Llamazares mira el agua y encuentra fantasmas del pasado

LIBRO Distintas formas de mirar el aguaEl leonés Julio Llamazares (Vegamián, 1955) es uno de los grandes narradores españoles de su generación. Después de escribir varios libros de poesía, debutó en la narrativa con la magnífica Luna de lobos, a la que siguieron otros libros tan notables como La lluvia amarilla, Escenas de cine mudo ó Las lágrimas de San Lorenzo.

En Distintas formas de mirar al agua, una familia se reúne a la muerte del abuelo. Lo hacen junto al pantano que anegó su hogar hace medio siglo. Allí van a depositar las cenizas de Domingo. A lo largo del relato escucharemos las sensaciones de ese momento silencioso a través de las voces interiores de todos los protagonistas. Sabremos de sus vidas y de cómo fue su relación con el fallecido y con el pueblo perdido bajo las aguas. Escucharemos a su viuda Virginia que, como su marido, nunca pudo olvidar el pueblo leonés de la montaña de la que fueron expulsados. Escucharemos las voces de sus hijos: de Teresa, la mayor, que vivió cerca de sus padres en Valladolid; de Toño que atisbó desde la lejana Barcelona a donde emigró el ocaso de sus padres; de Virginia la única que pudo estudiar una carrera; y de Agustín el hijo al que le faltaba un hervor y que se quedó con sus padres en la “laguna”, el secarral palentino al que fueron exiliados a vivir tras ser expropiadas sus tierras. Pero también escucharemos a los esposos y las esposas de estos hijos del destierro, y a los nietos que recuerdan con cariño a un abuelo retraído, pero noble, al que veían en su infancia durante los veranos, pero a los que la tragedia les ha llegado como una lejana nebulosa.

Un libro dolorosamente hermoso que recrea los escenarios que marcaron la propia vida del autor. Porque Llamazares nació en uno de esos pueblos que ahora ya no existen, que murieron bajo toneladas de agua. Y el escritor, el ciudadano, se niega a que la memoria desaparezca, a que se olvide el drama de los desarraigados, “extranjeros en todos los sitios”. Novela coral que rescata uno de los dramas del desarrollismo, con esa visión honesta y lírica que es marca de la casa Llamazares.

Enrique Martín

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *