Tic, tac, tic, tac, miro cómo las agujas del reloj del abuelo pasan demasiado lentas para mi gusto. Falta una eternidad para que el partido empiece y el reloj tampoco me tranquiliza. No he dormido muy bien que digamos, pero me ha venido bien el entrenamiento de la mañana para soltar tensión. No me duele nada y tengo buenas sensaciones. También tengo dudas, pero no tengo ni tiempo ni ganas para comerme el coco.
Tic, tac, tic, tac, No me aguanto ni a mà mismo. Me pongo de lo más insoportable con los que me rodean y ellos no tienen la culpa ¡joder! Por eso hoy, cuando he notado que la tensión me sobrepasaba, he decidido salir de casa antes que otros dÃas para tranquilizarme con los compañeros. Hoy es un dÃa importante para todos, lo sé, y hemos trabajado un huevo para que esto termine bien.
Tic, tac, tic, tac, no falta mucho y el corazón me late a toda leche. Lo noto perfectamente y me doy cuenta que, de vez en cuando, tengo que coger y soltar un montón de aire para sentirme mejor. Necesito hablar con alguien, pero como he sido el primero en llegar, la visión del vestuario vacÃo tampoco me ayuda. Voy a repasar lo que tengo que hacer, voy a vendarme, no puedo estar quieto. Tengo que hacer algo para canalizar mi adrenalina.
Tic, tac, tic, tac, el resto va llegando y me alegro de verles. Estoy más a gusto con ellos, un comentario aquà y otro allá sirve para relajarnos. ¡Ostras! Se me ha olvidado ….. ¡ah no, está aquÃ! ¡Menos mal! Cada uno a su rollo, nos vamos preparando siguiendo el mismo ritual de siempre, cada uno con sus manÃas, costumbres y supersticiones.
Tic, tac, tic, tac, está a punto de empezar. Ya casi no pienso, sólo tengo que hacer esto, eso, …. también aquello, que no se me olvide ¿eh? ¿Qué habÃa que hacer cuando …..? ¡Joder cuántas dudas! ¡Fuera dudas, a lo hecho pecho y con un par!
Tic, tac, tic, tac, ¡Ya! Ha empezado y como no hay vuelta atrás, necesito entrar en faena lo antes posible, necesito aliarme con el tiempo. Todo va bien y el reloj sigue lento de cojones. Tic, tac, tic, tac, Ahora no pinta bien y el jodido reloj va a toda máquina. Vuelvo a notar los latidos, ahora en las sienes.
Tic, tac, tic, tac, tenemos que darle la vuelta a esto. Este balón es importante, este pase fundamental, me ayudo del compañero para apretar en esta defensa, ese es un bloqueo para que tires más cómodo, nos hace falta robar un balón para estar más tranquilos, y un rebote. Estoy a 190 pulsaciones, tengo la boca seca y pocas reservas. Sin embargo, tampoco ahora hay lugar para la duda, tengo que vaciarme para que, pase lo que pase, no me quede la sensación de poder haber hecho algo más. Ya no es posible priorizar esfuerzos.
Tic, tac, tic, tac, esto se acaba, un último esfuerzo sin perder la concentración, que no es un buen momento para cometer errores. Estoy cansado, machacado, todo me duele pero no me importa. No distingo el ruido ensordecedor que me llega de las gradas, ni reconozco las voces del entorno, tampoco recuerdo los últimos consejos ni los últimos detalles importantes del último tiempo muerto. Voy a mil. Por momentos estoy perdiendo la noción del tiempo y tengo la vista un poco nublada. Tampoco soy capaz de valorar mi esfuerzo hasta que el resultado me lo diga.
Tic, tac, tic. Se acabó, TAC!, el partido.