Archivo por meses: febrero 2011

Un poco de todo, como en botica

FOTO.Todos los mundosEs interesante picotear en el amplio mundo de la literatura, desde  la novela al relato, del ensayo íntimo al cómic, del presente al pasado, de una ficción que huele a realidad a  la fantasía más desbocada. Por eso en Pompas de Papel recibimos al dibujante y guionista valenciano Paco Roca, el autor de la famosa Arrugas, Premio Nacional del Cómic. Con él hablamos de su nuevo trabajo El invierno del dibujante donde repasa la historia de la rebelión, a finales de los cincuenta, de un grupo de dibujantes de tebeos contra la poderosa editorial Bruguera. Por eso también comentamos dos libros de interés: la novela del ruso Iván Goncharov El mal del ímpetu, una pequeña joya de la narrativa rusa del siglo XIX; y Antes de las jirafas el nuevo libro de relatos del madrileño Matías Candeira, donde vuelve a demostrar que posee un mundo imaginario sin igual. Y por eso hablamos de otras novedades firmadas, entre otros, por el holandés Willem Frederik Hermans, el francés Tristán García, el catalano-iraquí Pius Alibek, el inglés R.J. Ellory y los hermanos israelíes Gali y Gilad Seliktar. Pasen, escuchen y lean.

El Agujero Negro. Realicción

Fue muy curioso lo de aquella serie. Llegó un momento en que cenaba más veces con mi mujer en la ficción que con la real… de hecho hablaba más con la de ficción que con la real… La gente me preguntaba por mi mujer y se refería a la de ficción. Fíjate que hasta llegué a acostarme más veces con mi mujer en la ficción que en la realidad…

Bueno, quiero decir que con la de ficción me acostaba más que con la real aunque eso… ¿Era realidad o ficción?… ¡Dios, qué lio!

Roberto Moso

La maestría decimonónica del ruso Iván Goncharov

Comparado con gigantes de la talla de Pushkin, Gógol, Tosltói, Dostoyevski, Turgéniev y Chéjov –los grandes maestros de la literatura rusa del siglo XIX-, la figura de Iván Goncharov (1812-1891) podría pasar desapercibida. Craso error. Porque Goncharov es el autor de una de las novelas rusas más importantes de todos los tiempos, Oblómov. En ella por primera vez se retrataban los dos arquetipos del alma rusa: la del hombre decadente, perezoso, aristócrata y mediocre que no quiere que se produzca ningún cambio porque la vida le ha tratado bien, y la del hombre equilibrado, renovador y partidario de la acción que ama el progreso y los cambios “a la occidental”. Además de esta novela Goncharov escribió una obra ingente que incluye narrativa, poesía, ensayo, crítica literaria y teatral y multitud de LIBRO.El mal del impetucrónicas de todo tipo, desde la costumbrista a la social, pasando por la cultural y la política. Una obra que está recogida en nueve tomos. Fue funcionario del estado y llegó a ocupar el cargo de Director General de Ediciones e Imprenta y Censor General, como suena.

Entre las obras de Goncharov destacaron los cuentos y las novelas breves, muchas de ellas de contenido satírico. El mal del ímpetu (Minúscula) es una de ellas. El narrador, Fílip Klímovich, nos cuenta su extraña relación con la familia Zúrov que vive en San Petersburgo. Durante el invierno se comportan como una familia acomodada y culta más, que vive encerrada en su casa y que abre sus salones a todo tipo de tertulias, en las que se habla de lo humano y lo divino, se realizan lecturas y se escucha música. Pero cuando llega el buen tiempo, los Zúrov se ven abducidos por el mal de la vitalidad extrema. Llega un momento en el que no pueden parar en casa, que tienen que realizar todo tipo de excursiones extenuantes en las que se olvidan hasta de comer. El objetivo es andar y andar, recorrer caminos y sacarle el jugo a la vida y la naturaleza. El bueno de Klímovich se ve arrastrado por esta espiral suicida, a pesar de que su amigo Nikon Ustímovch Tiazhlenko, perezoso terrateniente ucraniano que raras veces sale de su cama, le alertó de los peligros de esta relación.

