La historia de las aves migratorias
es la historia de una promesa,
la promesa del regreso.
9 de abril
Ayer llegamos a Katmandú. La llegada esta vez volvió a ser un bombardeo de sensaciones, la mayorÃa estresantes, ruido, bocinazos, atascos… sin embargo la sensación era placentera, y a aunque parezca increÃble, el sentimiento que mas se acerca era el de vuelta a casa.
Leà a un escritor que no recuerdo, que uno nunca debe volver a los lugares en los que ha sido feliz. Supongo que argumentaba que nunca será tan bueno como uno lo recuerda y que solo servirÃa para estropear un bonito recuerdo. Hoy siento que estaba totalmente equivocado. Me siento completamente feliz de estar aquà y he hecho todavÃa más fotos que la primera vez.
Todo va bien, todos los bultos han llegado, estoy con ganas, los andaluces son muy majos y se están ocupando de todo, asà que nosotros a pasear y disfrutar. Lo único malo es que Isa esta en la cama con una diarrea que se quiere morir, pero lo mismo le pasó en Tajikistan, y luego subió como una jabata, asà que a parte de la putada que es para ella, no creo que le reste nada.
Podéis seguir el viaje en el blog Decoexsa Makalu 2008 en www.eitb.com/radiovitora
9 de abril
Hoy ha sido dÃa de paseo y turismo por Katmandú.
Me encanta, tan distinto, el color, las tiendas desbordadas en la calle, los templos, templillos y templazos por todas las esquinas. Las pescaderÃas y carnicerÃas vendiendo mercancÃa que para nosotros está podrida. Los puestos de collares de flores ensartadas junto a alguna alcantarilla pestilente.
Me harto de hacer fotos y lo que más me llama la atención es lo diferente: las mujeres vistiendo saris, los templos hinduistas, los bici-taxis, las bici-fruterÃas. Cuando me doy cuenta de que los niños más diferentes a los que conozco son los niños de la calle y de que los viejos más distintos a los nuestros son los mendigos, se me queda la foto helada. Se me quitan las ganas de hacer fotos por un rato.
Mañana hay elecciones. Parece que va a estar todo cerrado, pero no hay tensión en el ambiente. Esperemos que dure, porque pasado mañana salimos de Katmandú, si va a haber huelgas o cortes de carretera, por favor que esperen un dÃa más.
10 de abril
Hoy es dÃa de elecciones aquÃ. En lugar de banderitas tibetanas de oración, las calles están repletas de banderitas de propaganda electoral, mucha hoz y martillo. Los comercios están cerrados y la ciudad paralizada pero tranquila.
Mañana volamos a Lukla y empezamos a caminar. Estoy deseando y estoy ansioso por ver el Ama Dablan con mis propios ojos.
Isa está recuperada
En la expedición Xabi y yo somos los becarios. Los andaluces y Roberto e Isa tienen mucha mas experiencia. Lolo ha estado en 15 expediciones, 2 de ellas al K2, ha subido el Everest, el Cho Oyu en invierno… ¿De que hablan los ochomilistas entre si?. Critican a los que no están. Al parecer los montañeros mienten más que los pescadores.
BIDONES ARRIBA, BIDONES ABAJO
En la expedición movemos 400 kilos de material, desde 6 tiendas, tornillos de hielo, cuerdas, estacas, serruchos de hielo, palas… hasta jamón y vino.
Empaquetarlo todo en casa es una tarea que requiere mucha organización. Hay que hacer listas con el contenido de cada uno de los 18 bidones, de manera que cuando necesites algo no tengas que abrir y revolver todos los bidones para localizarlo. Como no podemos traer todos esos kilos con nosotros, 300 kilos los enviamos tres semanas antes de salir mediante un cargo aéreo.
Aquà tenemos que volar en avioneta a Lukla, pero en este vuelo solo podemos llevar 15 kilos por persona, asà que el grueso del material lo enviamos por tierra en camión y luego 12 porteadores lo llevan al C.B. Los bultos de los porteadores debemos hacerlos de 30 k., los que vienen con nosotros en el avión de 15.
Una locura, todo el dÃa de hoy lo hemos dedicado a deshacer, hacer y rehacer los bultos hasta conseguir 20 bultos de los pesos precisos. Prever que material vamos a necesitar en el trek, cual para escalar el Island Peak, cual va directamente hasta el C.B. del Makalu es un arte. Saber donde está cada cosa después de todos los empaquetados, desempaquetados y vuelta a empaquetar es un milagro
11 de abril
Hoy hemos hecho una de las etapas más emocionantes del viaje: volar en una avioneta diminuta desde Katmandú a Lukla. Hemos viajado 18 personas con la mochila sobre las rodillas más una azafata, que lo único que ha hecho ha sido repartir unos algodones para las orejas antes de despegar, y ocupar parte del muy escaso sitio a bordo.
La pista de aterrizaje de Lukla es una de las más pequeñas del mundo, metida en una campa ente montañas. Es tan corta que esta construida en cuesta, de forma que se aterriza cuesta arriba para frenar más fácil, y se despega cuesta abajo para mejor tomar impulso. El principio de la cuesta es un cortado, el final una montaña tremenda.
Este aeropuerto se llama Hillary, en recuerdo del primer hombre que subió el Everest y que además promovió la construcción de este aeropuerto para contribuir al desarrollo del valle del Khumbu. Precisamente aterrizando en este aeropuerto se mató su mujer. Eso si, hace dos años asfaltaron la pista, que antes era de tierra.
Lukla (2.845 m.) es la puerta del valle del Khumbu, que es el que lleva hasta el C.B. del Everest, por lo que es uno de los treks más famosos del mundo.
Este es el valle en el que habitan los Sherpas, que fueron contratados por las primeras expediciones inglesas al Everest. Los ingleses llevaron la fama de fuertes y adaptados a la altura de estas gentes hasta el punto de que hoy en dÃa sherpa es sinónimo de porteador, pero ni todos los porteadores son sherpas, ni todos los sherpas portean. Aunque caminando por el valle puede dar la sensación de que si, ya que hemos visto niñas, jóvenes, viejos y todo tipo de personas con sus cargas colgadas de la frente.
Para nosotros que vamos sin carga el primer dÃa ha sido un paseo súper disfrutón. Los rododendros están en flor y en el camino hay montones de piedras enormes con plegarias talladas y banderas de oración.
12 de abril
DÃa de caminata por el valle del Khumbu. Demasiada gente. Estamos demasiados caminando valle arriba y valle abajo. Al principio del dÃa me encontraba extraño, caminar por aquà no era emocionante como hace dos años en Lang Tang, que fue una experiencia única. Primero he pensado que como ya no era la primara vez no era lo mismo, hasta que he caÃdo en la cuenta de que era por la masificación. Me corto de hacer fotos a los paisanos, porque seguro que a esta niña sucia con los mocos colgando le han hecho ya más fotos que a Copito de Nieve.
Andan algunos yaks con cargas, pero la mayor parte de las cargas las mueven las personas. No sé por qué será pero se me ha ocurrido la teorÃa de que si movieran todo con yaks se colapsarÃa el camino. Embotellamiento en el Khumbu.
De todas maneras los rododendros y los cerezos en flor están como para llorar de bonitos. El Thanserku (6.500 m.) blanco resplandeciente entre nubes encima del valle está que se sale. Una pena la masificación, pero sin duda una caminata por aquà sigue mereciendo la pena.
La etapa de hoy la hemos concluido en Nanche Bazar, la capital del valle, mayor de lo que imaginaba. Nanche esta a 3.400 m. de altura, como el Aneto, pero está toda rodeada de montañas. No sé lo que significa Nanche Bazar, pero como parece sugerir, todo ella es un bazar. Está todo lleno de puestos de collares, gorros…
13 de abril
Hoy ha sido dÃa de paseo para aclimatar, hemos subido al Khunde peak (4.200) y hemos vuelto a Nanche Bazar.
