El comictario. Emmanuel Lepage, volver a Chernóbil

Una catástrofe de dimensiones apocalípticas. Llegan los reporteros y escriben sus crónicas que sobrecogen al mundo, los fotógrafos elevan el dramatismo con sus espeluznantes instantáneas y las cámaras de televisión dotan de sonido y movimiento a las terribles imágenes. Así se produjo, como en todas las catástrofes contemporáneas, el goteo informativo tras el peor accidente nuclear de la historia, el estallido del reactor número cuatro de la central de Chernóbil, el 26 de abril de 1986.

Con el paso de los años, han sido numerosos los reportajes y visitas al escenario de la tragedia y, sobre todo, a la zona prohibida que abarca un radio de 30 kilómetros alrededor de la central, donde viven cientos de personas que han optado por retornar a sus raíces, a pesar del riesgo de la radiación.COMIC.una primavera en chernobil A ese lugar maldito viajó, en el año 2008, el dibujante francés Emmanuel Lepage, por encargo de una asociación llamada Dessinacteurs, “dibujactores“, comprometida con causas como la lucha antinuclear. El objetivo del viaje era trasladar el horror de Chernobil a través de la sensibilidad del artista, pero el resultado, un álbum maravilloso titulado Una primavera en Chernóbil, fue mucho más allá de la meta inicial. Como reconoce el mismo Emmanuel Lepage a lo largo de la obra, él, que iba mentalizado para pintar el desastre y la muerte, se vio sorprendido por el color y la vida. De manera magistral nos recuerda lo que ocurrió y sus terribles consecuencias, nos sumerge en escenarios fantasmales, como la ciudad abandonada de Prípyat, nos lleva por carreteras aisladas y por restos de casas, coches y paradas de autobús. Pero también nos acerca la alegría y las ganas de vivir de quienes pueblan la “zona maldita“, y nos muestra a través de hermosos dibujos el renacimiento de bosques y fauna, el colorido y la fuerza de la naturaleza que se impone a las sombras de la destrucción provocada por el ser humano. Y a pesar del clarísimo mensaje antinuclear, Lepage tiene un ataque de conciencia durante su viaje a Chernóbil. Piensa que lo que está haciendo no es lo que se espera de él, pero un compañero suyo apela a la honestidad y sostiene que deben dibujar lo que ven, no lo que se espera de ellos. Declaración de principios que certifica una obra maestra.

Una primavera en Chernóbil se publicó en el año 2012 en Francia y ahora, a punto de cumplirse 29 años de la catástrofe, llega la versión en castellano a cargo del sello Spaceman Books, en una cuidada edición que merece formar parte de cualquier biblioteca que se precie. No os la perdáis.

Iñaki Calvo

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