Hace cuatro años entró en nuestras vidas una escritora italiana, nacida en Génova, pero que vive en Cagliari, la capital de la isla de Cerdeña. Se llamaba y se llama Milena Agus y nos conquistó el corazón.

Llegó a nuestras librerías con una novela hermosísima titulada Mar de piedras, una historia de seres infelices que persiguen la felicidad. En realidad era la historia de una mujer, la Abuela, que contaba a su nieta como fue esa búsqueda constante y obsesiva del verdadero amor. Abuela era hija de una familia acomodada de Cerdeña. En los tiempos de la II Guerra Mundial los hombres que la rondaban huían asustados. Era demasiado sentimental y sus cartas les abrumaban. Hasta que a la casa llegó un refugiado, el Abuelo, que lo había perdido todo y que como pago por todo el cariño recibido se casó con Abuela. Fue un matrimonio extraño. Sin cariño al principio, al final hubo una cierta complicidad entre ambos, que incluía sexo volcánico que Abuela ofrecía a Abuelo “a la manera de una puta”, para que éste no tuviera que frecuentar el lupanar porque era muy caro. Tras la guerra Abuela intentó tener un hijo, pero los embarazos nunca llegaban a buen puerto. Abuela tenía piedras en el riñón, y todos achacaban a este mal la imposibilidad de concebir. La enviaron al continente a un balneario, para intentar curarla. Pero allí la Abuela no sólo se curó, sino que encontró su media naranja, al Veterano. Como Abuela, era un ser desgraciado que prácticamente lo había perdido todo, pierna incluida. Entre los dos surgió una atracción irresistible, sublimada por el espíritu romántico de Abuela. El hecho fue que al volver a Cerdeña, tras unos meses, Abuela dio a luz un niño, Padre. Un niño que adoraba a Abuelo, que se mostraba huraño con Abuela, y que con el tiempo se convirtió en un pianista excepcional. Nadie supo por qué abuela se empeñó en que su hijo recibiera lecciones de música. Solo Abuela conocía al Veterano y su pasión por el piano. Durante años Abuela intentó reencontrase con su amor secreto, pero no lo consiguió. Su historia nunca fue desvelada. Sólo su nieta la conocería de su propia boca y de su propia letra.

Ahora Milena Agus, cuatro años después de aquella novela, vuelve con otra historia arrebatadora. Es la historia de Alice, nombre que da título a la novela, una chica, universitaria, guapa, callada y que se cree insignificante, cuya vida está marcada por dos desgracias: el suicidio de su padre y la locura de su madre.

Alice vive rodeada de vecinos peculiares. En el piso de arriba está Mr. Johnson, un viejo violinista que toca en cruceros y al que acaba de dejar su millonaria mujer. En el piso de abajo viven Anna, una señora amorosa, trabajadora y enamoradiza que se convertirá en el ama de llaves del violinista, y su hija Natascia, guapísima, pesimista por naturaleza y celosísima protectora de su novio. Y luego llegarán el hijo y el nieto de Mr Johnson, Johnson Junior profesor universitario atento y generoso y Giovannino un niño serio, aplicado y muy muy ordenado.

Una historia elegante, dulce y emotiva, que nos hace emocionarnos, de una gran belleza literaria, donde no sobran ni faltan palabras, donde todos los personajes tienen su empaque y están descritos con hondura y maestría. Una novela sobre la vida, sobre lo difícil que es a veces, y sobre las posibilidades que tenemos de encontrar la felicidad en los lugares y con las personas más insospechadas. Aunque no todo sea perfecto, porque la perfección en la vida real es una “rara avis” y en las buenas novelas también.

Enrique Martín