Archivo por meses: marzo 2016

Bodeguilla de primavera en Pompas

FOTO Bodeguilla Pompas de Papel se preparó a fondo para pasar con garantías la Semana Santa. Y lo hizo con una “bodeguilla“, una de sus tertulias alocadas. Hablamos en ella de los libros publicados en los últimos meses que más nos han gustado y de algunos que no hemos leído, pero que tienen buena pinta. Se trataba de hacer una buena lista para disfrutar mejor del tiempo de ocio. Roberto Moso, Goizalde Landabaso, Iñaki Calvo, Iñigo Lejarza, Txani Rodríguez, Félix Linares y Enrique Martín hablaron de lo humano y lo divino, entre un buen montón de títulos. Y después de la tertulia hubo cenita: bodeguilla de manera literal. No faltaron las famosas setas con langostinos.

Sábados a las cuatro de la tarde y domingos a las doce de la noche, Pompas de Papel, el club de los libros de Radio Euskadi. Pincha y disfruta.

El tocho. El Oblómov ocioso y perezoso de Goncharov

LIBRO OblómovUna mañana, Ilia Ilich Oblómov se hallaba acostado en su cama, en su piso de la calle Gorojovaia, en cuya casa vivían casi tantas personas como en una pequeña ciudad de provincias. Era un hombre de treinta y dos a treinta y tres años, de estatura corriente y agradable apariencia; sus ojos, de un gris oscuro, vagaban ociosamente de las paredes al techo en un vago ensueño que indicaba que nada le turbaba ni inquietaba. Su actitud y los pliegues de su bata expresaban la misma beatitud que su rostro.

Así comienza Oblomov, la novela más conocida del escritor ruso Iván Goncharov. Cuando esta obra se publica en 1859, el tema del “hombre superfluo”, del individuo ocioso que no hace nada útil con su vida, ya había sido tratado en varias ocasiones, por Pushkin, y en especial por Turgueniev, quien acuñó el término en su relato Diario de un hombre superfluo. Pero es el escritor que hoy evocamos, Goncharov, quien consiguió un verdadero símbolo de la abulia rusa con este personaje: Oblómov. Tan popular llegó a hacerse, que el “oblomovismo” se convirtió en objeto de conversación, y el crítico Dobroliúvov escribió un célebre ensayo sobre el tema.

Goncharov trabajó toda su vida como funcionario, al igual que varios de sus personajes y llegó a desempeñar el cargo de censor-jefe durante más de una década. No era partidario, por tanto, de escribir una obra crítica (el suyo era supuestamente un arte “puro”), y sin embargo con esta novela consigue poner el foco, sin pretenderlo, en el síntoma más grave de la enfermedad social de su país: la completa inercia de la clase dirigente, una aristocracia terrateniente amparada por una estructura feudal que consagraba la esclavitud de millones de campesinos.

El ejemplo es Oblómov, hacendado absentista tanto de su lejana aldea donde posee trescientos siervos, como del ministerio petersburgués donde supuestamente trabaja. El autor describe con suave humorismo y cierta ternura las costumbres de este personaje, bueno pero en extremo indolente, a quien no atraen lo suficiente ninguno de los reclamos del mundo exterior. Servido de forma negligente por su fiel Zajar, pasa el tiempo en su habitación polvorienta, donde recibe a las visitas echado en el diván. Ha de transcurrir un tercio de la novela para que se decida a salir de casa literalmente empujado por su amigo, el alemán Stoltz. Enérgico y activo, Stoltz es el contratipo de Oblómov. Gracias a él, Oblómov conoce a Olga Ilinski, de la que se enamora, y esto parece sacarle de su pereza habitual, pero las complicaciones del matrimonio resultan insuperables para alguien tan pusilánime como Oblómov. El irónico y melancólico final de la novela es digno de este apático personaje, y merece la pena que lo descubran ustedes mismos.

Las descripciones del autor son magníficas y su cuadro de la vida rusa sumamente revelador. Goncharov presenta una escritura libre de todo juicio de valor, mostrándose coherente con su aspiración a un arte puro, y sin embargo, consigue que su protagonista resulte simpático, incluso entrañable. De hecho, pocos clásicos rusos son recordados de forma tan grata, como este, que encontrarán en Alba editorial: Oblómov, de Iván Goncharov.

