A la finalización de la pasada temporada después del 4º partido de la final ACB con el triunfo del Barcelona sobre el Baskonia, la rumorología apuntaba en la dirección de una profunda renovación en la plantilla baskonista. De hecho, por aquel entonces, ya se conocía la no continuidad de Mickael y Rakocevic. A ello se sumaron las declaraciones de Prigioni anunciando su deseo de no continuar en Gasteiz. Además, la falta de continuidad y de peso específico en el juego del equipo, presagiaba la baja del segundo base, hasta 4 jugadores pasaron por ese puesto sin éxito, la salida del perennemente apagado McDonald y se apuntaba como muy dudosa la continuidad de San Emeterio. En definitiva más de la mitad del equipo habría de renovarse.

Luego, el verano, en diferentes tiempos, propició no sólo la salida de los citados, sino la sorpresa de llegar a prescindir del capitán Sergi Vidal ante la dificultad para buscar acomodo en otros equipos a San Emeterio, al parecer por su elevada ficha.

Con todo ello, de cara a este nuevo proyecto, los aficionados tenemos que hablar de un equipo recompuesto, que me ofrece la posibilidad de realizar algunas consideraciones:

Está claro, en mi opinión, que los recién llegados responden más al estilo que siempre ha gustado al entrenador Dusko Ivanovic. Su forma de entender el baloncesto obliga a que sus jugadores deban responder a un nivel muy alto de exigencia tanto física como mental. Para responder a esas exigencias mejor tirar de jugadores jóvenes, con buen nivel, eso sí, que hayan destacado en equipos no tan acostumbrados a las guerras en las que Baskonia suele estar metido, las peleas por los títulos. La ambición de estos jugadores por seguir creciendo en su carrera, hará que acepten el reto de tan alto nivel de exigencia y, por lo tanto, contribuyan a que el juego del equipo sea más del estilo propugnado por su entrenador.

Eso es lo que me lleva a comentar en el titular de este artículo que sí es un proyecto nuevo, pero sólo en cuanto a jugadores, porque en realidad supone volver al estilo y composición de plantilla de los años en los que, apoyándose en ese tipo de jugadores, el Baskonia consiguió los mejores hitos de competitividad, luchando contra equipos más poderosos a priori. Cierto es, que en la actualidad, Baskonia tiene un poderío económico mucho más importante que antaño, lo que generalmente le lleva a conseguir fichar a los jugadores elegidos, sin que sus clubes de origen puedan competir con las cifras ofertadas por la entidad de Josean Kerejeta.

Y el perfil de las incorporaciones responde a eso mismo. Marcelinho, Oleson, Elihayu English, sin ser jugadores muy jóvenes, tienen ante sí el reto de dar una paso adelante en sus carreras y convertirse en jugadores buenos en un equipo de primer nivel europeo, equipo que acostumbra a pelear por todos los títulos. Lo mismo que Pau Ribas, este sí más joven, y con el añadido de sumar a ese reto común a sus nuevos compañeros, el de volver a rendir en un puesto habitual para él en otros tiempos, pero no en el que ha supuesto su verdadera explosión como jugador de primer nivel.

Sorprende sin embargo, que dentro del perfil buscado para los nuevos, se haya producido la incorporación de Hermman, no por su calidad, sino porque viene de numerosas experiencias a primer nivel, incluso en la NBA y, eso sí, con un periodo largo de poca actividad competitiva. A priori ello conllevará un largo periodo de

readaptación al basket europeo, más exigente en el esfuerzo, y mucho más en el Baskonia de Ivanovic, como antes he comentado. Esa es, en mi opinión, la única sorpresa de las novedades de la plantilla. Esperemos, que el paso del tiempo y su adaptación, ahora complicada por una lesión que obliga al paso el quirófano,nos den cumplida respuesta en positivo a nuestras dudas.

Como en todo colectivo hay que esperar a ver la aclimatación y evolución que los jugadores tengan a la hora de convertirse en un equipo más allá de las individualidades. Pero, una vez vistas las incorporaciones, sí que podemos tener una idea de lo que estamos a punto de comenzar a ver en el Baskonia’09-10: Mucha intensidad, un juego muy dinámico, en definitiva, ritmo muy alto en los partidos, buscando que el rival caiga abrumado ante el despliegue primero físico y luego, esperemos, también de juego.

Cierto es que hay equipos con parecido perfil. Amén de los poderosos Barcelona y R. Madrid, que tienen la posibilidad de aceptar ese reto y hacerlo además con muchísima calidad individual; Unicaja ha construido algo semejante a lo realizado por Baskonia, y es que Aito Gª Reneses suele tardar algún tiempo en rehacer los equipos a su estilo, pero acaba por conseguirlo, y así lo parece también en esta ocasión.

Del resto de participantes de la liga ACB, ya hablaremos en un próximo artículo, pero a modo de avanzadilla ya lanzo mi opinión de que estamos ante el inicio de la liga más desequilibrada y fracturada en muchos años, porque las diferencias presupuestarias son tremendas entre sus participantes.

En fin, que comience el baile.

Por Txus Brizuela