La novela es tremendamente divertida, con capítulos desternillantes y unos brillantes retratos de personajes sutilmente caricaturescos: el padre Alexei, que siempre tiene en la boca un cigarro; la madre María, volcada en su habitual costura; los niños sin nombre de todas las edades, que pululan por todas partes; las bellas Fiokla y Zinaida, tímida la primera, impulsiva la segunda, que forman parte del paisaje… Todos dejan su ropaje de seres civilizados cuando llega la primavera para transformarse en unos salvajes de tomo y lomo. La historia no ha perdido ni un ápice de frescura y curiosamente resulta muy moderna por la forma de enfocar un asunto que está a debate en estos momentos en nuestra sociedad: los excesos a los que puede llevar una mal entendida actividad desenfrenada en contacto con la naturaleza. Esta novela breve de Goncharov puede servir para abrir boca, para interesarnos por la obra de un maestro prácticamente desconocido de la literatura rusas decimonónica.

Enrique Martín

Las últimas novedades de febrero de 2011

RESEÑA.No dormir nunca masWILLEM FREDERIK HERMANS

No dormir nunca más (TUSQUETS) 374 páginas

Hace un año nos hacíamos eco de la aparición en esta misma editorial de El cuarto oscuro de Damocles de Willem Frederik Hermans (1921-1995), uno de los grandes escritores holandeses del siglo XX. Era una novela de intriga que transcurría durante la ocupación nazi de la II Guerra Mundial y estaba protagonizada por un estanquero que vivía al margen de todo sin comprometerse. Hasta que el compromiso “llamaba” a su puerta. Ahora se publica otra de las obras mayores de este autor, No dormir nunca más, publicada originalmente en holandés en 1966. Cuenta la historia de un joven geólogo que parte hacia el norte, hacia Noruega, para intentar demostrar una tesis descabellada, que los cráteres de la región son producto de una lluvia de meteoritos y no de los glaciares, teoría con la que espera conseguir fama y reconocimiento. Poco preparado para la aventura, comenzará a sufrir de insomnio y a dudar de todos sus compañeros de expedición. Adictiva.

TRISTAN GARCÍARESEÑA.La mejor parte de los hombres

La mejor parte de los hombres (ANAGRAMA) 295 páginas

Esta novela descubrió al público francés hace dos años a un joven y talentoso escritor, Tristan García (Toulouse, 1981). La crítica se sintió subyugada por su estilo directo, por su magníficos retratos de ambiente y por su apasionante capacidad analítica y discursiva. Y es que García, sin haberlo conocido, retrata como pocos el ambiente gay parisino de los años ochenta y noventa. Su historia, narrada en primera persona por una periodista nos habla de la mistad entre Willie, Doumé y Leibowitz. El primero fue el rey de la noche gay de la capital francesa; el segundo, su amante, fue el fundador del primer movimiento de liberación homosexual francés; y el tercero es un joven filósofo que comienza en la izquierda radical y acaba en un ministerio. Y entonces entra el SIDA y cambia las alianzas y las perspectivas. Un gran fresco social que nos habla del fin de las utopías, de la conversión de la  izquierda al capitalismo y de la crisis del movimiento gay. Notable.

PIUS ALIBEKRESEÑA.Raíces nómadas

Raíces nómadas (DESTINO) 396 páginas

Historia peculiar la de este escrito. Pius Alibek nació en el Kurdistán iraquí en 1955 y se licenció en filología inglesa en Bagdad. En 1981 se trasladó a Barcelona para completar sus estudios y al estallar la guerra entre Irak e Irán decidió quedarse a vivir en Cataluña. Se convirtió en 2003 en un estandarte de las luchas ciudadanas contra la intervención en Irak. Es un apasionado de la cocina, lo que le ha llevado a abrir un restaurante. Es, por tanto, cocinero, escritor, investigador y traductor. Y la última característica que le hace diferente es que escribe en catalán. Raices nómadas es una novela autobiográfica que nos lleva a descubrir un Irak que ya no existe. El protagonista nace en el norte en tierra kurda, dentro de una comunidad aramea y cristiana. Su familia se trasladará al sur, a Basora, donde vivirá en libertad. Posteriormente se instalará en Bagdad para estudiar ya en un ambiente opresivo, un ambiente que se hará mas cruel en el ejército, sobre todo cuando estalle la guerra con Irán. Al final llegará el abandono de la tierra y el exilio. Una peripecia vital transformada en vibrante novela.