Javier Aspiazu

Jorge Fernández Díaz, la buena novela negra argentina

Poco antes de ponerse de moda la novela negra nórdica hubo un tiempo que parecía indicar que ese estrellato dentro del género iba a corresponder a la novela criminal latinoamericana, de manera muy especial a los relatos argentinos. Pero luego apareció Henning Mankell y la cosa derivó hacia otras latitudes. Bueno, eso que nos hemos perdido, entre otras cosas porque aunque esos países situados por debajo del Río Grande comparten muchas cosas también tienen una gran variedad de motivos diferentes por los que se mata, se extorsiona, se chantajea y se hace lo que habitualmente aparece en el género. Pasado el tiempo parece que la situación va corrigiéndose, poco a poco porque la moda pesa mucho y los suecos tiran todavía a pesar de la desaparición de sus principales figuras. Valga todo esto para decirles que Jorge Fernández Díaz no es el ministro español sino un escritor argentino que tiene una serie de títulos emparentados con el género negro, el primero de los cuales que conozco es El puñal.LIBRO El puñal

Bien, ha pasado el tiempo desde la dictadura, de la Guerra de las Malvinas, menos desde el corralito de principios de siglo, pero todos estos hechos están en la memoria de los argentinos y de Jorge. Y aquí ha hecho una mezcla donde se juntan estos temas y muchos mas, a través de la figura de un sicario de la policía, perteneciente a uno de esos grupos secretos, que al contrario de los que suelen aparecer en las novelas y películas estadounidenses, no están ahí para salvar al mundo lejos de la mirada de los medios, sino justamente para permitir que el poder se perpetúe en las manos que lo tienen. Así nos encontramos con unos tipos que no tienen ningún control sobre sus acciones y se dedican a más cosas ilegales que lícitas, aunque las apariencias parecen situarles entre los buenos. Bien, ahí aparece una mujer, una empresaria, abogada, alguien con poder, con intereses. Nuestro protagonista tiene que pegarse a ella, protegerla, cubrirle las espaldas y hacer cuando ella quiera. Resulta obvio que habrá una pasión amorosa por medio, como también es evidente que esa mujer no ha ido a Argentina a comprar vino.

Las andanzas de estos personajes están magníficamente contadas, ellos son retratados con gran precisión, cada página contiene información, acción, asuntos relevantes. Sorprende la velocidad a la que se desarrollan las acciones secundarias que el protagonista va abordando mientras que el autor se toma su tiempo para definir la trama principal. Todo muy equilibrado, todo muy interesante. Pero llega un momento en que la cosa se tuerce. Quizá el autor se cansa, quizá no tiene nada más que contar o lo tiene pero prefiere dejarlo para el final, y durante un buen puñado de páginas la narración se pierde. Solamente al final, a partir del momento en que las cosas parecen llevar al protagonista a un callejón sin salida la novela vuelve a remontar, lo hace bien, quizá no con tanta intensidad como al comienzo, pero con el suficiente empuje como para que consideremos que el viaje ha merecido la pena. Eso sí, con cien páginas menos El puñal sería una obra maestra, de esta manera se queda en una aceptable muestra de la novela negra en el cono sur, esa que tanto echábamos en falta, esa que, quizá, ha vuelto. Y las cosas que hay para contar ahora son tan apasionantes como las que nos hemos perdido a lo largo de los años en los que hemos estado viajando bajo el sol de medianoche. Bienvenido pues Jorge Fernández Díaz. Que te veamos más por aquí.

Félix Linares

Víctor del Árbol, una novela negra para conquistar el Nadal

FOTO Víctor del ÁrbolEl escritor catalán Víctor del Árbol (Barcelona, 1968) acaba de publicar en la editorial Destino la novela La víspera de casi todo. Con este libro ha ganado el Premio Nadal 2016. Víctor del Árbol cursó estudios de Historia en la Universitat de Barcelona y fue mosso de escuadra desde 1992 hasta 2012. Pero la vocación de escritor acabó imponiéndose y le llevó a publicar novelas criminales con un toque de melodrama de gran éxito. Por ejemplo en 2011 publicó La tristeza del samurái (Editorial Alrevés), que fue un éxito estatal e internacional. Traducida a una decena de idiomas y best seller en Francia, cuenta con el reconocimiento de la crítica y de numerosos premios. Entre ellos, Le Prix du Polar Européen 2012 a la mejor novela negra europea que otorga la prestigiosa publicación francesa Le Point en Lyon. En 2013 publica su novela Respirar por la herida y en mayo de 2014 Un millón de gotas, Gran Prix de Littèrature Policière 2015 también en Francia. En La víspera de casi todo cuenta la historia de Germinal Ibarra un policía desencantado al que persiguen los rumores y su propia conciencia. Hace tres años que decidió arrastrar su melancolía hasta una comisaría de A Coruña, donde pidió el traslado después de que la resolución del sonado caso del asesinato de la pequeña Amanda lo convirtiera en el héroe que él nunca quiso ni sintió ser. Pero el refugio y anonimato que Germinal creía haber conseguido queda truncado cuando una noche lo reclama una mujer ingresada en el hospital con contusiones que muestran una gran violencia. Una misteriosa mujer llamada Paola que intenta huir de sus propios fantasmas ha aparecido hace tres meses en el lugar más recóndito de la costa gallega. Allí se instala como huésped en casa de Dolores, de alma sensible y torturada, que acaba acogiéndola sin demasiadas preguntas y la introduce en el círculo que alivia su soledad. Dos barcos en rumbo de colisión que irán avanzando sin escapatoria posible. Con el autor hemos charlado. Pincha y escucha la conversación.

