Juan Pedro Aparicio, niños siniestros, amores tórridos y otros misterios

El viajero de Leicester (Salto de Página) es el título de la inquietante nueva novela del escritor castellano Juan Pedro Aparicio. Estamos ante una historia angustiosa, pegajosa, compacta, alucinada y adictiva donde el género fantástico, la literatura de fantasmas y la filosofía convergen. El planteamiento es el siguiente: un ciudadano español coincide casualmente con un compatriota en el tren de Londres a Leicester. Este le relata una historia que no podrá olvidar. En Lot, un trasunto de León, conoció a Cristina, el amor de su vida. LIBRO.El viajero de LeicesterTras pasar una tórrida noche de San Juan con ella, desaparece. Durante las horas que han pasado juntos, han tenido que huir de un tenebroso grupo de niños, asesinos y siniestros, que aseguran que el territorio de la noche les pertenece. Uno de los personajes de esta claustrofóbica trama asegura que esos niños odian a los adultos porque ellos jamás llegarán a serlo. Por todo ello, cuando al día siguiente su amada no está y su lugar en la cama lo ocupa una niña ensangrentada, el protagonista de la historia, Vidal Ocampo, teme que los niños la hayan secuestrado o asesinado. Por la ciudad, donde pasado, presente y futuro parecen mezclarse caóticamente, se pasean además los antiguos Reyes de Castilla, tartanas y conocidos de la infancia. En su relato se cruzarán el enigmático Viranda, el niño Dani, Don Millán… personajes todos bien definidos. Y como si de un personaje más se tratara, la luz. El maestro del cuento José María Merino se refiere a ella en el prólogo a este libro como “una iluminación cárdena, inclemente, que da a los lugares y a los sucesos aire de permanente alucinación”.

Hay que destacar que Aparicio rinde homenaje al nórdico Emanuel Swedenborg. De hecho, El viajero de Leicester se abre con la siguiente cita de este autor: “Sin dos soles, el uno vivo y el otro muerto, no habría creación”. Como no queremos destripar la novela, que también conlleva una buena dosis de intriga, solo diremos que la referencia es importante. Swedenborg, de hecho, reaparece al final del libro, cuando los viajeros ya se han separado, en un capítulo final que ilumina hacia atrás y que, en cierto modo, redondea, explica y, a mi entender, sobreexplica, esta trama, por lo demás, subyugante.

Txani Rodríguez

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