“Franklin Fletcher soñaba con el lujo en forma de alfombras de tigre y mujeres hermosas. Desgraciadamente, las mujeres hermosas parecÃan tan escasas como inaccesibles. Las chicas de su oficina y de su pensión eran ratoniles, gatunas o zorrunas, o no habÃan leÃdo los anuncios lo suficiente. No conocÃa otras. A los treinta y cinco años se rindió y decidió que debÃa consolarse con una afición, lo que constituye una segunda opción muy deprimente.
Merodeaba por rincones extraños de la ciudad y miraba los escaparates de las tiendas de antigüedades y las almonedas, preguntándose qué demonios podÃa coleccionar. Llegó a una tienda pobre, en un callejón pobre, que solo tenÃa un objeto en su polvoriento escaparate: era un barco totalmente aparejado dentro de una botella. Como él se sentÃa de forma parecida, decidió entrar y preguntar el precio.â€
Asà comienza Fiesta en una botella, el cuento que da tÃtulo al libro de relatos del escritor y guionista John Collier, publicado por la editorial Contraseña el pasado año 2011. El autor británico, que vivió la mayor parte de su vida en los USA, escribió también novelas y poemas, pero ha pervivido sobre todo como autor de cuentos desbordantes de ingenio, imaginación e ironÃa. Asà son los quince cuentos que integran Fiesta en una botella, escogidos entre los mejores de su producción y publicados originalmente en diversas revistas norteamericanas entre 1931 y 1951. Como apreciarán en este volumen, Collier poseÃa un talento especial para impregnar de humor negro relatos de corte no solo realista sino también fantástico, cercanos incluso a la ciencia-ficción.
Si algunos, como el citado al inicio y el titulado Bastante cuerda, remiten directamente al mundo de Las mil y una noches, aderezado con el toque imprevisible y sarcástico del autor, la mayorÃa de ellos (entre los que destacarÃamos Dinero embrujado, Otra tragedia americana, Por el seguro o El aperitivo) expresan, con ironÃa corrosiva, un concepto feroz de la condición humana. Son brillantes muestras de un humor negrÃsimo que fueron apreciadas en su justo valor por Alfred Hitchkock quien adaptó varios de los relatos de Collier para su célebre programa de televisión.
Pero sin duda, el más conocido de los cuentos incluidos en Fiesta en una botella es Onagra, del que Stephen Sondheim llegó a hacer un musical. Los personajes de este relato son miembros de familias ricas arruinadas por la crisis del 29 que eligen vivir escondidas en los grandes almacenes para mantener una engañosa sensación de riqueza. Un planteamiento original e intrigante que sirve al autor para combinar fantasÃa y crÃtica social logrando asà una pieza maestra.
En 1952 Collier obtuvo el premio más importante de su carrera, el International Fantasy Award, pero fue a partir de entonces, fÃjense qué paradójico, cuando dejó de encontrar divertido escribir cuentos y se centró en la escritura de guiones para cine y televisión. En Hollywood, donde residió muchos años, fue responsable de los guiones de pelÃculas tan estimables como La gran aventura de Silvia, Soy una cámara o El señor de la guerra, pero como ustedes saben, a la larga casi nadie se acuerda de los guionistas.
Por eso, me parece todo un acierto que la zaragozana editorial Contraseña, en su exquisito catálogo, recupere a John Collier. Fiesta en una botella les maravillará por su mordacidad y brillantez, pero leyendo estos ácidos relatos pueden perder la poquita fe que les quede en la especie humana. Les dejo avisados.
Javier Aspiazu