan fotos subidos a los tanques junto a los soldados, que los ven como amigos.  Hay vídeos y fotos de los aviones de combate que Mubarak  sacó ayer para asustarles. Y hay vídeos también que demuestran que el pillaje  y los saqueos de hace un par de noches  no fueron cometidos por los mismos que están en las calles.

Al principio nos ofrecían todo este material audiovisual. Creían que nosotros sí teníamos internet y que nosotros sí podíamos enseñarlo. Ahora, sin embargo, se lo guardan. Mubarak está consiguiendo con el apagón regalar tiempo a los internautas para que seleccionen y editen lo mejor de lo que ha pasado en la última semana en Egipto. Les ha regalado, sin saberlo, la oportunidad de preparar para el mundo entero el making off de esta revolución.

El censor de la red

“Nada de fotos, por favor. Hay mucha gente que se cree que soy el responsable de Internet durante los últimos años y puedo tener problemas”. Son las primeras palabras de Kamel Saadaoui, director general de la temida Agencia de Internet de Túnez (ATI, por sus siglas en francés), que está deseoso de explicar su trabajo “una labor puramente técnicas, este organismo lo formamos sesenta ingenieros e informáticos y los único que hacíamos era facilitar a las autoridades los mecanismos necesarios para controlar la red, pero no éramos nosotros los que decidíamos qué censurar. No somos policías, somos ingenieros. Además, cuando decidían censurar una página o un blog, encriptaban toda la información y nosotros sólo veíamos que estaba bloqueado, nada más”.

Saadoui repasa mentalmente las cifras de páginas bloqueadas y asegura que “empezaron con unas trescientas, pero con el inicio de las revueltas ya eran varios miles, no todas de contenido político, muchas de ellas de proxys que usaba la gente para saltarse los filtros”. ¿Por qué el Gobierno no cortó Internet o redujo la velocidad de conexión cuando empezaron las revueltas al igual que hizo Irán en 2009 tras las elecciones presidenciales? “Porque no eran conscientes del poder de convocatoria de la red, no se dieron cuenta del daño que la red les estaba haciendo, es la única respuesta posible”. Túnez sufría una fuerte censura en Internet, pero también una increíble expansión de la red de alta velocidad a la que tienen acceso en medio millón de hogares, según los datos de ATI.

Situada en una bonita villa en el número trece de la calle Pasteur y sin apenas seguridad en los accesos, los empleados de la ATI tienen ahora “tiempo para tomar café las ocho horas de trabajo cada día”. El director explica que en sólo una semana se han dado grandes pasos en la administración de Internet y que a partir de ayer, día 24, “el correo electrónico es ya libre en el país. Antes controlábamos cada email y las autoridades tenían capacidad de leer su contenido, hoy cualquiera puede tener su servicio SMTP”.

Pese a la libertad en la red y el levantamiento de la censura a las páginas de contenido político, “los filtros se mantienen sobre páginas de contenido erótico, pornográfico y pedófilo. El gran cambio es que a partir de ahora será la Justicia la que decida lo que hay que filtrar, no el partido político del poder”.

Saadoui mira con simpatía al nuevo secretario de Estado de Juventud y Deportes, Slim Amamou, @slim404, un conocido programador informático y hacker al que se le incluye en el grupo de Anonymous que logró bombardear la mismísima web personal del presidente Ben Alí. “Luchábamos cada día contra ellos, hicieron muy bien su trabajo y, de verdad, que nosotros somos los primeros en alegrarnos del triunfo de la revolución”, afirma Saadoui.