El poema. Alejandra Pizarnik, argentina

FOTO Alejandra PizarnikAfuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.

Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.

Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.

Este poema se titula La jaula y lo escribió Alejandra Pizarnik, una escritora argentina, una de las más importantes del siglo XX. Nació en la ciudad de Avellaneda en 1936 y se suicidó en Buenos Aires. Fue una escritora que nunca lo tuvo fácil. Vivió una infancia complicada que le minó la autoestima. Algo que probablemente llevó siempre consigo. Se interesó por todo lo que caía en sus manos: literatura, filosofía, pintura, psicoanálisis… Todo le interesaba. Lectora empedernida, le encantaban poetas franceses como Mallarmé ó Rimbaud.

Su primer libro lo publicó en 1955, La tierra más lejana. Un año después publicaría La última inocencia. En los 60 se fue a vivir a París. Allí trabajó en la revista Cuadernos, en varias editoriales, tradujo poesía al castellano… Es allí donde conoció a Julio Cortazar, Rosa Chacel y Octavio Paz. Dicen que fueron amigos, eso lo tendrán que decir ellos, aunque todos han fallecido. A su regreso a Buenos Aires siguió escribiendo y publicó probablemente sus mejores poemarios, como Los trabajos y las noches o El infierno musical. Recibió dos becas importantes, Guggenheim y Fullbright, que hicieron que pudiera vivir un tiempo en New York. A los 36 años, en cuadro de depresión, se suicidó ingiriendo una cantidad muy elevada de barbitúricos.

Goizalde Landabaso

El Comictario. Cuando Gavrilo Princip mató al Archiduque

A punto de cumplirse 102 años del estallido de la Primera Guerra Mundial, una de las cosas que siguen llamando poderosamente la atención es su origen: el asesinato del heredero del trono austrohúngaro, el Archiduque Francisco Fernando y su mujer en Sarajevo, el 28 de junio de 1914. El magnicidio lo cometió un joven bosnio de 19 años, protagonista del cómic que hoy nos ocupa, Gavrilo Princip. El hombre que cambió el siglo, obra del danés Henrik Rehr. Se trata de una brillante y documentada novela gráfica que repasa la vida de Gavrilo Princip desde su nacimiento en una miserable aldea bosnia hasta su muerte en la cárcel a los 23 años, víctima de la tuberculosis.

Gavrilo Princip es un joven de constitución débil y salud precaria pero gran fuerza de voluntad. Estudia en Sarajevo, lee a los principaleCOMIC Gavrilo Princips ideólogos anarquistas y entra en contacto con grupos de patriotas serbios. La anexión de Bosnia-Herzegovina en 1908 por parte de Austria exacerba los ánimos independentistas y da lugar a la creación de organizaciones como la famosa Mano Negra, impulsada por una Serbia que sueña ya con la Gran Yugoslavia y que lleva a cabo atentados terroristas contra intereses austríacos. En un clima de cada vez mayor inestabilidad Gavrilo se traslada a Belgrado, la capital serbia, y allí es reclutado por la Mano Negra, que le incluye en el grupo de activistas que tiene como misión asesinar al heredero de la corona austrohúngara durante su visita a Sarajevo.

Gracias a la maestría en el relato y a los dibujos de Henrik Rehr, nos sumergimos en los preparativos del atentado y en el miedo y la tensión que atenaza a sus autores. Tras un primer intento fallido, y de forma casi casual, Gavrilo Princip, pistola en mano y con sólo dos disparos, acaba con la vida del Archiduque y su esposa y cumple así su gran ideal patriótico, aunque lo cierto es que tanto él como sus compañeros fueron solo marionetas en manos de oscuros intereses políticos. Apenas un mes después del magnicidio, Austria-Hungría declara la guerra a Serbia y se pone en marcha el juego de las alianzas, con Rusia, Francia y Reino Unido por un lado, y Alemania e Italia por otro, lo que eleva el conflicto a la categoría de “mundial“.