Xabi se ha levantado hoy medio malo, con la garganta inflamada, tos y diarrea, asà que ha aprovechado para quedarse en el lodge para recuperarse. Yo estoy perfectamente.
Ha sido un dÃa de disfrutar a tope. Al contrario que ayer no hemos visto a nadie en todo el dÃa. Hemos pasado por Khunde, un pueblo dedicado a la agricultura, todavÃa bastante autentico. Esta a los pies del Khumbi Lha que es una montaña sagrada, a la que no se puede subir. En realidad aquà todas las montanas tienen algo de sagrado, ya que son la residencia de los dioses, pero algunas lo son especialmente y no permiten su ascensión para no perturbarlos. La mas sagrada es el Kailash, a la suelen acudir peregrinos de todo Tibet, pero incluso el Kanchenjunga, uno de los 14 ocho miles, tampoco debe subirse. Por la presión de los occidentales permiten subirlo, pero con la condición de no hacer cima, hay que quedarse 10 metros por debajo.
Todo el dÃa hemos tenido unas vistas del Ama Dablan (posiblemente la montaña más bonita de la tierra) y del Thanserku espectaculares. He disfrutado de veras, si esto de las expediciones solo fuera venga que sufrir, para otro.
Una de de las cosas de andar por paÃses mas pobres, y luego en medio de la nada, es que luego aprecias mucho mas las cosas cotidianas, que des a un interruptor y se encienda la luz, abras un grifo y salga agua. Un detalle: en el lodge en el que nos hospedamos nos han dado unas pantuflas, las tÃpicas con borreguito por dentro, me ha parecido un lujazo incomparable
14 de abril
Caminata impagable desde Nanche Bazar a Pangboche (3900m.). Siempre para arriba, ya cada altura que ganamos no la volveremos a perder hasta dentro de mes y medio. Todo el dÃa viendo el Ama Dablan, el Lhotse, el Everest. Fantástico, impresionante, una autentica gozada.
Pasamos por el monasterio de Tengboche, que nos dejan visitar. Precioso, aunque como entramos 10 a la vez haciendo fotos enseguida pierde toda la atmósfera. Detrás tiene decenas de molinillos de oración. De repente estoy solo, asà que los hago girar. Es un momento Ãntimo. No sé ni quienes son sus dioses. Yo, como siempre en la montaña , pido permiso a la madre tierra y protección al padre cielo. También tengo un recuerdo para Txus y Kami que estuvieron aquÃ.
Escribo en el comedor del lodge, lo calientan quemando estiércol de yak resecada en una estufa.
15 abril
Antes de comenzar a caminar hemos ido a visitar el monasterio que ayer estaba cerrado. Hemos tenido la suerte de que en ese momento se iba a hacer una ceremonia en honor de Henri Cigayret. Henri es un francés que fue un himalayista famoso en su paÃs y que finalmente se quedó a vivir aquà en Pangboche. A Henri le debe Pangboche la escuela y la luz eléctrica. Aquà se casó. Luego ambos se fueron a vivir a Katmandú. Hoy visitaban Pangboche y los monjes han hecho una ceremonia en su honor a la que nos han invitado y hemos podido asistir.
Ha sido muy curioso. Era un monasterio mucho más pobre que el de ayer. Solo uno de los monjes vestÃa túnica naranja (más bien manta naranja), los demás vestÃan con ropas ajadas de montaneros occidentales.
Luego, en un par de horas caminando hemos llegado a Dingboche (4.325 m.) ya fuera de la ruta del Everest.
Aquà no hay ducha ni lavabo, asà que creo que la de ayer fue la última ducha hasta dentro de mes y medio.
Por la tarde los chavales se han subido a una punta de 5.070 m. Yo me he dado la vuelta a 4.900, que una cosa es aclimatar y otra aclimorir. En esta expedición estoy súper segurolas con lo que bebo, ahorrar esfuerzo… supongo que la experiencia se tiene que notar. De momento estoy perfectamente.
16 de abril
Subimos a Chukung (4.800 m.) último enclave habitado. A pesar de que ya estamos a la altura del Mont Blanc todavÃa no hemos pisado nieve. De hecho nos está agobiando el polvo del camino. Hay un montón de polvo que se levanta al caminar y cuando pasan los grupos de yaks se mete por todos lados, nariz y boca incluidos. A los que menos nos afecta nos tapona la nariz y se te forman mocos negros que al sonarte salen con sangre. A los que más les afecta les irrita la garganta e incluso les produce fiebre. Roberto está fastidiado por esto.
A la tarde de nuevo locura de hacer y deshacer bultos y preparar porteos. Mañana nos vamos a subir hasta el C1 del Island Peak y bajar de nuevo aquÃ. Toca coordinar los 4 el material común para el porteo. Falta costumbre de trabajar juntos, distintos caracteres, distintas manÃas, pero vamos solventando.
Hace 9 dÃas que salimos de casa y parece que llevamos un mes fuera.
17 abril
DÃa duro fÃsicamente. Hemos hecho un porteo al C1 del Island Peak a 5.500 m. y vuelta a Chukung. Mañana volvemos allà con más cosas y nos quedamos a dormir.
Para esto hemos desayunado a las 4 de la mañana, antes de las 5 estábamos caminando con frontales.
Hemos tenido el impagable privilegio de vivir un amanecer en la alta montaña. Primero se ha iluminado la punta del monte más alto, el Lhotse, a los 10 minutos ya eran tres los picos iluminados. Poco a poco se han ido encendiendo todas las cumbres. Era como ver una pantalla en la que la parte de abajo es en blanco y negro y la de arriba en color. Hasta me da rabia intentar describirlo porque no hay manera de hacerle justicia. Duele de tan bonito.
Por fin el sol llega hasta donde estoy yo. En un minuto la temperatura sube 10 grados de -6 a +4 grados. Solo puedo dar las gracias al sol, gracias por estar aquÃ, gracias porque amanece otra vez, gracias porque estoy vivo.
Al bajar del porteo hace 13 grados, pero con el viento hemos pasado más frÃo que por la mañana.
18 abril
Hemos subido al C1 del Island Peak para quedarnos a dormir a 5.500 m. y mañana intentar el pico de 6.200m. Es nuestra primera noche en tienda de campaña. Ya tenÃa ganas. Dormir y comer en lodge es cómodo, pero es un si es, no es, que me descoloca un poco. Aquà ya estamos los que estamos y comemos de lo nuestro. Es más vida pirata y más camaraderÃa, me apetece.
Abriendo la puerta de la tienda tengo unas vistas espectaculares de la cara norte del Baruntse. Me acuerdo de Kami que lo intentó subir. ¡Un valiente!.
Hemos abierto un sobre de jamón. Lo hemos comido con un chapati viejo y agua. ¡El mejor jamón con pan y vino no puede estar mejor que este aquà y asÃ!.
Ha sido cansado subir dos veces hasta aquà desde Chukung. Sirve para entrenar la cabeza para los porteos que vendrán. Vamos a llegar al CB super bien aclimatados y super entrenados, no sé si demasiado gastados.
19 de abril.
El despertador suena a las tres de la mañana. No hace frÃo en la tienda. Para las 4 estamos caminando. Me cuesta arrancar.
Llegamos al comienzo del glaciar al amanecer. ¡Aquà ya me siento pletórico!. ¡Que ganas tenÃa de ponerme los crampones!. El glaciar es precioso, la cumbre del Lhotse parece una antorcha, envuelta en nubes rojas. Me siento fuerte y contento. Estamos a -8 grados.
