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La de Maradona es ahora la mano la Alá

Se ha equivocado. Y no hablo de Diego Armando Maradona. Hablo de Ashraf Ahmad Mohamad. Este señor es el director ejecutivo del Dubái Al Wasl, uno de los equipos de fútbol punteros de la liga de los Emiratos Arabes Unidos. Y acaba de cometer uno de los errores más graves de su carrera: contratar a Maradona como entrenador. Meter al Diego en el estricto modo de vida musulmán es como tratar de acostumbrar a un puma a la dieta vegetariana. Al final, morderá a alguien. Y ahora si que hablo de Maradona.

Es cierto que el fichaje lleva al Dubái Al Wasl a las primeras páginas de los diarios deportivos. Es cierto que se trata del anterior técnico de la selección argentina. Es cierto que llega a Dubai uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos. Pero no es Pelé, un señor mayor que anuncia tratamientos para la impotencia. No.

Es Maradona, el exceso hecho carne. O los directivos del club le montan un parque temático cerrado en la quinta planta de algún hotel o van terminar lapidándole en una plaza pública mientras él grita aquello de “que la chupeeeeeen”. Porque el Diego se tomará sus medicamentos, su copazo, el mate y lo que haga falta…y saldrá a la calle. Quizá a piropear lo que se adivine bajo el pañuelo de alguna señora. O a pedir otra copa. O a decir que su mano es la de dios. Oigan, y en Dubai todas esas cositas las llevan muy-muy a rajatabla. Allí se pueden tomar infusiones, jugar al polo y casarse con treinta señoras. Que se sepa, al Diego las infusiones le producen urticaria, el polo lo prefiere televisado y las 30 señoras quizá si, pero si no son las suyas.

Maradona, tratando de recordar unos versículos del Corán

Maradona, tratando de recordar unos versículos del Corán

Imagino a Maradona explicándole a alguno de sus amigotes de la Boca la oferta del Dubái Al Wasl con esa manera tan particular suya de expresarse:

“La plata es buena, pibe. Mucha plata. Y me dijeron, además, que el buen tiempo está garantizado. Unos 365 días al año. Increíble. Para gozarlo. Y todo llenito de arenales para tomar el sol. Voy a estar como el lagarto Juancho. Tirado con mi caipirinha, mirando las pebetas en bikini. Me juraron que a todas les destacan mucho los ojos. Y deben ir depiladísimas, porque el jeque insistió mucho en que allá no está bien visto mostrar nada de pelo. Pero lo más de todo, lo más de lo más, es que me aseguraron que podés encontrar un camello sin problema. Allá son legales. Visteeee. Podés ir por la calle con tu camello y no pasa nada. Es más, hay lugares específicos para recoger tu camello. Y están señalizados. Increíble, el paraíso. Acá se quedan ustedes. Me voy a Dubai”.

Apuesto a que Diego se hizo un esquema mental de ese estilo. Y se va a encontrar con algo muy distinto. Menos mal para él que podrá trabar amistad allí con una persona con experiencia en el país y que le podrá ayudar a mantenerse en la vereda: Fran Yeste, que estará a sus órdenes en el Dubái Al Wasl. Vaya par.

Que Alá les pille confesados.

El Yeste del Edén (y viceversa)

Ha sido la noticia de este fin de semana. Han jugado el Real Unión, la Real, el Baskonia Basket, el MRA Xota…Ha habido final de la Champions, Mundial de Motos, mano parejas… Bueno, tengo un amigo disléxico que lo pasa muy mal cada vez que habla del mano parejas, porque él, sin querer siempre se refiere a “mano pajeras” y, si no le conoces, puede parecerte, digamos, raro.

En fin, todo eso ha sucedido en el mundo del deporte este fin de semana, sin contar con el Giro de Italia, claro. Pero, esta servidora de ustedes no ha podido escapar del monotema. El monotema era…el culo de Yeste. Somos así de triviales las y los humanos. En una montaña de Italia hay 150 tipos que echan el bofe subiendo a pedales rampas del 15% por un camino de cabras después de haber pedaleado bajo el sol durante 240 kilómetros, y lo que nos interesa es…el culo de un futbolista.

Les juro que lo intenté. Pero no pude. El sábado por la mañana, en Bilbao, la panadera, la kioskera, la conductora del autobús, un policía municipal, un bombero de los que no se pisan la manguera, Marijaia y Gargantúa, me preguntaron si había visto el culo de Fran Yeste. No si se iba o se quedaba en el Athlétic, no sobre qué equipo creo que será el que le contrate…no, me inquirieron sobre su culo. La pregunta en concreto era ¿pero a ti te parece normal?

Y yo respondía que no. Que ese culo no era normal. Que era una pieza extraordinaria por sus proporciones, redondez, tersura y firmeza. Que yo quería un culo como ese para mí, aunque fuera sólo para un rato y que era una pena que un culo como ese no siguiera en Bilbao. Que Stark debiera haber adornado alguna columna de la Alhóndiga con ese culo, pero en grande.

Ante los rostros de extrañeza que percibí de manera continua, caí en la cuenta que no era ese el sentido de la cuestión, así que terminé respondiendo con un no, simple y seco.

Lo fuerte del asunto es que me siguieron preguntando por las nalgas del de Basauri en Eibar, en Olazagutia, donde fui de excursión, y hasta en un convento de cierto pueblecito de la Rioja donde entré a admirar su capilla barroca. Estando yo observando unos angelotes, se me acercó una monjita añeja y me susurró…hayyy, qué grande es la obra del Señor…no se si ha visto usted el culo de Yeste…

La monjita que alabó las posaderas de Fran Yeste tenía una expresión parecida a esta

La monjita que alabó las posaderas de Fran Yeste tenía una expresión parecida a esta

La foto de Yeste tomando el sol en cueros en la proa de una embarcación en Menorca ha sido como su discurso de despedida. De todas maneras ha sido una muy vasca, muy de txoko. Si se fijan ustedes no hay una sola mujer en ese barco. ¿Se imaginan un barco en el que Ronaldinho y sus amigotes estuvieran de fiesta? ¡No creo que ni un solo tío estaría hablando de si el brasileño estába o no vestido! Habría otros temas de conversación. En fin.

Después de muchísimo tiempo sin hacer declaraciones a los medios de comunicación esa foto ha sido la disertación de adiós de Fran Yeste. Muchos técnicos han dicho por lo bajinis que al futbolista de la zurda exquisita le fallaba la azotea, que parecía que pensaba con las posaderas. Ahora todo el mundo sabe por qué se le ocurrían tan hermosas jugadas.

Y perdónenme si mido a todo el mundo por el mismo trasero. Quería decir rasero.

banderin