Publicado en castellano por la editorial Ponent Mon, Gavrilo Princip. El hombre que cambió el siglo es, no solo un gran cómic, sino también una apasionante lección de historia que nos ayuda a entender mejor la Europa de hoy en día. No os lo perdáis.

Iñaki Calvo

La segunda entrega de novedades de marzo de 2016

LIBRO Cuatro esquinasMARIO VARGAS LLOSA

Cinco esquinas                                     (ALFAGUARA)     314 páginas

Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936), el autor de libros tan grandes como La ciudad y los perros, Conversación en la Catedral, Pantaleón y las visitadoras, La tía Julia y el escribidor ó La Fiesta del Chivo, ha vuelto a escribir una novela sobre su Perú natal. Hacía diez años que no lo hacía desde Travesuras de la niña mala. En esta ocasión nos traslada a la Lima de los últimos meses de la dictadura de Fujimori y su secuaz Montesinos. La novela arranca con dos mujeres que tienen que protegerse del toque de queda en casa de una de ellas y acaban viviendo una aventura erótica. La cosa se complica con el asesinato del director de un periódico y con la reconversión de un medio de comunicación amarillo en un martillo de denuncia política. Un thriller transformado en retrato de una sociedad.

COLIN BARRETTLIBRO Glanbeigh

Glanbeigh                                               (SAJALÍN)     232 páginas

Este libro de relatos ha dado a conocer en todo el mundo anglosajón al irlandés, canadiense de nacimiento, Colin Barrett (1982). Publicado en 2013 le valió el año ganar el National Book Award para menores de treinta y cinco años. Se publica ahora en castellano y dentro de poco lo hará en francés y en alemán. Los siete cuentos del volumen transcurren en la ciudad imaginaria de Glanbeigh, en el condado de Mayo. Allí viven jóvenes de futuro incierto que malviven de empleos precarios (portero de discoteca, gasolinero, bedel), como matones ó pequeños traficantes, y que viven atrapados por una espiral de alcohol, sexo y violencia. Barrett escribe sobre ellos “con afecto, sin condescendencia, viendo sus vidas”, como dice en el prólogo Kiko Amat. Estilo sólido, áspero y poético.

LIBRO Tacos altosFEDERICO JEANMAIRE

Tacos altos                                         (ANAGRAMA)     166 páginas

Esta novela trata de una iniciación, del paso a la edad adulta, del choque de las identidades culturales y de la necesidad de cerrar las heridas a pesar del deseo de venganza. Cuenta la historia de una joven china que se ha criado en Argentina y que un día vuelve a su país natal con sus abuelos. Tiempo después regresará a Argentina contratada como intérprete de unos empresarios. La acción transcurre entre Suzhou, la ciudad de sus abuelos, y Glew la localidad argentina donde su padre tenía un supermercado y una pistola, y donde una vez hubo un incendio. A decir de las críticas estamos ante una novela formidable, de uno de los mejores escritores argentinos actuales Federico Jeanmarie (Baradero, 1975), un especialista en El Quijote, al que ya se había publicado la novela Miguel.

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Enterrad a los muertos                     (SALAMANDRA)     475 páginas

El año pasado esta editorial publicó otra novela de la escritora canadiense Louise Penny (Toronto, 1958). Se titulaba Una revelación brutal y era la quinta de la serie (son ya doce novelas) protagonizada por el inspector jefe Armand Gamache de la policía de Quebec. Ahora nos llega la sexta de la saga, una de las más premiadas y que se publicó originalmente en el año 2010. Encontramos al inspector Gamache de baja, afectado por los terribles sucesos de su anterior caso. Para sosegar su mente pasa los días en la Sociedad Literaria e Histórica, investigando para un proyecto personal. Pero un día aparece asesinado en la Sociedad un aficionado a la arqueología obsesionado con la búsqueda de la tumba de Samuel de Champlain, el fundador de la ciudad de Quebec. Secretos y asesinatos.