R.J. ELLORYRESEÑA.Solo el silencio

Sólo el silencio (RBA) 489 páginas

El inglés R.J. Ellory (Birminghan, 1965) ha publicado ocho novelas negras, desde que debutara en 2003. Algunas de sus obras han sido calificadas como “las más relevantes” dentro de la novela criminal escrita en el Reino Unido en la última década. Se publica ahora en castellano Sólo el silencio, un exitazo que ha sido traducido a veinte idiomas. Ellory define su libro como un “thriller a cámara lenta”, una historia poética que habla de las emociones humanas. Como en otras novelas de su autor, ésta también está ambientada en los Estados Unidos, concretamente en el sur, en Georgia, donde un asesino en serie ha secuestrado, matado y mutilado a una decena de niñas. Un grupo de niños crea una patrulla de protección, Los Vigilantes, y descubre a un hombre en posesión de objetos de las víctimas. El hombre es detenido y encarcelado. Pero cincuenta años después un asesino comienza a actuar en el mismo lugar y con los mismos métodos. Apasionante.

RESEÑA.Azul serenidadLUIS MATEO DÍEZ

Azul serenidad (ALFAGUARA) 130 páginas

El leonés Luis Mateo Díez (Villablino, 1942) es uno de los grandes prosistas en lengua castellana de la actualidad. En su haber tiene magníficas y premiadas novelas como Las Estaciones provinciales, La Fuente de la Edad -Premio Nacional de Literatura-, Las horas completas, El paraíso de los mortales, La ruina del cielo –también Premio Nacional- y La gloria de los niños. Ha cultivado también el relato y es miembro de la Academia de la Lengua. En Azul serenidad, subtitulada ó la muerte de los seres queridos, reflexiona sobre el impacto de la muerte entre los vivos a raíz del fallecimiento, en un breve espacio de tiempo, de su sobrina Sonia y de su cuñada Charo. Es un libro escrito no para abundar en el dolor, sino para apuntalar el consuelo. Un libro en el que el inventor de historias y muertes ficticias, se encuentra de sopetón con la realidad, y en la que se extrae de la nada unas vidas desaparecidas que tanto nos marcaron. Un libro íntimo y profundamente conmovedor.

GALI Y GILAD SELIKTARRESEÑA.Granja 54

Granja 54 (ASTIBERRI) 120 páginas

Hasta ahora Rutu Modan era la única referencia que teníamos de la historieta israelí. Ahora llegan los hermanos Galit y Gilad Seliktar. Sus estilos son muy diferentes, más realista el del primero, más sugerente el de los segundos. Los hermanos Seliktar nos cuentan la historia de Noga, una joven israelí nacida al principio de los años setenta, que vive en una granja no muy lejos de Jerusalén. Su vida se nos representa a través de tres instantes, en la niñez, la adolescencia y la madurez. Una vida en el campo marcada por la sombra de la violencia y la guerra, narrada muy sobriamente, a base de sugerencias y lentitudes, en un bitono extraño, repleto de un color rosa amarronado, y en páginas de tres viñetas apaisadas que asemejan una pantalla de cinemascope. Amor, sexualidad, calor, muerte y vida.

Paco Roca sigue instalado en la excelencia creativa

FOTO.Paco RocaEl guionista y dibujante de cómic Paco Roca (Valencia, 1969) ha publicado en la editorial Astiberri El invierno del dibujante. Roca es el autor de ese portento creativo que es el álbum Arrugas, galardonado con el Premio Nacional del Cómic. En su nuevo trabajo investiga la salida de los autores estrella de la editorial Bruguera para fundar, en los tiempos duros del franquismo a finales de los cincuenta, una revista que les hiciera más libres, propietarios de sus personajes y sus ideas, para fundar Tío Vivo. En aquella época ser “historietista” era un oficio. No eran artistas, eran obreros de la viñeta. Cobraban a tanto por página, trabajaban a destajo. Renunciaban a sus originales y a sus derechos de autor a cambio del dinero cobrado. Pero los creadores de personajes como Carioco, el reporter Tribulete, Carpanta, o don PíoCarlos Conti, Guillermo Cifré, Josep Escobar, Eugenio Giner y José Peñarroya-, se rebelaron. Roca cuenta la historia de esa rebelión, la historia de los que se quedaron también, la respuesta salvaje de la poderosa Bruguera y el regreso, de nuevo derrotados -muchos habían perdido la Guerra Civil-, a la editorial donde se formaron. Con el autor hemos charlado.