Sin embargo muy pronto empieza el agobio, por la cantidad de gente. Primero hay que superar una pala de hielo en la que hay instalada una cuerda fija, con el consiguiente tapón cuando le toca a algún torpe. Nosotros 4 la subimos escalando fuera de la cuerda, disfrutando y salvando el tapón. Sin embargo luego viene una arista muy aérea en la que hay que pasar de 1 en 1 y no es posible cruzarse con los que bajan. Esperamos turno a -3 grados, con viento, y por fin la cumbre.
Espectacular, desde el Island Peak se ve el Cho Oyu, el Lhotse casi se toca, el pico 44, el Baruntse, el Ama Dablan … ¡y el Makalu!. La primera vez que lo vemos.¡ Es enorme!. Sin embargo no hay apenas tiempo de disfrutar. En la cumbre justo caben 5 amontonados y hay cola para subir.
Atasco para bajar. Gente guiada que es la primera vez que maneja un 8 o un jumar… ¡Menudo peligro!.
Bajamos al C1, lo desmontamos, bajamos al base y bajamos a Chukung, donde llegamos a las 4 de la tarde, después de 12 horas prácticamente non stop. Llegamos deslomados. Durante el descenso hemos tenido tiempo de rumiar y asimilar la visión del Makalu. Me ha cabido en la cabeza, y me siento fuerte fÃsicamente.
Llevo peor la cabeza. Parece que llevo un siglo gastando suela por aquÃ, y todavÃa no hemos llegado al CB.
20 abril
Merecido dÃa de descanso tras 9 dÃas sin parar. Nos medio duchamos con un cubo de agua caliente y un cazo, me afeito, me corto las uñas, estreno calzoncillo y ya estoy hecho un dandy!… con la misma camiseta sudada de ayer, los mismos calcetines y el mismo pantalón de 9 dÃas de uso.
Mañana comienza la segunda parte del trek del CB. La más interesante. Salimos de esta autopista y en 5 dÃas llegaremos al CB del Makalu por fuera de los treks y caminatas habituales, en los que lo más probable es que no nos encontremos con nadie. El sÃmil más parecido que se me ocurre es el de una caravana de camellos por el desierto, solo que la nuestra es por el monte.
Nuestra caravana la formaremos los 4 de la expedición + los tres andaluces (Lolo, Jorge y Fernando) + otros 5 andaluces que hacen el trek hasta el CB y se vuelven + 23 porteadores. 35 personas.
Tendremos que pasar por tres collados a 6.000 metros y lo que es más difÃcil ayudar a pasarlos a los porteadores, con su escaso equipo, su escasa experiencia en nieve y la carga colgada de la frente. Por las noticias que nos han dado en Chukung, en la última caravana que siguió esa ruta dos sherpas que se vieron agobiados en un paso difÃcil tiraron las cargas.
21 abril
Ya está la caravana en marcha. Hemos montado el primer campamento al pie del collado Amphu latsa que intentaremos cruzar mañana.
Se acabaron las expediciones ligeras. Han montado una tienda cocina para toda la caravana. Esto es un secarral. Si no miras para arriba para ver la nieve no parece el Himalaya. Estamos acampados en el lecho seco de lo que fue un lago. Fernando y Lolo que estuvieron aquà hace 10 años están asustados con el retroceso de los glaciares.
Los sherpas tienen que andar un montón para buscar agua. Sin estos hombres fuertes y duros no tendrÃamos nada que hacer aquÃ. Ellos nos ponen donde queremos, con todo lo que necesitamos, y entonces empieza nuestro juego. Sin ellos no llegarÃamos ni al CB, o tardarÃamos medio año en tener allà todo.
Me da rabia la incomunicación, que no es únicamente idiomática. Somos dos mundos que nos necesitamos mutuamente. ¿Que pensaran de nosotros?.
22 abril
Hemos pasado el primero de los collados. El Amphu Latsa. Ha resultado mucho más complicado de lo que me imaginaba. Nos ha llevado todo el dÃa. Ha habido que fijar cuerdas para subir y además asegurar a cada sherpa de uno en uno en el paso más complicado. La bajada por el otro lado era igual de empinada por un precioso glaciar roto en terrazas.
Para subir por la cuerda los sherpas no usan jumar, suben agarrándose a la cuerda. Para bajar no rapelan, bajan agarrándose a la cuerda. Para no patinar en el hielo en lugar de crampones ponen unas lazadas de cuerda de cáñamo desde el empeine a la suela. ¡Y pasan con 25 kilos colgados de la frente con una cinta!.
Hombres valientes, fuertes y leales. La verdad es que he temido seriamente un accidente. Cuando finalmente hemos tocado tierra firme se ha roto un poco la distancia entre ellos y nosotros. Risas, abrazos, fotos. Final feliz para 10 horas de tensión.
23 abril
Tres horas y cuarto por morrenas, de piedra en piedra. Peligro de traspiés tonto que te mande a casa con un tobillo roto.
Cuando ya hemos montado el campamento, comido y estábamos sesteando nos damos cuenta de que los porteadores han montado el campo demasiado pronto, habÃan decidido por su cuenta dividir en dos la etapa de mañana.
Asà que vuelta a desmontar las tiendas, hacer la mochila y petate y caminar la hora y media que nos habÃamos comido hoy. Lo peor tener que montar y desmontar hoy dos veces el campamento. Usamos la estrategia del caracol, con todo a cuestas a través de las montañas. Montar y desmontar todo cada dÃa se hace un poco pesado.
Menos mal que los porteadores no se lo han tomado a mal. Aquà estamos acampados el pie del segundo collado que debemos atravesar, de 6.200 m. Se ve imponente. Esperemos que resulte menos complicado de lo que resultó el primero.
A estas alturas ya somos maquinas de andar. Flacos, solo piernas y pulmones.
24 abril
Lo peor de la caravana por las montañas es deshacer el campamento por la mañana. Son las cinco de la mañana, -10 grados, -3 dentro de la tienda. Una vez salido del saco lo que todo el mundo quiere es ponerse a caminar cuanto antes para entrar en calor, sobre todo los porteadores, que van en chándal.
Los que portean las tiendas, quieren que salgas cuanto antes para armar su bulto y subir. Los que portean la tienda cocina quieren desayunar cuanto antes para poder subir. Los que llevan los petates los quieren ya. Es un estrés, desayunando a la vez que te vistes, a la vez que preparas tus bultos, a la vez que sales de la tienda, todo tiritando.
LA TRAGEDIA
Se ha matado un porteador.
Estábamos cruzando el segundo collado, el west col. 250 metros muy tiesos. La peor roca posible, toda rota y descompuesta. TodavÃa se está equipando la cuerda fija, se ruega a los porteadores que esperen. No hay manera. Era cara oeste, a las 9 de la mañana todavÃa no daba el sol. Subieron en tropel, supongo que por el frÃo. Alguien tira una piedra, que le da a un porteador en la carga, se desequilibra y cae cien metros rebotando por la pared. Muerto en el acto.
El mundo se para medio minuto.
Supongo que nosotros sabemos a lo que estamos jugando pero ¿tenemos derecho a arrastrar a esta gente con nuestra locura?. ¿Es iluso pretender que ellos no saben en lo que están?. No es muy diferente de un accidente laboral en un andamio en casa. Se asemeja hasta en la subcontrata. Nosotros pagamos a una agencia, ésta paga a los porteadores, no sabemos ni lo que cobran. ¿Quien debe equiparlos?. ¿Quien enseñarles un mÃnimo de seguridad?. Una mierda. ¿Pretendemos estar seguros nosotros por saber las normas?. Yo estaba sin casco.
