El aforismo iluminador de Ana Urkiza

Sentencia breve y doctrinal que se propone como regla en alguna ciencia o arte. Ésta es la definición, digamos oficial, de aforismo. Si hacemos historia, tenemos que remontarnos hasta Hipócrates y, a partir de ahí, es necesario sumar nombres de grandes filósofos y escritores a la nómina, extensísima, de pensadores que trataron de iluminar cuestiones complejas con brillantes brevedades de muy distintos tonos e intenciones. Entre esos ilustres, y solo por mencionar a algunos diremos que figuran Pascal, Nietzche, Wittgenstein, Adorno, Wilde, Pessoa, Borges, Cioran, Antonio Machado, Poncela ó Gómez de la Serna.LIBRO.Atzorako geratzen dena

Y de alguna manera, este género que como vemos nos acompaña desde la antigüedad, vive ahora un singular renacimiento de la mano de redes sociales como twitter. Por supuesto, en euskera también se ha cultivado el aforismo; sin embargo, no han sido muchos los autores euskaldunes, aunque los ha habido y hay ejemplos recientes,  que han publicado textos con este tipo de sentencia como mimbre principal. Por eso, entre otras cosas, ha llamado nuestra atención Atzorako geratzen dena, un libro de aforismos de la versátil escritora ondarresa Ana Urkiza, que acaba de publicar  la editorial Alberdania.

En este trabajo, con ilustraciones realizadas por Maite Bastida, hija de la autora, Urkiza reúne cientos de anotaciones: algunas irónicas, otras, resignadas, o lúdicas, o críticas – es curiosa la revisión que realiza de numerosos lugares comunes de la expresión-  o poéticas, todas surgidas de una forma de mirar al mundo, de atenderlo. La temática es, así mismo, muy variada, comprende grandes y pequeños asuntos, aunque el pasado, que en cierto modo siempre queda, es uno de los elementos importantes del libro. “Beti aurrera begiratu behar da; inoiz, begiak atzean jarrita”, afirma Urkiza con elocuencia. Atzorako geratzen dena interpela al lector y lo invita a reflexionar; quizá, a mí al menos me sucede con estos libros,  convenga administrar la lectura, paladearla poco a poco. Y es que de alguna manera, en estos casos los lectores también tienen que “trabajar”.

Txani Rodríguez

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