Los extraños y sugerentes mundos de Matías Candeira

Antes de las jirafas (Páginas de Espuma) es el nuevo libro del escritor madrileño Matías Candeira, que ya sorprendió con La soledad de los ventrílocuos. Podemos decir tranquilamente que se trata de una colección de relatos muy esperada por lectores y por compañeros de oficio. Por citar a uno de esos compañeros, uno muy destacado, diremos que Vargas Llosa lo saludó afirmando que este joven es víctima del vicio de escribir.LIBRO.Antes de las jirafas

Tiene Matías Candeira un pulso narrativo envidiable, y una gran capacidad para armar historias envolventes. En varios de esos relatos, consigue llevar al lector a tientas, obligándolo a aguzar los sentidos para avanzar cuando la estancia está casi a oscuras.

Allí donde nos dirigirá este autor, habrá monstruos, bestias, seres deformes y extraños; habrá selvas, suburbios, moteles y alcantarillas. Allí disfrutaremos de cuentos muy originales y divertidos, como Ese señor de ahí, que subrayan algo tan saludable como el aspecto lúdico de la escritura. Otras historias como El extraño o Manhattan Pulp resultan muy inquietantes, nos desasosiegan; y la que cierra el volumen, Fractura, nos deja, como mínimo, pensativos. La combinación de humor, ternura, plasticidad, cinismo con lo siniestro, grotesco ó cruel y con el miedo a que un día nos descubramos familiarizados con el espanto producen una reacción inconfundible que se llama literatura. Ha merecido la pena la espera; comprendemos el por qué de la expectación.

Txani Rodríguez

El concurso del 27 de febrero de 2011

¿Quieres seguir consiguiendo libros gratis? Lo tienes muy fácil. Escucha el enigma que plantea Iñaki Calvo cada semana, descubre el nombre de un autor y el de su libro, y envíanos la respuesta a nuestra dirección. La electrónica es pompas@eitb.com y la convencional es “Pompas de Papel. Radio Euskadi. Capuchinos de Basurtu 2, Bilbao-48013”. Entre todas las respuestas acertadas sortearemos lotes de libros para tres oyentes. Los ganadores de esta semana han sido Iñaki Jauregi, Begoña Olaberri y Mónica Villanueva. El acertijo era sencillo: En la carretera de Jack Kerouac. Ánimo y suerte.

El cine sepultó la estrella literaria de la radio

FOTO.Cine y librosNos hemos tomado un descanso. Ha sido obligado, por  la gala de los Goya que nos sacó de la programación habitual de Radio Euskadi. Pero Pompas de Papel vuelve con nuevos bríos (¡Cómo nos gusta esta vieja expresión!). Y lo hacemos recibiendo al escritor catalán Use Lahoz, que tras su gran éxito sorpresa de hace dos años, Los Baldrich, publica una nueva novela. Se titula La estación perdida, y cuenta la historia de amor, en condiciones muy difíciles, de dos peculiares personajes. Además comentamos otros dos libros: una colección de relatos eróticos en euskera titulada Orgasmus; y la novela Hombres del francés Laurent Mauvignier, un retrato de las atrocidades de la guerra de Argelia y de sus culpas. También tenemos tiempo para hablar de otras novedades, firmadas entre otros por el inglés Jonathan Trigell, el austríaco Alexander Lernet-Holenia, el francés Blutch  y el australiano Garry Disher. Sean bienvenidos.