Pasado el medio minuto los porteadores salen en estampida. Dejan todas sus cargas diseminadas por la pared y se largan. Nos volvemos locos para convencerles de que esperen más abajo al sol y que no se escapen. Gracias a que tres no se han ido y van bajando todas las cargas, jugándose la vida otra vez. No hay forma de convencerles de que se pongan un arnés.
No lloro hasta que me doy cuenta de que ni siquiera sé su nombre.
Luego llega el momento de bajar el cuerpo. Armamos una camilla con bastones y cuerdas y entre siete nos lleva horas bajarlo hasta fuera del glaciar. Tenemos que parar cada 30 metros. No podemos dar un paso más. Solo la desesperación nos impulsa a seguir bajando dejando un rastro de sangre en la nieve. Por fin nos salen al encuentro cuatro porteadores y lo bajan ellos, hecho una bola en uno de sus cestos. Parece que nosotros estamos más afectados que ellos.
Acabamos el dÃa donde lo habÃamos comenzado, llegamos justo con las ultimas luces del dÃa, derrengados fÃsica y psicológicamente. Sin embargo es la puesta de sol más bonita hasta la fecha. ¿Casualidad?. ¿La naturaleza homenajea al porteador?. ¿La muerte cercana te hace sentir vivo y apreciar la maravilla de un atardecer iluminando los picos?
Tras la cena asamblea. ¿Nos vamos a casa? ¿Seguimos de trek por el lado fácil?. ¿Vamos en helicóptero al CB del Makalu y seguimos a pesar de todo con la mochila un poco mas pesada?
Lo consultaremos con el saco.
Hace 5 dÃas que escalamos el Island peak. Ya ni me acuerdo. Cada dÃa aquà parece una vida. Pensar en casa parece otra galaxia.
25 abril
Hemos decidido ir al CB en helicóptero. El problema es que no hay ninguno disponible. El que operaba por esta zona se acaba de estrellar precisamente en el CB del Makalu. Parece que nuestra agencia está negociando uno con el ejercito.
Hoy tenÃamos que haber llegado al CB. No solo es que a partir de hoy, cada dÃa que perdemos disminuimos la posibilidad de hacer el monte, es que la comida del trek estaba calculada hasta hoy, a partir de hoy penurias.
Asà que bajamos hasta los 5.000 m. si aparece un helicóptero nos podrá recoger aquà mas fácil, y si no, para ir bajando por nuestros medios.
De nuevo la caravana en marcha, valle abajo, esta vez el último es el muertito en la cesta de un compañero.
Cuando voy bajando tengo la sensación de ir volviendo a casa, por la intensidad de lo vivido hasta ahora, por el cansancio acumulado, por lo difÃcil que está lo del helicóptero.
Como finalmente aparezca el helicóptero va a costar sacar fuerza e ilusión de nuevo.
¿DUELO?
Si alguien hubiera visitado nuestro campamento no hubiera notado diferencia con cualquier otro dÃa. No se ve a los porteadores nada afectados. No les he visto hacer ningún funeral, despedida o similar. Han estado jugando cartas y riendo en su tienda común.
En vista de los problemas para conseguir un helicóptero que evacue el cadáver y a nosotros, han decidido enterrarlo aquÃ. Simplemente han hecho un agujero, han metido el cuerpo, han arrojado tres puñados de arroz, han encendido dos velas y lo han tapado. Nadie a dicho una palabra, orado o mostrado emoción. ParecÃa que estaban realizando un trabajo más del campo, como ir a buscar agua. Ni siquiera han acudido todos los sherpas de la caravana. Da la sensación de que la muerte se vive aquà con menos dramatismo.
26 abril
No hay helicóptero, asà que seguimos bajando. Parecemos un ejército derrotado. Estamos hambrientos, y lo peor seguimos perdiendo dÃas de CB, desilusionados.
Vamos bajando por el valle del Khulu, que es la forma más rápida y segura de bajar.
Yo estoy mejor que la media. En el peor de los casos tendremos que bajar andando hasta Lukla, volar a Katmandú, volar a Tuglintar y hacer todo el trek normal al Makalu. Aun nos quedarÃan dÃas para un intento. TendrÃamos muy pocas posibilidades, pero tampoco es que ahora tengamos muchas. Quiero vivir este trek añadido como un regalo, al final hacemos 3 trek en lugar de 2.
El tf. de Radio Vitoria no funciona, y el de los andaluces no da a basto a cargar con la placa solar, para tanta gestión en busca de helicópteros, asà que no puedo hacer las crónicas de la radio ni llamar a nadie.
A las 9 de la mañana pasamos por el CB del Mera, donde hay un changarro que nos da un dal balt que comer. Además parece que es posible que un helicóptero nos lleve el 29 al CB. Ya todo el mundo disfruta de la caminata.
Pasamos por el Mera pass a 5.400 m. Está envuelto en niebla y es un glaciar de medio Km. que atravesar. Solo podemos hacerlo gracias a que esta la huella hecha, pero el ambiente impone. Es como seguir una lÃnea de vida entre grietas. Cuando voy pasando por ese mundo fantasmal pienso en la fila de porteadores que nos sigue fuera de la vista. No puedo evitar pensar en que al llegar al final de etapa falte alguno.
Voy rumiando ese temor cuando nos cruzamos con una docena de porteadores cargados como no se puede imaginar dispuestos a meterse en el glaciar en zapatillas. Son unos héroes, no les llegamos ni al tobillo.
Acabamos bien, en el primer asentamiento humano en 6 dÃas caminando a más de 5.000 m. Nos dan de cenar en una especie de cuadra en la que hay un fuego sin chimenea. Casi no se puede respirar del humo que hay, pero vivimos el autentico ambiente rural nepalÃ.
27 abril
Hoy bajo caminando triste. Hace tres dÃas que tenÃamos que estar en el CB. y todavÃa no sabemos cuando llegaremos. Tampoco funciona ya el tf. de los andaluces. No tf. no helicóptero. Me agobia no poder hacer las crónicas comprometidas para Radio Vitoria. Me duele no poder hacer las llamadas para pedir los mimos que en este momento necesito.
Mi alma se agota, mi cuerpo lo nota. Me quedo el último bajando. Me siento solo.
Después de comer entramos en un bosque, ventajas de bajar y bajar. Montones de flores, primulas y rododendros, pajarillos, niebla, el lugar perfecto para un hada. Ya le doy la vuelta a mi estado de ánimo, ya siento el privilegio de estar aquÃ.
Acabamos a los puntos. Hemos caminado 10 horas, haciendo dos etapas en una en nuestro desesperado intento de llegar cuanto antes al CB.
28 de abril.
Del cielo al infierno.
El dÃa comienza bien. Hoy llegaremos a Lukla. Los porteadores bajan cantando y gritando obscenidades, bajan contentos, hoy llegan a casa. A mitad de camino conseguimos confirmar que mañana un helicóptero nos llevará al CB.
Al mediodÃa comienzan los problemas. Rober e Isa, que tienen que volver a casa una semana antes que los demás, dudan de si ya les merece la pena ir al CB, porque con tantos dÃas perdidos, ya casi no tienen tiempo. Además no están conformes con que el helicóptero lo tengamos que pagar nosotros. Tensión, nervios y mal rollo.
A la tarde llegamos a Lukla, donde empezó todo, y la situación se vuelve Kafkiana. Uno de los porteadores, denuncia en la policÃa que la muerte no se debió a un accidente, sino que el muerto fue empujado por otros compañeros. Resultado, cinco porteadores en la cárcel preventivamente hasta que se aclare todo. Nosotros tampoco podemos volar mañana, por lo mismo. A ver si pasado mañana volamos de una vez.
