El Agujero Negro. Resaca

Al día siguiente se levanto con el habitual mareo de la cama, esta vez agudizado por la agitación de las últimas horas. Caminó a tientas hacia el baño y se aposentó con dificultad en la taza del inodoro, sintiendo ese maldito punzón en la espalda .Procedió a evacuar con dificultad mientras la próstata ejercía su doloroso boicot habitual. Y para eso le habían concedido el premio Nobel

Roberto Moso

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