“Está siendo un año excepcional”, dice Alberto. “Sin ser excepcional un año malo, sin más”, responde Juan. “Es cuestión de suerte, la temporada ha venido asà y ya está”, concluye Mikel.
Dentro de la tienda Dom, la tienda comedor-sala de estar, la meteorologÃa se ha convertido en el principal tema de conversación tras el desayuno –panecillos de harina con mantequilla y mermelada, y té o café con leche en polvo-. Todas las previsiones desde hace cuatro dÃas señalaban una notable mejorÃa del tiempo para el dÃa de hoy, que la marcaban como el dÃa más óptimo para la escalada: escasa probabilidad de precipitaciones y poquÃsimo viento, una media para el dÃa de 14 km/h a 6.600 metros y de 25 km/h a 8.500 metros. SerÃan datos muy buenos para escalar el Pilar Oeste.
Pero, ¡nada de nada! La noche pasada ha sido la más ventosa de todas, y al transcurrir de la mañana la cosa no cambia. Eso a 5.300 metros. No queremos ni pensar cual será la situación a 6.500 metros, en donde está el C-I, y ni que decir en las repisas que se encuentran a 7.350 metros y 7.800 metros, los ansiados C-II y C-III, en las zonas más verticales del pilar. “¡Ambiente, ambiente! ¡Inmejorable para volar!â€, salta Mikel con ganas de bromear. Sigue leyendo