Además no hay helicóptero grande de carga. Tendremos que hacer tres vuelos con uno más pequeño, que sube menos alto, y que no llega al CB. con lo que tendremos que caminar un dÃa mas para llegar.
Hemos llegado a Lukla que parece que ya bajamos de la expedición. Hemos caminado 17 de los 18 últimos dÃas. Estamos cansados, flacos y sucios. Hay que dar otra vuelta de tuerca al cerebro para convencerse de que es ahora cuando comienza la ascensión al Makalu, y no cuando ha terminado.
29 abril
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Varados en Lukla. El descanso, aunque impuesto, viene bien. Ducharse, comer, dormir… tregua para el cuerpo. Disponer de internet, tf… alimento para el alma.
Las cosas se van encauzando. Rober e Isa finalmente vienen al CB. Van a intentarlo contrarreloj.
Han soltado a los porteadores (unos crios). Por la noche multitudinaria cena de hermandad: los expedicionarios, los trekineros, dos hermanos del muerto, nuestro oficial de enlace, el representante de la agencia, la autoridad militar de Lukla, los representantes maoÃstas, todos los porteadores (los que han estado en el talego son los que sirven las mesas). Curioso, me gusta. No sé si será una escenificación para sacarnos propinas o indemnizaciones, pero a mi me deja buen sabor de boca.
30 abril
Que no y que no. Parece que alguien nos ha echado mal de ojo. El helicóptero debÃa salir a las 8, estamos junto a él en la pista. De repente que si una emergencia en el Everest, que a las 12, que si no sé que a las 2, que si se ha estropeado el tiempo, que igual a la tarde.
Otro dÃa en Lukla. El primer dÃa de parón obligatorio el cuerpo agradeció el descanso. El segundo dÃa parados la cabeza se agota. DÃas tachados, posibilidades perdidas.
A la tarde consigo relajarme y disfrutar paseando por los barrios no turÃsticos de Lukla.
PARADOJA
En Lukla no se ha visto nunca un coche, un autobús, un tren y posiblemente ni siquiera una bicicleta. Sin embargo cada dÃa aterrizan a 20 metros de las casas avionetas y helicópteros.
1 de mayo
Por fin hemos pasado el cuello de botella del helicóptero y hemos salido de Lukla. Menuda mafia, mamoneo, prepotencia y avaricia el mundo del helicóptero.
Después de dÃas a su merced habÃamos acordado que hacia tres viajes: a las 6, a las 7 y las 8 de la mañana. El primero dejaba a cuatro personas a 3.800 m. y los dos siguientes vuelos a dos personas a 4.600 m. Al final la salida a las 6, a las 10 y a las 11, y nos ha dejado a todos abajo.
ParecÃamos comandos saltando tras la lÃnea enemiga. Xabi y yo, en el último vuelo hemos comenzado a caminar a las 12. Los dos solos, terreno desconocido, sin mapa. “Fácil, solo hay que ir valle arriba”. TenÃamos que llegar a un sitio que distaba 6 horas. Entre medio no hay nada. A las 7 anochece. “Good luck”.
Para las 5.30 hemos llegado al campamento Hillary (4.800 m.). Ha sido emocionante juntarse con los demás. Estaban sinceramente preocupados pensando que el mamon del piloto no nos habÃa subido.
Mañana llegaremos al C.B. y por fin dependeremos solo de nosotros, ni porteadores ni helicópteros. Aunque todavÃa nos tienen que subir los bultos de abajo, que tienen cosas imprescindibles como las botas.
Estamos acampados al pie del Makalu, y desde aquà acojona. Es enorme. Hay que mirar mucho para arriba, nada de mirar al frente, para verlo entero.
2 de mayo
Por fin llegamos al C.B. Etapa dura, 6 horas por una morrena, todo el dÃa saltando de piedra en piedra. Agotador. Llego al base como quien llega a cima. Ha sido tan largo, tan difÃcil.
En fin, instalados. 5.700 m. Hemos llegado 8 dÃas mas tarde de lo previsto. Se ha debido al accidente que sufrió el porter, y al accidente que sufrió el helicóptero que operaba por aquà y que dificultó encontrar helicóptero.
Nosotros hemos llegado, pero todavÃa tenemos bultos a 4.800 m. y a 3.800 m. Un caos. Por encima de un desafÃo deportivo, una expedición es un enorme desafió logÃstico.
A pesar de no tener las botas gordas ni los crampones, que están en algún bulto más abajo, mañana vamos a intentar hacer un porteo al C.1, del puro estrés que tenemos con los dÃas perdidos.
Por lo demás el C.B. promete. Está encima de un enorme pedregal, incomodo, pero tenemos (gracias a los andaluces), la mejor tienda comedor. Se han traÃdo una pata de jamón, con su jamonero y su cuchillo jamonero. Montón de embutido ibérico con tabla para partirlo. Nosotros también habÃamos traÃdo un montón de comida, y como vamos a estar menos dÃas de lo previsto espero pasar poca hambre esta vez.
Por fin tengo acceso a mi ropa, que esperaba aquà mientras no conseguÃamos llegar al C.B. Llevaba 6 dÃas con las mismas medias, 6 dÃas con los mismos calzoncillos y 10 dÃas con la misma lifa. Ya tengo libros, ajedrez… los ocho dÃas de retraso, por imprevistos, han sido sin nada.
Ya hay buen ambiente entre los 7 que vamos a convivir.
3 de mayo
Con el retraso han quedado abolidos los dÃas de descanso. Hoy, primer dÃa en el C.B. tradicionalmente se dedica a organizar bultos, situarse, descansar…
A primera hora hemos hecho la puja. Curiosa ceremonia de media hora en la que un lama descalzo en la nieve a ofrecido bebidas (coca cola, whisky, cerveza…) y comida (arroz, harina, galletas…) no sé a que Dios. Ha quemado ramas de enebro, ha colocado las banderas de oración, y nos ha puesto un amuleto al cuello.
Luego, a pesar de que todavÃa no han llegado nuestras botas de expedición, nos hemos puesto a portear en plan sherpa, con las botas de trekking sobre el glaciar. Xabi y yo hemos hecho un depósito a 6.000 m. Todo el rato ha estado nevando. Roberto e Isa que si tenÃan sus botas, han conseguido dejar el porteo en el C1.
Me encuentro fuerte y motivado.
4 de mayo
Salimos del base, ya con botas, y una buena mochila. Recogemos el deposito de ayer, con lo que montamos un tremendo armario a la espalda, y conseguimos llegar a una especie de C.1 bajo a 6.100 m.
En vista del cuestarron que viene y de que en ese momento nieva bastante, decidimos quedarnos aquÃ. Pasamos la tarde fundiendo nieve y bebiendo. Me siento muy compenetrado con Xabi, a gusto. Por la noche mucho frÃo dentro de la tienda.
5 de mayo
Salimos del C.1 para arriba. Tremendo cuestarron de 200 m. que está equipado con cuerdas fijas. En 4 horas llegamos al C.2 a 6.800 m. Montar la tienda nos cuesta una hora preparando la plataforma con la pala en la nieve. Luego nos bajamos hasta el base. Total 8 horas. Nos sentimos contentos, hemos hecho un diazo, a cundido y nos hemos visto fuertes. Xabi está que se sale y estamos muy compenetrados.
No queremos echar las campanas al vuelo. Somos conscientes de que en este monte la dificultad se acumula arriba. Entre el C.2 y el C.3 y sobre todo cerca de la cima, sin embargo hasta ahora nos ha parecido “cómodo”. Quizás solo sea la experiencia, pero el comienzo nos esta pareciendo mas tratable que el Cho Oyu.
6 de mayo
Por fin merecido dÃa de descanso. Todo el dÃa en el base.