El Agujero Negro. Muebles

Escuchó aquella frase: “Tiene la cabeza bien amueblada” y decidió darse un paseo por la suya. Halló muebles cómodos y agradables en la sala de la cotidianidad. Los cuartos del amor y del humor no tenían mal aspecto, aunque encontró algunos detalles mejorables. Se emocionó con el cuartito de su infancia con muebles delicados, un tanto anticuados pero muy queridos. Y finalmente, aunque no sin pensárselo mucho, abrió esa fea puerta repleta de candados. En aquel pozo oscuro y maloliente se hacinaban inquietas las horribles criaturas que tanto miedo le daban: las versiones malvadas, mezquinas y monstruosas de sí mismo, locas por salir al mundo exterior.

Roberto Moso

Las culpas de la guerra de Argelia, contadas por Laurent Mauvignier

Cuando leo novelas como Hombres (Anagrama) me acuerdo de Barton Fink, aquel personaje de la película de los hermanos Coen que buscaba el habla del hombre de la calle. Cuando lo logró en el teatro acabó estrellado ante las dificultades de llevarlo al cine. Y recuerdo a William Faulkner, que también quedaba retratado en esa película, diciéndole a Howard Hawks: “No tengo ni idea de cómo habla un faraón”, cuando el cineasta se empeñaba en que escribiera el guión de Tierra de faraones. Parece ser que Faulkner solo escribió una línea de ese guión, aunque aparece acreditado en el film. Es difícil conseguir que el LIBRO.Hombreshabla cotidiana encaje bien en el arte, en parte porque este es impostura y la naturalidad no acaba de sentarle bien. Pero Laurent Mauvignier parece empeñado en conseguirlo y a ello dedica su esfuerzo en Hombres. No es que el asunto que trata la novela sea ligero. Nada menos que la culpa general asumida por los franceses por la guerra de Argelia. Estos franceses siempre agobiados por su historia común. Antes de Argelia por Indochina, y antes por el colaboracionismo con los alemanes invasores, por Petain y Vichy y así subiendo hasta Dreyfuss y todo el siglo XIX hasta Napoleón, que ya les dejó contentos. Argelia pues, las atrocidades de aquella guerra de guerrillas, tan sucia como todas, repleta de episodios turbios, de torturas y masacres de la población civil. Aquella guerra que proyecta su sombra hasta la actualidad, en la que también los musulmanes fueron crueles y despiadados y por ello se justifican a veces los civilizados soldados. Esos soldados que hoy son viejos y atormentados y que, cuando surge el conflicto, se acuerdan de aquellos momentos y se lanzan a por el moro porque en él residen los motivos de su resentimiento, de su vida amargada, de sus sueños no cumplidos. Es un viejo conflicto, ya conocido, ya explorado, así que el autor tenía que buscar la manera de que esta novela resultara diferente. Y la encontró dando al narrador la voz del hombre de la calle, con su hablar entrecortado, con sus frases sin terminar, con sus repeticiones, con su temblor. Es un hallazgo, aunque esto ralentice la narración, la haga reiterativa, cree dudas sobre lo que se está contando, alguien diría suspense, o, al menos, consiga dilatar el esclarecimiento de las cosas. Hay que ver lo que cuesta que el narrador explique que es lo que porta un personaje cuando se abalanza hacia la homenajeada en una fiesta. Pero todo lo damos por bien empleado porque sabemos lo difícil que es contar así y el autor lo va logrando. Al menos hasta que hay que recordar los hechos del pasado y volver a Argelia. Entonces el punto de vista cambia, hay otro personaje en primer plano, el lenguaje cambia, se convierte en uno mas convencional. Y cuando vuelve el narrador a tomar el mando el estilo se ha convertido en un lenguaje no excesivamente personal. Eso sí sigue demorando el autor el descubrimiento de las revelaciones que el lector espera, como si fuera una marca de la casa. Y a pesar de que ese recurso al misterio fuera de las novelas de género resulta un tanto cargante aceptamos que Hombres es una novela bienintencionada, de asunto grave, de estilo diferente, de largo aliento y de escaso alcance. Se lee bien, se disfruta, pero el lector no puede dejar de pensar en lo que podía haber sido si el autor, muy galardonado y aplaudido por la crítica francesa, se hubiera preocupado un poco mas y hubiera conseguido ajustar sus logros con sus aspiraciones. El señor Mauvignier tiene varias novelas publicadas en Francia. Ya me gustaría confirmar las impresiones que deja esta.

Félix Linares