CHIMAMANDA NGOZI ADICHIE
La flor púrpura (RANDOM HOUSE) 297 páginas
El éxito de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie (1977) en los últimos años con novelas como Americanah o Medio sol de medianoche ha hecho que las editoriales echen un vistazo a los primeros años de la autora. Y ahí han encontrado su primera novela, La flor púrpura. Adichie, formada en los Estados Unidos, cuenta una historia de adolescencia, lazos familiares y represión. La joven Kambili vive una vida privilegiada en la ciudad de Enugu. Su familia es rica, vive en una casa deslumbrante y ella y su hermano estudian en un colegio religioso elitista. Pero en su casa deben luchar con la intransigencia de un padre que quiere que todos vivan según sus principios. Hasta que una visita a la casa de su divertida, cariñosa y atrevida tía Ifeoma romperá el dique. El comienzo de una gran escritora.
IAN CROSS
Jimmy Sullivan (AUTOMÁTICA) 233 páginas
La publicación de esta novela es todo un acontecimiento. Los críticos consideran que es una de las cumbres narrativas de la literatura neozelandesa del siglo XX. Su autor, un desconocido para nosotros Ian Cross (Masterton, 1925), la publicó en 1957. Cuenta la historia de un chico de trece años, Jimmy Sullivan, que vive en un orfanato. Hasta los once años siempre había vivido con sus padres en una casa que no era el ejemplo de verdadero hogar, pero que era su hogar. Una casa en la que casi siempre estaba solo, pues su hermana estudiaba en un internado y no sabía nada de lo que sucedía. Pero Jimmy era listo y valiente, jamás se rendía durante una pelea y era el primero de la clase. Hasta que se desató el infierno sin saber muy bien por qué y todo cambió. Habrá que leerla.
LUIS RODRÍGUEZ
Novienbre (TROPO EDITORES) 130 páginas
El escritor asturiano Ricardo Menéndez Salmón dice en el prólogo de esta novela autobiográfica que “respira estilo” y que su autor, el cántabro Luis Rodríguez (Cosío, 1958) afincado en Castellón, es autor de dos novelas que se pueden definir como “obras maestras”, La soledad del cometa y La herida se mueve. Abruma tanto elogio. La novela está basada en recuerdos de la vida de su autor. El primero se remonta a cuando el escritor tenía dos o tres años e intentaba mamar de la teta de su madre. El caso es que el protagonista acaba… (lo siento no puedo decirlo, spoiler) y eso no puede ser autobiográfico. En todo caso estamos ante la historia de un hombre corriente que nació en un pueblo del norte de España y que se trasladó a la gran ciudad para estudiar una carrera. Sorprendente.
PIERRE LEMAITRE
Rosy & John (ALFAGUARA) 158 páginas
Esta es la segunda entrega de las aventuras del comandante Camille Verhoven que se iniciaron con Alex y concluirán con Camille, y que tanta fama han dado en Francia a Pierre Lemaitre (París, 1951). El autor ha publicado otras dos novelas negras Vestido de novia y Ejecutivos negros, y una novela ambientada en el final de la I Guerra Mundial, Nos vemos allá arriba, que ganó el Premio Goncourt 2013, una obra maestra. Cuenta la historia de un tipo al que la vida ha golpeado con dureza: ha perdido el trabajo tras la muerte misteriosa de su jefe; ha perdido a su novia en un extraño accidente; y su madre ha sido encarcelada sorprendentemente. Decide vengarse haciendo estallar siete obuses. Exige la liberación de su madre para detener la carnicería. El comisario Verhoven duda. Eléctrica.
EDMUND DE WAAL
El oro blanco (SEIX BARRAL) 523 páginas
Esta investigación histórica lleva como subtítulo Historia de una obsesión y cuenta cómo fue la lucha para conseguir la receta de “el oro blanco”, es decir la porcelana. Su autor es el ceramista británico Edmund de Waal (Notingham, 1964) que ya había publicado otro libro que entusiasmó a la crítica y al público, La liebre con ojos de ámbar, una historia fascinante de su peculiar familia, repleta de banqueros, aristócratas y artistas que se codeaban con Proust, Renoir, Strauss, Rilke, los Rotschild y la reina de Inglaterra. El oro blanco es una excusa para viajar por China, para tener por compañeros a un Médici, un monje jesuita o un cuáquero del siglo XVIII. Un libro sobre la alquimia y el misterio, sobre la porcelana.
Hay cosas que debemos desaprender
“Okonkwo era muy conocido en las nueve aldeas e incluso más allá. Su fama se apoyaba en sólidos triunfos personales. Cuando tenía dieciocho años había honrado a su aldea derribando a Amalinze el Gato. Amalinze fue el gran luchador que se mantuvo siete años invicto, desde Umuofia hasta Mbaino. Le llamaban el Gato porque nunca tocaba el suelo con la espalda. Okonkwo había derribado precisamente a aquel hombre en un combate que el viejo reconocía había sido uno de los más fieros desde que el fundador de su poblado había luchado con un espíritu del bosque durante siete días y siete noches.