Este campo es bastante habitable. El suelo es un caos de rocas, pero por lo menos no es nieve. La temperatura oscila entre los -10 grados de noche y los 20 grados de dÃa, y se pasa de uno a otro extremo en un cuarto de hora cuando sale o se pone el sol.
El tiempo hasta ahora está siendo bastante estable, aunque todos los dÃas nieva un rato, es una especie de sirimiri de nieve que apenas moja.
Desde que hemos empezado la fase de ascenso al monte parece que nuestra suerte ha cambiado, y de momento todo va rodado. El único fastidio es no tener teléfono. ¡Tanta gente que añoro!. La incomunicación con el mundo, con las personas queridas. Saber que están bien. Tranquilizarles. Desenganche de la hipercomunicación. Es bonito darse cuenta de a cuanta gente quiero. Estoy llegando a la fase en la que cuando consiga comunicar solo voy a ser capaz de llorar en el tf. No es que esté mal. Es valorar de repente lo que es el contacto, el apoyo, la comunicación, como valoraré al bajar de aquà una ducha caliente o una cerveza frÃa.
7 de mayo
Poquito a poco entendiendo
que no vale la pena andar por andar
que es mejor caminar
pa ir creciendo
Volveré a encontrarme con vosotros,
volveré a sonreÃr en la mañana,
volveré con lagrimas en los ojos,
volveré a mirar al cielo y dar las gracias
CHAMBAO
Pequeño momento de crisis ayer a la noche pasando frió en el C.B. ¿Existe empeño mas vano que el de subirse a este monte?.
Hoy por la mañana ya todo en su sitio. Subida fácil al C.1. El glaciar precioso.
Por lo menos el 80% de los que andan por aquà tienen porteador de altura que les lleva la mochila. Parece que solo los vascos nos empeñamos en levantar piedras.
Tarde de confidencias con Xabi en el C.1, en calzoncillos en la tienda, a 35 grados sobre la nieve.
Ya estoy feliz de estar aquÃ, vive la vida igual que si fuera un sueño.
8 de mayo
¡Vaya frÃo esta noche!. Parece mentira después de haber estado a 35 grados, por la noche -8 grados dentro de la tienda, como dormir en un congelador.
Hemos subido a dormir al C. 2 como habÃamos planeado. Todo va ahora como sobre el papel. Eso no significa que no suponga esfuerzo. En numerosas ocasiones tengo que parar jadeando, a punto de perder el control de los orines, boqueando como un pez fuera del agua.
Gran parte de la jornada caminamos junto a Carlos Soria. Ahà está jadeando igual, pero con 69 años. Impresionante. Está haciendo los 14 ocho miles. Majo, de lo más natural
9 de mayo
Dura jornada, que ya ha sido dura antes de empezar. Hemos llegado a -13 grados dentro de la tienda. Me ha pillado de imprevisto. TenÃamos aquà el mono de plumas, pero no nos lo habÃamos puesto. No ha habido manera de pegar ojo. No sé si me he pillado un resfriado porque todo el dÃa he andado con estornudos y mocos.
Al salir a la calle hacÃan -18 grados y mientras acababa de preparar la mochila y ponerme los crampones se me han congelado los 10 dedos de la mano. Una cosa muy leve. Es un pequeño dolor y sobre todo pérdida del tacto y sensibilidad.
La vista al amanecer del Lhotse y el Everest espectacular. ParecÃan dos merengues gigantes, pero ¡cualquiera se quita las manoplas para hacer una foto! . Además seguramente la cámara estaba congelada.
FrÃo aparte el plan era montar el C.3 en el collado a 7.400 m. A las 7 horas caminando nos hemos tenido que dar la vuelta a 7.300 m. Por lo menos hemos hecho un porteo importante. En 2 horas más estábamos de vuelta en el C.2. Total 9 horas sin parar. Cansados y satisfechos.
10 de mayo
Jornada tranquila. Bajar del C.2 al C.B. por la noche también ha hecho mucho frÃo, pero esta vez estamos prevenidos y preparados. Bajando nos cruzamos con Rober e Isa, que van para arriba y no descartan ir a cumbre si se tercia. ¿Demasiado pronto en lo que a la aclimatación se refiere?. ¿Estamos arriesgándonos nosotros con nuestro ritmo tranquilo a que cambie el tiempo?. Salgan y hagan sus apuestas cada dÃa. Suerte compañeros.
Al llegar al base nos recibe con los brazos abiertos nuestra familia andaluza. FestÃn para comer y tf. por la tarde, festÃn para el alma.
Ya tenemos la escalera de campamentos montada. Ahora hay que decidir el momento y la forma del asalto final. Consultamos partes meteorológicos… suerte y ¡que la fuerza nos acompañe!.
11 de mayo
DÃa de descanso y de indecisiones, lo que no ayuda mucho a descansar.
¿Salimos mañana o pasado?. ¿Al C.1 o directamente al C.2?. Los partes meteorológicos no dicen ni que si ni que no. La hora de la verdad. El intento de cima. ¿Como acertar? Me da la sensación de que salimos porque serÃa horroroso quedarse aquà porque el parte no es bueno y ver como otros hacen cima. Por otra parte, ¿si nos quedamos y ya nunca el tiempo es mejor que ahora?.
Da tanta pereza como ganas y miedo, mucho miedo. Unos coreanos que han bajado de cima tardaron mil horas desde el ultimo campo y eso que iban con oxigeno. Uno se perdió, vivac, congelaciones… historias para no dormir.
Todo el mundo habla de muchÃsimo frÃo, ya hemos probado una muestra en el C.2 para hacernos una idea.
La hora de la verdad.
12 de mayo
“Nunca se sentÃa tan a gusto como cuando caminaba a mil pies por encima del suelo. Siempre hacia adelante. Sin desviarse un milÃmetro de su camino.
Era su destino.
Avanzar paso a paso.
De uno a otro extremo de la vida”.
NIEVE, Maxence Fermine
Salimos para arriba sin un parte metereologico claro. DÃa 1 de 4. Xabi va muy animado, va tirando del tren.
Hemos comenzado con mochilas ligeras. En el C.1 bajo a 6.100 m. recogemos sacos y esterillas. En el C.1 alto a 6.300 m. desmontamos una tienda y la echamos a la mochila. Desde las 12 esta nevando. Desmontar la tienda y plegarla en estas condiciones se hace duro. Seguimos con mochilón una vez más.
Tardamos 9 horas en subir del tirón al C.2, saltándonos el C.1. Los andaluces vienen paralelos. Nosotros dormimos a 6.700, ellos a 6.600. A las 6 de la tarde asamblea con los walkies, partes de meteo… decidimos rendirnos a la evidencia y bajarnos mañana de nuevo al C.B. Por lo menos hemos subido cosas para arriba. La verdad es que estamos totalmente apapachados por los andaluces. Los walkies son suyos, los partes de meteo son suyos… y la experiencia es suya.
Mucho frÃo por la noche.
13 de mayo
La tienda amanece escarchada por dentro como no se puede imaginar. Vestirse y desayunar es como si estuviera nevando dentro de la tienda.
Esta haciendo muchÃsimo frÃo en este monte.
Bajamos pensando que hemos tomado la decisión acertada, pero es inevitable un sentimiento de decepción. No es tan sencillo juntar las fuerzas para un ataque a cima.
La montaña va mostrando sus dientes. Como Jorge es medico, por aquà van desfilando todas sus victimas. En nuestra tienda ya se han tratado a tres grandes congelados: Juanito, un coreano y una italiana. Lolo que es un monstruo esta coordinando los medios técnicos (oxigeno, medicinas…) y humanos para el rescate de un ecuatoriano que esta en el C.4 con un edema cerebral.
