Lo que sé de Vera Candida (SALAMANDRA)      252 páginas
Vera Candidaz dakidana (ALBERDANIA)        238 páginas
Veronique Ovaldé (1972) se deberÃa llamar Veronique Ugarte, pero un funcionario torpe cambió el apellido de esta escritora francesa cuyos abuelos provienen de Navarra. Ovaldé, que además es editora, es una de las más destacadas escritoras de su generación. Desde el 2000 ha publicado nueve libros. Lo que sé de Vera Candida-Vera Candidaz dakidana, su cuarta novela, es su obra más conocida y la más apreciada por los lectores. En ella se narran las vidas de tres mujeres que viven en un lugar imaginario del Caribe. Son Rose Bustamante, Violette y Vera Candida –abuela, madre y nieta- que parecen seguir un guión que ha escrito con mano firme el destino: tener una hija, criarla solas y negarse a dar la identidad del padre. Hasta que Vera Candida, queda embarazada con quince años y decide dar un giro a la historia familiar, huyendo de su entorno, comenzando una relación con un periodista comprometido y un viaje apasionante. Divertida y trágica. Pura poesÃa.
La máquina de hacer españoles (ALFAGUARA)        266 páginas
Lo de Valter Hugo Mae (Suarimo, Ãngola,1971) ha sido un enamoramiento en su paÃs, Portugal. Desde que comenzara a publicar sus novelas en 2004 no ha dejado de ser considerado como el sucesor de Saramago ó Lobo Antunes. Sus libros son respetados por la crÃtica y aclamados por un amplio espectro de lectores, a lo que ayuda ser conocido como vocalista del grupo musical Governo. Ha escrito poemarios, libros infantiles ilustrados y cinco novelas, dos de ellas publicadas en España, El apocalipsis de los trabajadores y la reciente La máquina de hacer españoles, las dos últimas entregas de una tetralogÃa en la que el autor habla de la vida humana desde la infancia hasta la vejez. Este último libro cuenta la historia de Antonio Silva un hombre en plena vejez que cuando creÃa que todo habÃa acabado para él, sobre todo tras la muerte de su amada mujer, se reencuentra con una inesperada “alegrÃaâ€. Una reflexión sobre la sociedad portuguesa.
Yo también tuve una novia bisexual (DESTINO)     201 páginas
Ha vuelto el escritor de Los crÃmenes de Oxford. Guillermo MartÃnez (BahÃa Blanca, 1962) es un autor argentino apasionado por las matemáticas –es doctor en Ciencias Matemáticas– y los misterios que residió dos años en Oxford y que en los últimos tiempos nos ha dejado una tacada de libros memorables. Además de la novela anterior están Acerca de Roderer, La muerte lenta de Luciana B. y el libro de relatos Infierno Grande. En Yo también tuve una novia bisexual cuenta la peripecia de un escritor argentino que es contratado para dar clases de español en el 2001 en una universidad del viejo sur estadounidense, un lugar perdido entre el Mississippi, Alabama y Georgia. Un lugar en donde todavÃa resuenan los ecos de la lucha por los derechos civiles y en los que uno puede verse enredado en una relación inapropiada sin siquiera darse cuenta. Es lo que le sucede a nuestro protagonista que se verá abocado a una espiral inesperada. Brillante, como siempre.
Las horas solitarias (EDICIONES 98)       350 páginas
PÃo Baroja (1872-1956) escribió más de cien obras, entre novelas y ensayos. Y entre ellos publicó una serie de volúmenes en los que reflexionaba sobre su vida, sus encuentros, sus lecturas, sus viajes, sus filias y sus fobias. Las horas solitarias. Notas de un aprendiz de psicólogo se publicó en 1935 y corresponde a este tipo de libros que podrÃan tomarse, como dice el escritor y crÃtico Andrés Trapiello, como “un diario sentimentalâ€. Nos encontramos con el ser solitario, vitriólico, arisco y un poco anarquista que fue Baroja, feroz defensor de su independencia y amigo de sus amigos… hasta cierto punto. El volumen está dividido en cinco libros: vida de invierno, una excursión electoral, primavera, el verano y crepúsculos de otoño. Y se habla en él de todo: Bilbao, San Sebastián, Baztán, Madrid, los curas, los artistas, los polÃticos, el tiempo meteorológico, las clases sociales, el calor, la vida elegante, las fiestas del pueblo, los periodistas… Genio y figura.