LIBRO Seis díasRYAN GATTIS

Seis días                                           (SEIX BARRAL)     492 páginas

En abril de 1992 un jurado absolvió a los agentes del Departamento de Policía de Los Ángeles del delito de uso excesivo de la fuerza en la detención del taxista negro Rodney King el año anterior. Un videoaficionado grabó la detención en la que se veía como los policías propinaban una paliza de muerte al detenido. La absolución provocó seis días de disturbios con sesenta víctimas mortales, más de dos mil heridos, diez mil detenidos, once mil incendios y daños por valor de mil millones de dólares. La situación se aprovechó para saldar muchas deudas pendientes. Este libro, escrito como una novela, cuenta algunas historias que han sido directamente narradas por sus protagonistas al novelista, profesor universitario y activista estadounidense Ryan Gattis. Impresionante.

El concurso de Pompas de Papel del 12 de marzo de 2016

¿Quieres conseguir libros gratis? Lo tienes muy fácil. Escucha el enigma que plantea Txani Rodríguez cada semana, descubre el nombre de un autor y el de su libro, y envíanos la respuesta a nuestra dirección. La digital es pompas@eitb.eus y la postal “Pompas de Papel. Radio Euskadi. Capuchinos de Basurtu 2, Bilbao-48013”. Entre todas las respuestas acertadas sortearemos lotes de libros para tres oyentes. El libro buscado era El hermano del famoso Jack de la escritora británica Barbara Trapido. Los ganadores de los lotes de libros han sido Inmaculada Mijangos, Jagoba Zulueta y Lore Arrizabalaga. Ya podéis intentar resolver otro enigma de la temporada. Pincha y suerte.

Jon Bilbao, maestría hecha relato

Una temporada en Reno, una viaje a Nueva Zelanda y otro a la isla de Estrómboli, una estancia en San Francisco, una boda en Orduña, un río que esconde en su seno pepitas de oro. Los elementos con los que Jon Bilbao compone su última colección de relatos son, sin duda, originales. En alguna medida vienen dados por las experiencias personales de este escritor asturiano afincado en la capital vizcaína que es ya una de las voces más celebradas y respetadas de la narrativa contemporánea. Tras las novelas Shakespeare y la ballena blanca y Padres, hijos y primates hacía tiempo que esperábamos una nueva colección de relatos.

Estrómboli es un libro en el que la madurez literaria de Bilbao se advierte y se impone. En esta ocasión, los relatos no están unidos por ningún tema sino que LIBRO Estromboliel vínculo principal es la propia voz del autor, que despliega la cartografía de un universo propio. Los personajes, aunque actúen de forma inopinada a veces, siempre resultan coherentes y la ambientación y la profusión de detalles con las que este Premio Euskadi compone sus historias generan textos vívidos.

En esta ocasión como en las anteriores, nos encontramos con cuentos muy técnicos, pero esa corrección no cristaliza en frialdad ni contiene las emociones. El primer relato arranca con la siguiente frase: “Llevábamos dos semanas en Reno cuando sorprendí al motorista con las bragas metidas en la nariz de mi novia”. Se trata de una historia en la que el protagonista se mete en líos. Y no es ni mucho menos, el único cuento en el que un personaje la situación se le va de las manos o la vida se le desmorona en un instante. El relato es toda una declaración de intenciones, un buen adelanto del tono y alcance de Estrómboli.

Bilbao vuelve a demostrar, a través de unos relatos más extensos de lo que estamos acostumbrados en estas latitudes, que sabe sacar adelante sus personajes con coherencia y dotar a cada uno de ellos de una voz singular. De hecho, el manejo del punto de vista es uno de los aspectos que más me ha llamado la atención, y también la capacidad que tiene el escritor para mantener eso que se llama tensión narrativa y que no es otra cosa que las ganas de seguir leyendo, de llegar hasta el final, que inocula al lector.

Este libro, publicado por Impedimenta, es una prospección sobre la cotidianidad, sobre lo perturbador que puede resultar el día a día, sobre los momentos en los que alcanzan puntos de no retorno, sobre los deberes y obligaciones y sobre la libertad personal. Lo mejor y lo peor de la naturaleza humana se ponen de relieve en este trabajo que no es sino la confirmación de algo que ya sabíamos: que Jon Bilbao escribe muy bien.

Txani Rodríguez

El Agujero Negro. Epílogo

Había vivido ya lo suficiente. Había amado, sufrido y viajado. Había gozado, leído, procreado. Era el momento de escribir. Y lo hizo. Empleo días y noches, cigarros y cafés. Se centró en trenzar  un relato con las dosis justas de fantasía y realidad, elaboración y espontaneidad. Transcurrido un tiempo indefinido leyó con deleite lo escrito y sí. Era fantástico, ningún crítico podría resistirse a semejante historia. Así que por fin, satisfecho y exhausto. Encendió su mechero y procedió.

Roberto Moso