A mi mismo se me han confirmado sendas leves congelaciones en los dedos corazón de ambas manos. ConfÃo en Jorge, que me da mucha confianza, y no me dice que no suba, asà que subiré, pero sin duda me quita confianza.
14 de mayo
DÃa de C.B. DÃa de pronósticos meteorológicos.
15 de mayo
La vÃspera. Mañana vamos todos para arriba. Los 4 Decoexsa y los 3 andaluces. Vamos a tratar de aprovechar un anunciado dÃa de buen tiempo. Para Roberto e Isabel es su última oportunidad, no tienen dÃas para un nuevo intento. A los demás en teorÃa nos quedarÃan dÃas como para volverlo a intentar, pero dudo mucho que fuéramos capaces de sacar fuerzas para otro intento. Asà que va la de verdad para todo el mundo. Me gusta jugárnosla todos juntos. Cada uno estará más arropado. Es el final justo después de todo lo que hemos pasado juntos hasta aquÃ. Creo que los lazos que se crean aquà perduraran.
DÃa de nervios. En Capilla. Ansiedad. Por la noche llamo por tf. a mi santa y le dejo una confesión en el contestador. Lloro en mi saco hasta sentirme bien.
16 de mayo
Hacia la cumbre. DÃa 1 de 4. C.B. (5.700 m.) – C.2 (6.700 m.). Con esta es la cuarta vez que subimos al C.2. Tardamos 7 horas, nuestro mejor horario hasta hoy.
Yo subo flojillo, tengo las piernas vacÃas. Soy el último de los 7. No me importa, lo importante no es llegar primero, lo importante es saber llegar. Ya en la tienda Xabi me mima y se ocupa de mÃ. Ha sido duro, pero ya esta hecha la labor de hoy. Vamos cumpliendo dÃa a dÃa, lo de mañana, mañana.
Impagable atardecer.
17 de mayo
Hacia la cumbre. DÃa 2 de 4. C.2 (6.700 m.) – C.3 (7.400 m.). Otra vez llego el último. Esta vez me empieza a mosquear, y es que no se puede andar con tamaño mochilón por aquÃ.
Tardo 9 horas (los demás han tardado unas 7), juro que casi no llego. Xabi no me deja ni a sol ni a nieve. El lleva el mismo mochilón y también llega deslomado.
En el collado nos salen al encuentro Roberto y Lolo, sin ellos no hubiéramos encontrado las tiendas en la ventisca. Gracias por haber cogido nuestras mochilas. Gracias otra vez. Cuando llegamos al C.3 Isa llora al abrazarme, ya estaban preocupados.
Se agradecen todos los mimos, pero unos porteos mas justos dÃas atrás igual me hubieran evitado el mochilón de hoy.
Pasamos la noche los cuatro en una tienda de tres. Las próximas dos noches serán igual. Precioso mar de nubes, iluminado por las últimas luces, del que sobresale el Kanchenjunga.
Lolo dice que este campo parece la luna, y tiene razón. Ya estamos muy altos. Cualquier cosilla aquà puede ser un problemón. No estaremos seguros hasta que bajemos de la luna.
18 de mayo
Hacia la cumbre. DÃa 3 de 4. C.3 (7.400 m.)- C.4 (7.700 m.). 4 horas. Xabi está que se sale y le toca pinchar a Isa. Mañana es el dÃa D. saldremos entorno a las 12 de la noche, asà que hoy nada de dormir. En el mejor de los casos una siesta.
19 de mayo
El dÃa D comienza a las 10.30 de la noche del dÃa anterior con el desayuno y la desesperante pelea para ponerme las botas que me deja jadeando como un loco.
Para las 12 de la noche caminando a -25 grados. Después de 4 horas todo el mundo va preocupado por sus pies y sus manos. Yo no hago más que mirar atrás (al este) deseando ver amanecer, y no por lo bonito, sino para que suba la temperatura, por favor. Xabi viene quejándose mucho de frió en los pies, me preocupa por sus antecedentes. Me preocupa mi pie derecho, también está helado.
Por fin amanece a las 5. Gracias. Continuamos caminando ya más calentitos y disfrutando de vistas únicas. Yo no sé por qué pero en ningún momento tengo la sensación de estar yendo a cumbre. Tengo sensación de somnolencia, y parece que todo esto lo está viviendo otro.
Son las 8. Fernando, Lolo, Xabi y yo estamos a 8.200 m. Isa y Rober están por encima de los 8.300. El dÃa es perfecto, ni una nube, no hay viento. No me cabe duda de que en 2 o 3 horas más vamos a hacer cumbre, los 7 y otros 8 que vienen con nosotros. Solo es cuestión de tiempo.
De repente empieza un fenómeno asombroso. Ventisca. Primero por el corredor en que me encuentro. Luego en zonas más amplias, la cumbre, viento cada vez más fuerte. En menos de 5 minutos estamos hostigados por un viento que te tira, levanta la nieve, te ciega. No puedes hablar ni a gritos con nadie que esté a más de dos metros. Debe haber rachas de más de 100 Km.
El mundo se paraliza. Primero por el asombro, yo jamás habÃa visto desatarse semejante furia atmosférica, en un instante, sin previo aviso. Segundo en espera de la decisión que tiene que tomar cada uno, y solo hay dos: o bajarse inmediatamente o esperar un rato para ver si la ventisca se va como ha aparecido. Esta segunda es muy arriesgada porque con este viento las congelaciones son cuestión de minutos, no de horas. Yo estoy hecho una bola con Fernando y Lolo contra una roca en la que intentamos parapetarnos del viento. Optamos por bajar inmediatamente, haciéndonos el gesto con el pulgar hacia abajo, no se puede hablar.
Poco a poco todo el mundo se resigna a que nos han dado con la puerta en las narices y va bajando, pero no se han acabado los problemas. La nieve movida por el viento ha tapado la huella, por lo que hay que buscar el camino por campas de nieve virgen, en las que se esconden enormes grietas. No sirve de nada que un aventurado se lance para abajo porque con el viento su huella no dura dos segundos, asà que esto es lo mas parecido a sálvese quien pueda.
Lolo, Fernando, Jorge, Xabi y yo llegamos al C.4 a las tres de la tarde. Lolo, Fernando y yo completamente exhaustos por la bajada, y cuando digo completamente es completamente, sin matices. Llego al punto de estar sentado esperando para hacer un rappel, a 15 cm. de una caÃda cojonuda, sentado en la nieve, nevándome encima y quedarme dormido.
Cuando llego al C.4 (7.700 m.) solo me resta la preocupación de que ha sido de Rober e Isa, solo espero que no hayan intentado seguir a pesar de la ventisca. Finalmente llegan una hora mas tarde. Dos zombis más para el montón.
Por la noche hay que decidir que hacer al dÃa siguiente. ¿Bajarse de una vez y para siempre?. ¿Bajarnos pero dejar las tiendas para un nuevo intento?. ¿Quedarse aquà 1 o 2 dÃas y volver a intentarlo?.
20 de mayo
Cuando amanece está claro que la única opción realista es bajarse definitivamente. Rober y Fernando siguen agotados. Solo son capaces de estar sentados y a duras penas de estar despiertos. Los demás estamos muy poco mejor. Desayunar, desmontar la tienda, hacer la mochila y ponernos en marcha nos lleva 4 horas. Ya veremos en el base que tiene cada cual, pero el que menos tiene los dedos acartonados.
Pensábamos bajar hoy hasta el C.B. pero solo somos capaces de bajar hasta el C.2. Fernando que no es capaz de dar 50 pasos sin sentarse solo es capaz de bajar hasta el C.3. Lolo se queda con él.
