Escuchó nÃtidamente la voz de su ser querido, muerto unos dÃas antes. Comprendió que ese fenómeno podrÃa repetirse a menudo y no le gustó. Entonces decidió, no sin cierta pena, deshacerse de ese loro.
Roberto Moso
Escuchó nÃtidamente la voz de su ser querido, muerto unos dÃas antes. Comprendió que ese fenómeno podrÃa repetirse a menudo y no le gustó. Entonces decidió, no sin cierta pena, deshacerse de ese loro.
Roberto Moso