21 de mayo
Descenso épico. Aparte de las mochilas que traemos tenemos que recoger el C.2 y un depósito del C.1, armando una mochila de casi 20 kilos. Roberto baja todavÃa muy tocado. Bajamos lentÃsimos, parándonos cada poco, arrastrándonos, sacando fuerzas de donde no hay. Hacemos horario de subida en la bajada.
Las noticias que nos llegan por walkie desde arriba no son mejores. Fernando y Lolo solo han sido capaces de bajar hoy desde el C.3 al C.2.
Ya por fin nos relajamos en el C.B. Solo dos inquietudes: Fernando y Lolo que todavÃa están por arriba y que no puedo hablar por tf., lo tienen arriba. Sé que tengo a mucha gente preocupada. No vuelvo a dar una fecha de ataque a cima.
Roberto tiene congelaciones de tercer grado en tres dedos de los pies.
“… buscó cobijo bajo el saliente de una roca, al abrigo del viento, y allÃ, helado de frÃo, extenuado, solo en el espesor de las tinieblas, solo en la profundidad de la nieve, solo en el vértigo de su soledad, solo en su silencio, pese a que hubiera debido morir cien veces de frÃo, de hambre, de cansancio, de desengaño y de hastÃo, sobrevivió.”
NIEVE. Maxence Fermine
22 de mayo
Esperamos angustiados a que Lolo y Fernando bajen de una vez. Para empeorar las cosas esta cayendo la mayor nevada desde que estamos aquÃ. Esto no solo dificulta la bajada de nuestros amigos, además impide secar tiendas, sacos…
Por fin aparecen. ¡Fiesta!, ya estamos todos. Todos coincidimos en que de haber sabido como se desarrollarÃan los acontecimientos antes de venir, hubiéramos venido de todas formas.
Lolo tiene congelaciones de segundo grado en tres dedos de los pies. Se preparan para mañana las evacuaciones en helicóptero de Lolo, Rober e Isa que le acompañará. Yo tengo congelación de tercer grado (por recongelación) en la puntita del dedo corazón de la mano derecha, pero puesto que puedo caminar decido quedarme a hacer el trekking de vuelta con Xabi, Fernando y Jorge.
23 de mayo
DÃa frenético y pesado de hacer bultos para abandonar mañana el C.B.
Lolo, Rober e Isa salen hoy. Tienen que bajar hasta los 5.000 m., el helicóptero no llega hasta aquÃ.
Sensación extraña en la cena los cuatro solos. El equipo roto definitivamente. Mucho frÃo
24 de mayo
Comenzamos el trek de vuelta.
Somos la penúltima expedición en abandonar el C.B. Lo que antes era un hervidero de tiendas hoy es un páramo en el que solo quedan las banderas de oración ajadas por el viento.
El trek promete, ya que va a llevarnos desde casi 6.000 m. a 600, por lo que veremos muchos paisajes distintos. Comenzamos a caminar con sol, los 4 callados, supongo que valorando lo que la estancia en este C.B. y el intento al Makalu han supuesto.
Pronto se fastidia el tiempo. Nieva, otra vez frÃo. ¡Que ganas tengo de calor!. El resto del dÃa será niebla, nieve y frÃo. Pocas vistas, andar deprisa. El primer dÃa de trek no resulta agradable. 8 horas caminando para bajar hasta los 4.600 m. Por suerte este trozo es el único que ya conocÃamos. Ahora mismo podrÃamos estar acampados en Pirineos con niebla.
25 de mayo
Otro dÃa de potente caminata. 9 horas para bajar de 4.600 m. a 4.000, pasando por los 3.400.
Hemos entrado en una zona en la que actualmente rara vez pasan extranjeros, ya que los que van al Makalu hoy en dÃa prefieren el helicóptero que esta larga caminata sube y baja, sin servicios para el turismo.
Ha sido una gozada, por paisajes que bautizo como “el valle de las cascadas”, “el jardÃn de las azaleas y los rododendros”, “el rÃo bravo”, “el bosque de las hadas”‘ “el bosque de los dinosaurios”. Una zona verde exuberante envuelta en nieblas. Lo malo que nos ha llovido unas cuantas horas (¡quiero sol!), pero aun asà lo he disfrutado.
Nepal profundo de verdad. La mitad de los que nos cruzamos van descalzos (a 4.000 m.) o en sandalias y pantalón corto a pesar de la lluvia.
Hemos plantado las tiendas fuera del único “lodge” que hemos encontrado en 6 horas desde Yangri Karka. Estaban descuartizando una oveja que acababan de matar.
26 de mayo
Subir 400 m., bajar 2.000. 10 Horas. Inolvidable caminata. Comenzamos subiendo y pisando de nuevo nieve. Luego comenzamos a bajar entre mil millones de rododendros en flor, entre cien mil millones de flores.
Bajamos y bajamos. Atravesamos la jungla (o lo que yo me imagino que es la jungla), montones de árboles y plantas que no conozco. Todo es verde. Las hojas son verdes, los troncos son verdes, las piedras son verdes. El cielo es gris. Nos caen unos cuantos chaparrones, sale el sol y con lluvia o con sol, estamos rodeados de niebla. Es lo que corresponde a este tipo de bosques. Vemos pendientes casi verticales, imposiblemente cubiertas de verde. Me recuerdan el Vietnam que tengo que conocer.
Acabamos en Tasigon. Es el principal poblado del trek de bajada. HabÃamos comenzado especulando con la posibilidad de que quizás aquà podrÃamos dormir bajo techo y no en tienda, luego con que a lo mejor podrÃamos ducharnos y después fue creciendo la bola. Que si Tasigon de las altas torres, Tasigon de las cúpulas doradas, Tasigon de las 15.000 vÃrgenes… Tasigon: una docena de casas de piedra y unas cuarenta dispersas de adobe y junco. Techo si, ducha no, cerveza si.
He recordado todas y cada una de las historias que Iñaki me habÃa contado de Tasigon.
Primeros escarceos con las sanguijuelas.
Estoy agotado y feliz.
27 de mayo
Comenzamos llaneando entre imposibles cultivos de arroz en terrazas en laderas imposibles. Hombres arando con bueyes, metidos en barro hasta las rodillas, niños trabajando. Pasamos por un par de escuelas en las que todos los niños salen a vernos. No se ve ningún maestro. Parecen simplemente almacenes de niños.
Tenemos que ir a Num, que se ve justo delante, solo que en medio hay un rÃo. Tenemos que bajar 800 metros y volverlos a subir. ¿No querÃas calor?, ¡toma calor!. Subiendo me da una flaca que casi no llego.
Continuamos bajando de esta extraña forma que consiste en bajar subiendo, como nos tiene acostumbrados este trek. En un momento dado nos adelanta un grupo de hombres con una camilla. Es la ambulancia local en pueblos que se encuentran a 4 dÃas caminando desde una pista solo apta para 4×4.
Tras 5 horas llegamos a donde llegan los todo terreno. ¡La primera vez que vemos un vehÃculo en mes y medio!. Sube gente en el capó, en el techo… y allá vamos. Al poco alcanzamos a los de la camilla. El enfermo, su hermano, su mujer e hijo… todos adentro. Éramos pocos y parió la camilla.
4 horas dando tumbos y llegamos a Tuglintar, desde donde mañana volaremos a Katmandú. Aquà el paisaje es tropical. Si te dicen que estas en una plantación en Guatemala te lo crees.
Hemos terminado de caminar. De los últimos 48 dÃas hemos caminado 39, una media de 7 horas cada dÃa, 15 horas el dÃa de intento de cima. Tengo la sensación de que no puedo dar un paso mas.
28 de mayo
Llegamos a Katmandú al dÃa siguiente de haber sido abolida la monarquÃa.
Ahora el mayor peligro que nos acecha es el empacho